Este domingo no os traigo una receta de galletas concreta, hoy os voy a dar una serie de consejos generales para que siempre os salgan unas galletas caseras perfectas, siempre en su punto. Pues las galletas, más que ninguna otra cosa en repostería tienen unos cuantos truquitos que hay que conocer.
Salvo que la receta nos indique lo contrario, los ingredientes estarán a temperatura ambiente. Hace algún tiempo ya os dejamos algunos trucos para conseguir esto rápidamente.
- Saber cuándo está lista la masa. Si amasamos a mano, estará lista cuando la masa sea lisa y homogénea y no se pegue a las manos ni a la encimera. Si hacemos el amasado a máquina, la masa estará en su punto cuando se despegue de las paredes del bol. No hay que caer nunca en la tentación de añadir más harina para que esto suceda antes, pues lo que conseguiremos serán unas galletas demasiado densas y duras.. Tampoco hay que amasar de más, pues entonces nos quedarán unas galletas correosas.
- Enfriar la masa antes de estirarla. Estará más maleable, se pegará menos al rodillo y será más fácil estrirarla -o cortarla en el caso de que sean galletas en rulo- con el grosor deseado.
- Para estirar la masa de manera uniforme es colocar la masa entre dos trozos de papel de horno -así no se nos pegará al rodillo- y, si no tenemos un rodillo de altura regulable, nos podemos ayudar de dos listones puestos a ambos lados para asegurarnos de que la lámina de masa tiene grosor uniforme.
- Enfriar la masa una vez estirada, sobre todo en verano, así se cortará mucho mejor.
- Enharinar los cortadores, así evitaremos que la masa se quede pegada a ellos.
- Pasar las galletas cortadas con ayuda de una espátula a la bandeja del horno -que no debe estar caliente y que habremos forrado con papel de horno- procurando que haya unos 3 centímetros de separación como mínimo entre ellas y volver a enfriar durante unos 10 minutos. Se obtienen mejores resultados si se usan bandejas de color claro -plateadas- que si se usan bandejas negras. Las bandejas plateadas concentran menos calor y evitan muchas galletas quemadas por la base.
Trucos para hacer unas galletas caseras perfectas
Las primeras veces que uno hornea galletas en casa suelen pasar varias cosas y casi ninguna buena, la masa se pega al rodillo o a los cortapastas, pierden la forma en el horno, unas se hacen más que otras, otras parece que están bien pero cuando se enfrían están demasiado duras… seguro que alguna vez os habéis visto en estas situaciones.
Y afortunadamente, todas suceden por algún motivo que, conociéndolo, es fácil evitar el fallo.
La receta de las galletas caseras perfectas
Parece una tontería, pero lo primero que hay que hacer es analizar la receta y comprobar que las proporciones de los ingredientes son adecuadas. Si la receta no es buena, las galletas tampoco lo serán por mucho que nos esforcemos en seguirla al pie de la letra.
Y una vez tenemos una buena receta, los ingredientes deben ir en consonancia y ser de buena calidad. Si hacemos unas galletas de mantequilla con margarina, es de cajón que no estarán ni la mitad de ricas que si las hacemos con una buena mantequilla.
Los secretos de la masa para hacer galletas caseras perfectas
Cómo hornear galletas caseras perfectas
Hay que tener en cuenta lo siguiente:
- El horno debe estar precalentado a la temperatura que indique la receta, con calor arriba y abajo y sin ventilador.
- Debemos colocar la bandeja a media altura o en la ranura que esté inmediatamente debajo de la central, nunca abajo del todo ni arriba del todo.
- Debemos tener en cuenta que no hay dos hornos iguales, por lo que la primera vez que horneemos una receta debemos estar atentos incluso antes del tiempo que marque la receta.
- Las galletas deben estar aún blandas cuando las saquemos del horno y debemos dejarlas enfriar completamente en una rejilla. Durante el enfriado endurecerán, por lo que si esperamos a que estén duras en el horno, al enfriar acabarán siendo piedras.
Cómo conservar nuestras galletas caseras perfectas
Lo bueno que tienen las galletas caseras perfectas es que si se guardan bien se conservan en perfecto estado durante muchos días. Para guardarlas hay que esperar a que se enfríen completamente y luego guardarlas en un bote hermético o en una bolsa de celofán que guardaremos dentro de una lata.
También se pueden congelar en un túper o en una bolsa que cierren herméticamente. Luego para consumirlas simplemente hay que dejarlas descongelar a temperatura ambiente preferiblemente sobre una rejilla.
Espero que estos truquitos os sean de ayuda y, a partir de ahora, siempre os salgan unas galletas de chuparse los dedos.