¿Te has puesto alguna vez a preparar una tarta de queso y después de ver que crecía y crecía en el horno, al sacarla se ha quedado por los suelos hecha un mazacote? ¿La superficie se ha llenado de grietas? ¿Se te ha quedado pegada y no hay forma de desmoldarla sin que se rompa? ¿La base de galleta está dura como una piedra y no hay forma de cortarla sin destrozarla? ¿O acaso se desmiga y no hay forma de servir un trozo de tarta presentable? ¿La tarta está seca o pastosa?
Un molde desmontable, que puede ser de silicona o metálico. Una fuente de horno honda si vamos a hacer la tarta de queso al baño maría. Papel de aluminio. Papel de horno para forrar la base del molde. Spray desmoldante, aceite o mantequilla fundida para engrasar bien las paredes del molde. Ingredientes de la mejor calidad posible, ya que si buscamos la tarta de queso perfecta, los ingredientes son la clave.
Como por aquí las tartas de queso nos gustan más que a un niño un caramelo, hoy os voy a contar todo lo que a mí me funciona para conseguir la tarta de queso perfecta, bien horneada, jugosa, esponjosa y sin grietas ni zonas hundidas.
Todos los trucos para hacer la tarta de queso perfecta
Seguro que muchos os habéis enfrentado alguna vez con las situaciones que os he puesto en la introducción, todas ellas suelen deberse a pequeños errores que muchas veces cometemos por inercia, pensando que una tarta de queso se hornea como un bizcocho cuando lo cierto es que tiene sus peculiaridades.
Para conseguir la tarta de queso perfecta necesitamos:
Lo primero, preparar el molde para la tarta de queso perfecta
Ya sea un molde de silicona o metálico, lo primero que debemos de hacer es cortar un trozo de papel de horno del tamaño de la base y forrarla. Este paso solo nos lo podremos ahorrar en el caso de que el molde tenga la base de cerámica. A continuación debemos engrasar bien las paredes con aceite, mantequilla fundida -basta con untar un trocito de mantequilla que se irá fundiendo con el calor de los dedos- o con spray desmoldante.
Cómo conseguir que la base de galleta quede crujiente
Esto va un poco en gustos, porque yo conozco a algunos que prefieren que la base no quede muy crujiente, aunque a mí, si me dan a elegir, prefiero que lo sea.
Para conseguirlo, extendemos la mezcla de galleta y mantequilla que nos indique la receta sobre al papel de horno que hemos colocado en la base del molde, presionando muy bien. Lo más cómodo es hacerlo con el dorso de una cuchara o con el culo de un vaso. Después, horneamos la base durante 10 minutos a 160ºC con calor arriba y abajo, y la dejamos enfriar antes de continuar. Así evitamos que al echar encima la mezcla de queso se “disuelva” parte de la base y luego se nos desmigue.
Cómo preparar la mezcla de queso
Aquí hay dos trucos que son claves, ingredientes a temperatura ambiente para que no se formen grumos, y usar siempre batidor de varillas manual o, si lo hacemos a máquina, un accesorio tipo pala, nunca usar una batidora eléctrica de varillas que introduzca gran cantidad de aire en la mezcla. Si la mezcla tiene mucho aire subirá muchísimo en el horno y luego se desplomará quedando un mazacote.
Cómo hornear la tarta de queso perfecta
Antes de poner la mezcla sobre la base de galleta ya enfriada, debemos engrasar de nuevo las paredes del molde.
A mí personalmente me da buen resultado hornear en molde de silicona a 150ºC durante una hora sin abrir la puerta del horno, comprobar con un palillo si el centro está cuajado y, si no lo está, repetir la comprobación cada 10 minutos hasta que lo esté, después apagar el horno y dejar enfriar la tarta dentro del horno con la puerta cerrada. De esta manera, se evita el que aparezcan grietas en la superficie y que la tarta se hunda al sacarla, ya que el enfriamiento se produce de forma muy gradual.
Si, por el contrario, usamos un molde metálico, es mejor hornear al bañó maría usando una fuente honda con un par de centímetros de agua. En este caso es importante forrar muy bien el molde con varias capas de papel de aluminio para evitar que el agua pueda penetrar en el interior del mismo. Usando este sistema también hornearemos a una temperatura que no sea excesivamente alta, no más de 170ºC durante unos 30 – 40 minutos y luego otro tanto a unos 150ºC sin abrir la puerta del horno en ningún momento. Cuando comprobemos que la tarta está cuajada en el centro, apagamos el horno y dejamos enfriar con la puerta entreabierta.
Cuándo se puede desmoldar la tarta de queso perfecta
Una vez que nuestra tarta de queso perfecta se ha puesto a temperatura ambiente dentro del horno, lo ideal es retirar el papel de aluminio, taparla con papel film y dejarla en la nevera como mínimo 4 horas antes de desmoldarla. A mí personalmente lo que me gusta es hacerla a última hora de la tarde, para poder meterla en la nevera cuando me voy a dormir y dejarla para el postre del día siguiente. Para asegurarnos que el desmoldado es perfecto y que los bordes no se agrietan podemos envolver un trapo caliente alrededor del molde y dejarlo unos segundos, con eso se despegará perfectamente de las paredes y el desmoldado será perfecto.
Imagen | WonderHowTo