No hay que llamarse Triki ni ser el Monstruo de las Galletas para saber apreciar unas buenas galletas de chocolate como las que os vamos a enseñar a preparar hoy en Cocinillas. Crujientes y con un sabor que vive en la frontera de lo dulce y lo salado.

Para cocinar estas galletas de chocolate vas a necesitar:

Cómo preparar estas deliciosas galletas de chocolate

Cocinar estas deliciosas galletas de chocolate es realmente sencillo. Sólo tienes que precalentar el horno y amasar unos cuantos ingredientes.

1: Mezclamos la mantequilla con el azúcar, la sal, huevos y vainilla

Sacamos la mantequilla de la nevera (con al menos una hora de antelación) y la mezclamos en un bol junto con el azúcar. Después añadimos el huevo, una pizca de sal, la vainilla y volvemos a mezclar.

2: Seguimos amasando con la harina y las almendras

Cuando la masa sea homogénea añadimos las almendras en polvo, la harina y la levadura. Todo ello tamizado y amasamos hasta que vuelva a quedar homogéneo.

3: Añadimos el chocolate

A continuación, añadimos las pepitas de chocolate y amasamos hasta que queden repartidas de forma uniforme por toda la masa.

4: Damos forma a las galletas

Por último, hacemos pequeñas bolas con la masa, las aplastamos para darles forma de galleta y las colocamos sobre un papel de horno. Puedes hacerlas del tamaño que quieras (desde pequeños bocaditos hasta auténticas tortas) pero ten en cuenta que el tiempo de cocción varía. En cualquiera de los casos deja algo de espacio entre ellas, puesto que crecen en el horno y pueden acabar pegándose unas a otras.

5: Horneamos

A continuación horneamos en horno precalentado a 160º C durante 15-20 minutos hasta que se queden doradas y crujientes. Eso sí, cuando las saques del horno espera un poco a que se enfríen -preferiblemente sobre una rejilla- antes de empezar a devorarlas como un auténtico monstruo de las galletas.

Resultado

Estas galletas de chocolate son perfectas para una merienda o un desayuno de campeones. También son geniales para hacer de pan en un sándwich helado.

Si las guardas en un bote o lata con cierre hermético que las proteja de la humedad, se conservan crujientes durante varias semanas… aunque están tan ricas que lo normal es que sólo duren unos pocos días.