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Nada te impide bajar al super a por uno, pero si sigues leyendo puedes aprender a hacer polos caseros. Es muchísimo más sencillo y rápido que hacer helado. Además, al ser hechos en casa resultan más sanos que los industriales e incluso están más buenos.
Elige tu sabor
A la hora de preparar polos cremosos la clave está en mezclar proporciones iguales de fruta con algún lácteo como yogurt o leche y añadir una cucharada de miel o azúcar. Qué frutas o yogurt (natural, edulcorado, griego, de sabores…) usar queda a vuestra elección, aunque aquí tenéis unas cuántas ideas para empezar. Con estas cantidades puedes preparar de dos a tres polos.
Plátano con arándanos
Naranja y mora
Aunque su color rojizo no dé ninguna pista, lo cierto es que este polo está hecho de naranja y mora. Para ello necesitas 100 g de naranja, 100 g de moras, 200 g de yogurt natural edulcorado y una cucharada de azúcar. Si eres antipulpa, puedes sustituir los gajos de naranja por zumo exprimido y colado.
Fresa y plátano
Es uno de los sabores más típicos y suele ser uno de los más aclamados entre los más pequeños (es el típico de los Petit Suisse). Para prepararlo vas a necesitar 100 g de fresas (sin tallo), 100 g de plátano, un yogurt natural edulcorado y una cucharada de miel.
Cómo hacer polos caseros
Una vez hayas seleccionado los sabores que quieres preparar polos caseros es rápido y sencillo. Tanto que incluso puedes hacerlo con niños.
1. Tritura con la ayuda de una batidora
Para empezar a hacer polos caseros, añadimos al vaso de la batidora la fruta que hayamos elegido, el yogurt (o la leche de coco en el caso del polo de piña y coco), la miel y el extracto de vainilla. A continuación, trituramos hasta que quede bien batido.
Si tienes pensado de añadir algún tropezón, añádelo al líquido ya batido.
2. Viértelo en el molde para polos y al congelador
Con el polo ya listo, sólo queda verterlo sobre el molde para polos y meterlo al congelador durante al menos 6 horas, aunque es mejor si se pasan toda la noche. Si no tienes un molde para polos también puedes usar un vaso y una cuchara. Eso si, no te olvides de taparlos con un film antes de meterlos al congelador. ¿Quién dijo que hacer polos caseros fuese difícil?
A la hora de sacarlos del molde, la mejor estrategia es pasar el molde/vaso por agua caliente durante unos 10 segundos para que se despegue. Si no se han terminado de congelar lo más seguro es que acabes con el palo en la mano.
Dale un toque distinto a tus polos caseros
Si quieres que tus polos caseros tengan un toque único no dudes en añadir unos cuantos tropezones o mezclar varios sabores para crear un arcoíris. En el caso de dejar trozos de fruta, los candidatos ideales son arándanos, frambuesas, fresas, moras… Su tamaño, color y sabor dan el contraste perfecto. También puedes probar a añadir muesli o granola.