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¿Te apasionan las fresas con nata pero quieres darles un aire diferente? Pues esta es tu receta. Este timbal de fresas montado a modo de charlota y acompañado de un coulis o salsa de fresas, que nos servirá como base de un granizado y para saborizar y dar color a la nata montada, es un postre muy sorprendente, homenaje a la receta de timbal de fresones del desaparecido Santi Santamaría.
Ingredientes para el timbal
- Fresones, 200 g
- Nata para montar, 200 ml
- Azúcar, 40 g
- Esencia de vainilla
- Ron, 1 c. sop.
- Coulis de fresa ((véase más abajo)
- Hierbabuena
Una forma de presentar un postre elaborado con muy pocos ingredientes de una manera muy apetecible y con un gran contraste de texturas y sensaciones en el paladar.
Para el coulis de fresas:
- Fresas troceadas, 200 g
- Zumo de limón, 15 ml
- Zumo de naranja, 30 ml
- Azúcar, 50 g
- Agua, 50 ml
Para el granizado:
- Hielo o hielo pilé
- Miel
- Coulis de fresas (véase más arriba)
Cómo hacer un timbal de fresas con nata con su granizado de fresa
01: Comenzamos preparando el coulis de fresa
El coulis de fresa en esta receta será la base de varias preparaciones, así que va a ser lo que primero vamos a preparar.
Seleccionamos las fresas que menos bonitas y más magulladas estén, aunque en ningún caso deben estar machacadas ni pasadas. Retiramos el tallo y las lavamos muy bien en agua fría.
Troceamos las fresas en trozos irregulares y las añadimos al interior de un cazo. Añadimos tanto el zumo de limón como el zumo de naranja y el azúcar al mismo. Removemos bien las fresas con el resto de ingredientes y ponemos a un fuego bastante suave. Una vez arranque a hervir la preparación, añadimos el agua y cocemos a fuego lento unos 15 minutos.
Una vez la base de nuestro coulis de fresa haya cocinado, retiramos del fuego y dejamos enfriar. Cuando alcance la temperatura ambiente, trituramos el coulis y lo colamos también, para que la salsa de fresas quede bien lisa y sin las pepitas de la fruta ni ningún tipo de resistencia. Metemos el coulis al frigorífico para que se enfríe y coja cuerpo. Si queremos acelerar el proceso, podemos introducir el coulis en un baño María invertido, es decir, añadirlo al interior de un bol y posar este sobre un baño de agua y hielos.
02: Montamos la nata y reservamos
El único secreto para montar fácilmente la nata es que esta tenga un mínimo de un 35% de materia grasa y que tanto la nata como el recipiente donde la vamos a montar esté lo más fría posible antes de introducirles las varillas. Si además contamos con una batidora con varillas eléctrica, el proceso será más rápido y no nos dejaremos el brazo montando la nata a mano.
Introducimos tanto la nata como el cubo en el que la vamos a montar en el congelador media hora antes, para que estén bien fríos. Sacamos tanto lo uno como lo otro del congelador y añadimos la nata al interior del recipiente. Introducimos aire a la nata para que esta leve e incremente su volumen. Una vez comencemos a notar que la nata empieza a tomar consistencia, añadimos el azúcar y seguimos montando.
Montamos la nata hasta que esta esté bien firme, teniendo cuidado de no pasarnos ya que de lo contrario se podría cortar y hacerse mantequilla. Una vez montada, añadimos la esencia de vainilla y el ron y mezclamos.
03: Preparamos el granizado de fresa
A la hora de elaborar el granizado de fresas tenemos dos opciones: o prepararlo con hielo y el coulis o congelar el coulis y rascar el granizado durante su congelación.
En mi caso, yo he seguido el camino de usar hielo y mezclarlo con el coulis. Lo ideal es utilizar hielo pilé ya picado, pero si no si disponéis de un vaso americano con la suficiente potencia podéis picarlo vosotros mismos con un poco de paciencia.
Añadimos el coulis de fresa ya frío al hielo picado junto con una cucharada de miel y removemos hasta que obtengamos una mezcla bastante homogénea y bien roja. No os cortéis en añadir una buena cantidad de la salsa de fresas, ya que si no el granizado carecería de sabor. Introducimos el granizado en el congelador al menos 1 hora para que coja más consistencia.
Por otro lado, podemos elegir añadir el coulis a una fuente alargada junto con la cucharada de miel y congelarlo. A las tres o cuatro horas, cuando la salsa se haya congelado lo suficiente, la rascaremos con un tenedor para obtener un sencillo granizado de fresa.
04: Montamos el timbal con las fresas laminadas
Cortamos el tallo y limpiamos muy bien el resto de las fresas (en esta ocasión debemos seleccionar las más hermosas, que sean anchas y altas y estén en perfecto estado, ya que son las que van a abrazar el resto de preparaciones y deben ser lo más atractivo del plato).
Posamos las fresas o fresones por su culo y las cortamos el láminas finas, de un grosor regular. Seleccionamos dos aros metálicos que nos sirvan de molde, de modo que el más pequeño tenga un mínimo de 6 cm de diámetro y el más grande sea al menos 10 cm mayor, para que las paredes que vamos a levantar con los fresones nos permitan colocar la nata y el granizado en su interior.
Colocamos las láminas de fresa una sobre otra por todo el contorno del molde más grande hasta que esté perfectamente cubierto . Albergamos el aro pequeño en su interior y lo forramos también con los fresones laminados.
05: Terminamos de rellenar el timbal con la nata y el granizado y servimos
Añadimos un par de cucharadas del coulis frío a la nata montada y la introducimos en el interior de una manga, con una boquilla estrellada u con una forma que permita escudillarla de forma vistosa. Colocamos unos puntos de nata entre las dos capas de fresa, llegando hasta la parte superior de las fresas y hasta que toda la circunferencia esté cubierta de nata.
Retiramos el molde interior y empujamos ligeramente y con cuidado las fresas interiores hacia la nata para que se asienten y mantengan la forma circular.
Colocamos nuestro granizado en en centro del timbal de fresas y coronamos con una ramita de menta o hierbabuena.
Resultado final
Un postre sencillo pero muy aparente con el que sorprender a tus invitados. Este timbal de fresas con nata y su granizado es un pecado para que los más golosos puedan aprovecharse de la fruta de temporada de una manera distinta, presumiendo de recursos y de originalidad.