Flan de huevo sin azúcar y sin lactosa, adaptando los clásicos
Un gran paso para empezar a comer más sano es eliminar el azúcar de la dieta, pero eso no implica renunciar a delicias como en este flan de huevo sin azúcar.
26 septiembre, 2018 14:21- Total: 55 min
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Las recetas sin azúcar en nuestra casa se elaboraban sólo cuando íbamos a casa de alguien que no pudiera tomar azúcar por problemas de salud, pero este flan está tan rico que lo hacemos ya en cualquier ocasión y así lo comemos con menos remordimientos, que hay que ponerse ya con la operación biquini 2019…. Misión difícil, lo sé, que el otoño está a la vuelta de la esquina con sus platos deliciosos… y luego la Navidad….. Pero como oí una vez, “el truco está en comer la mitad de lo que te ibas a comer”, no parece mal consejo, ¡intentaremos aplicarlo un poco más!
Ingredientes para el flan sin azúcar y sin lactosa
Para el caramelo sin azúcar
- Sirope de ágave, 55 g
- Agua, 25 ml
- Bicarbonato, 1 pizca
- Estevia, 1 sobre -3 g- (opcional)
Para el flan de huevo:
- Leche enter sin lactosa, 500 ml
- Huevos, 3
- Estevia, 1 cucharada
- Bicarbonato, ¼ cucharadita
- Esencia de vainilla, 1 cucharadita
Preparación del flan de huevo sin azúcar y sin lactosa
1: Preparar el caramelo líquido sin azúcar
En un cuenco mezclamos el sirope de ágave, el agua y el bicarbonato, removemos bien hasta que la mezcla sea homogénea.
Calentamos en el microondas a máxima potencia durante un total de 3 minutos, aunque después del primer minuto y medio hay que sacar el cuenco del micro cada 20 segundos y remover para que no se nos queme. Es especialmente importante que estés muy pendiente la primera vez, pues no todos los microondas son iguales y puede ser que en el tuyo no sean necesarios los últimos 20 segundos o que necesites unos segundos adicionales.
Al terminar los 3 minutos añadimos la estevia y removemos bien, aunque si no eres especialmente goloso, puedes omitir este paso.
Cuando esté listo nuestro caramelo líquido sin azúcar, lo vertemos en el molde para flan y lo vamos girando para que quede bien repartido por las paredes, es un auténtico espectáculo de color. Me puedo quedar varios minutos así dándole vueltas hipnotizada con ese lento y suave movimiento…
2: Mezclar los ingredientes del flan
Calentamos la leche en un cuenco sin dejar que llegue a hervir, se trata básicamente de que no esté helada de la nevera. En otro bol batimos los huevos, la estevia y la esencia de vainilla. Agregamos poco a poco la leche mientras seguimos batiendo la mezcla.
Finalmente, retiramos con una cuchara la espuma que se forme sobre la superficie.
3: Hornear el flan de huevo sin azúcar
Vertemos la mezcla en el molde y la metemos en el horno precalentado a 180ºC durante unos 40 minutos. Si lo hacemos en moldes individuales el horneado tardará mucho menos tiempo. Para comprobar que esté hecho pínchalo con una aguja o cuchillo fino, y si sale limpio estará en su punto.
4: Servir
Si lo preparas por la mañana, déjalo enfriar en la nevera hasta la hora del postre. Vamos a aprovechar el buen tiempo que nos está regalando este mes pre-otoñal, antes de que llegue el frío y las lluvias… Apuremos un poco más el verano dejando la comida preparada el día anterior o por la mañana tempranito y así disfrutar de la luz y las temperaturas aún cálidas, un paseo por la playa con toda la familia por ejemplo….
Sírvelo desmoldado en un plato hondo o cuenco para que no se nos escape por fuera el caramelo y date mucha prisa si quieres subir la foto a Instagram para que no te pase como a mí, que me despisté un segundo y solo quedaba la muestra.
Resultado
El brillo que tiene este flan de huevo sin azúcar lo hace muy apetecible, pero si quieres darle un toque más festivo adorna en el último momento con un poco de nata sin lactosa montada endulzada con un poco de stevia. Si te ayudas de una manga pastelera te quedará de lujo.
Esta adaptación de uno de los postres más clásicos y y con más éxito en las comidas familiares no te decepcionará ni en su sabor ni en su textura, suave y delicada, y además con la ventaja de un endulzante bajo en calorías y una leche más ligera y digestiva.
Anímate a volver a los clásicos y a todas sus posibles versiones, ¡que no son pocas! Aunque de momento, ahí te van unas cuantas para que vayas sacando ideas.