A mi me gusta el coco en todas sus formas y en todas las recetas que he probado, y estas tejas de coco son de las recetas de galletas más fáciles que te puedes encontrar. Son tan increíblemente crujientes que hasta a los que no les suele gustar la textura del coco también les encantarán.

Ingredientes

  • Claras de huevo, 3
  • Mantequilla derretida, 70 g
  • Harina de trigo, 85 g
  • Coco rallado, 30 g
  • Azúcar glacè, 130 g

Paso 1

Mise en place

Paso 2

Preparar la masa de las tejas de coco

Paso 3

Hornear

Paso 4

Dar forma de tejas

Paso 5

Servir

01: Mise en place

Empezamos preparando todos los ingredientes, así los tenemos ya pesados y la mantequilla derretida se irá enfriando. Para derretir esta cantidad yo la he calentado en el microondas 30 segundos, tapada para evitar que salpique. Si no queda del todo líquida, la revuelves un poco con una cucharilla y con el calor ya acaba de deshacerse.

02: Preparar la masa de las tejas de coco

En un cuenco grande batimos un poquito las claras con unas varillas manuales, les añadimos el azúcar glas, la harina y el coco  y seguimos batiendo. Añadimos la mantequilla sin que esté muy caliente, acabamos de mezclar y listo.

03: Hornear

Precalentamos el horno a 180ºC. Cubrimos una bandeja de horno con papel de hornear y con la ayuda de una cucharita colocamos montoncitos de masa,  bien separados. Con el revés de la cuchara los extendemos un poco, para que queden finas y crujientes. Puedes añadirles por encima unas láminas de almendra, o trocitos de almendra caramelizada, pero así sin ningún topping añadido están perfectas, así apreciamos mejor el sabor a coco.

Con esta cantidad de masa nos ha llegado para hornear 2 bandejas de 10 tejas grandes cada una.

Horneamos en el horno precalentado a 180ºC, durante unos 10 minutos. Durante el último par de minutos debemos estar atentos para que se doren por los bordes pero no se nos quemen.

04: Dar forma a las tejas

Una vez doradas, retiramos la bandeja del horno y con la ayuda de una espátula las vamos retirando enseguida y colocando sobre una superficie redondeada para darles su clásica forma de teja, puedes utilizar un rodillo de cocina, unas botellas o unos frascos grandes.

Al sacarlas del horno estarán un poco blandas, con lo que se adaptarán fácilmente a la botella, y a los pocos minutos se enfriarán y quedarán supercrujientes. Si no nos apetece que tengan esa forma también podemos dejarlas enfriar sobre una rejilla y quedarán crujientes igualmente.

Resultado

Os diría que son perfectas para regalar y para el postre, pero realmente me parecen perfectas para cualquier momento del día, un capricho delicioso y crujiente para el desayuno, el postre, la merienda o con un café como tentempié a cualquier hora que el el cuerpo te pida un poco de combustible. Tened cuidado que son peligrosamente adictivas!