¿Quién no se ha tomado alguna vez una taza de chocolate caliente tan típica en España? Es verdad que muchas veces ha podido ser bastante decepcionante la experiencia si lo que se buscaba era un marcado sabor a chocolate y poco espesante de por medio - que suele ser la tónica - pero la solución ha llegado con esta receta infalible de chocolate caliente a la taza, como ese que recuerdo de las cafeterías Valor que siempre me ha gustado tanto, el que Paco Torreblanca vendía en botellas junto a sus espléndidos panettones o ese novedoso chocolate caliente al vino tinto que tanto se puso de moda hace unos años.
Hacer chocolate a la taza en casa es mucho más sencillo de lo que podríamos pensar y en realidad no implica mucha más faena que los insípidos preparados industriales a los que sólo agregas leche con un resultado bastante anodino. La diferencia entre si hablamos de chocolate caliente o de chocolate a la taza básicamente radica en la fécula de maíz empleada para espesar el segundo, que queda más denso que el primero siendo el que recordamos tradicionalmente para los churros o los picatostes.