Muchos podrán pensar que cubrir un roscón de Reyes con chocolate -que no deja de ser ponerle encima su acompañamiento más habitual- es toda una herejía, pero a mí también me lo parece rellenarlo de nata y lo hace muchísima gente. 

Con esta receta de Roscón de Reyes, clásico imprescindible en cualquier casa de España los días 5 y 6 de enero, conseguiréis una masa tierna y esponjosa, casi cremosa, y el puntazo final del chocolate para los amantes del mismo. Porque sí, sabe a cacao de verdad. 

Os recomiendo hacer el roscón con calma y tiempo, planificar bien los horarios y tener en cuenta todos los trucos y consejos para hacer roscón de Reyes. Si no queréis esperar, siempre tenéis la opción de hacer un roscón de reyes fácil y rápido, sin fermentación, pero perderéis esa miga esponjosa característica, todo hay que decirlo.

Cómo hacer un roscón de Reyes con chocolate

Ingredientes

Prefermento

  • Harina de fuerza, 120 g
  • Agua, 60 g
  • Levadura seca de panadería, 2 g

Masa final

  • Todo el prefermento
  • Harina de fuerza, 360 g
  • Leche, 130 g
  • Huevo, 2 ud
  • Azúcar, 90 g
  • Almíbar o miel, 1 cucharada
  • Agua de azahar, 20 ml
  • Sal, una pizca
  • Mantequilla, 90 g
  • Aceite de oliva suave, 2 cucharadas
  • Huevo batido, para pincelar
  • Naranja confitada, almendras laminadas, almendra crocanti, al gusto para decorar

Glaseado de cacao

  • Hoja de gelatina, 4 g
  • Cacao en polvo, 50 g
  • Azúcar, 150 g
  • Agua, 50 g
  • Nata, 130 g

Paso 1

Lo primero será hacer el prefermento y, para ello, mezclaremos la harina de fuerza con el agua a temperatura ambiente y la levadura hasta conseguir una masa dura. La colocaremos en una tartera o bol, tapado, y dejaremos fermentar 8 horas en la nevera. Crecerá mucho así que ponedla en un bol grande.

Paso 2

Cuando el prefermento ya esté listo sólo quedará hacer la masa del roscón. Mezclamos todos los ingredientes menos la mantequilla y el aceite y amasamos a conciencia, hasta que la masa sea lisa y homogénea y veamos que empieza a coger fuerza.

Paso 3

Ir incorporando el aceite y la mantequilla, a temperatura ambiente y muy tierna, a la masa a medida que ésta la vaya absorbiendo. Y seguimos amasando. El objetivo es lograr una masa muy elástica, que se estire muy bien y que esté muy brillante.

Paso 4

Cuando la masa ya esté perfecta haremos una bola con ella, lo más prieta posible, y la pondremos en un bol aceitado. Tapar el bol con film y dejar fermentar unas 6 horas hasta que doble el volumen. 

Paso 5

Mientras tanto podemos ir haciendo el glaseado de chocolate. Para ello, poner la gelatina en agua muy fría a remojar durante 10 minutos. Calentar la nata con el azúcar y el agua en un cacillo hasta que hierva y alcance los 102 ºC. Mezclar muy bien con unas varillas. En ese momento, agregar el cacao y mezclar muy bien y añadir la gelatina y volver a hacer lo mismo. Para que quede muy liso habrá que triturar bien, sin mover mucho la batidora para que no entre aire. Filmar a contacto y dejar enfriar en la nevera. 

Paso 6

Tras este tiempo, volcar la masa en una superficie aceitada, cortar por la mitad con cuidado de no machacar mucho la masa y formar dos bolas con cada parte de la masa. Meter los dedos en el centro de la bola y estirar hasta conseguir hacer la rosca del roscón, con un agujero grande en el medio. El agujero tiene que ser grande porque la masa va a fermentar de nuevo y, si no, se cerraría. Tapar con papel film, no muy apretado, sino sólo superpuesto, y dejar fermentar otra vez unas dos horas, hasta que doble el volumen.

Paso 7

Precalentar el horno a 190 ºC y, cuando esté bien caliente, quitar el film del roscón, pincelar con el huevo batido y deslizar sobre la bandeja de horno que habrá estado calentándose dentro de él. Hornear durante unos 15 minutos o hasta que el roscón esté dorado. Dejar enfriar en una rejilla.

Paso 8

Cuando el roscón ya esté frío, pincelar con un poco del almíbar de la naranja confitada (o un poco de miel disuelta con unas gotas de agua) y decorar con azúcar mojado con agua de azahar, con las almendras y la naranja.

Paso 9

Colocar algún recipiente o un papel de horno debajo de la rejilla, calentar ligeramente el glaseado de chocolate en el microondas y, cuando veamos que ya está bien suelto, bañar el roscón con él. Dejar enfriar bien antes de servir.