Mayo es sinónimo de fiesta en Madrid y es que el 15 de mayo se celebra la festividad de San Isidro, patrón de la capital. Existen varias tradiciones arraigadas a esta y una de ellas es la de las rosquillas, que se pueden encontrar hasta de cuatro variedades. Un poco como pasa con los buñuelos en época de Todos los Santos.

Ingredientes

  • Harina de trigo, 290 g
  • Levadura química, 6 g
  • Bicarbonato sódico, 2 g
  • Huevos L, 3 u
  • Azúcar, 80 g
  • Aceite de oliva, 40 g
  • Licor de anís, 10 ml
  • Anís en grano, 2 g
  • Sal, 5 g
  • Huevo batido, 1 u

Paso 1

Batir los ingredientes húmedos

Paso 2

Hacer la masa

Paso 3

Formar las rosquillas y pincelar con huevo

Paso 4

Hornear

Lejos de las clásicas rosquillas de toda la vida, las de San Isidro son rosquillas que se hacen al horno por lo que, si la masa no es muy buena, pueden correr el riesgo de quedar secas.

De esas cuatro variedades, la que aquí se elabora es la que se denomina rosquilla tonta y que es la más sencilla de todas. No lleva ningún tipo de cobertura. Las que llaman rosquillas listas lo son porque llevan un glaseado de limón por encima, mientras que las de Santa Clara se cubren con un merengue seco; un clásico de las monjas. La última variedad en llegar fue la de las francesas, recubiertas de almendra picada y azúcar, desde luego no tan populares como las otras tres anteriormente descritas.

La romería de San Isidro ocurre en la pradera, al otro lado del río Manzanares, y allí se juntan los madrileños a disfrutar de tortilla de patata, entresijos, gallinejas y chicharrones, guisos de rabo de toro y, de postre, rosquillas. A nadie se le prohibirá, por supuesto, un buen cocido madrileño o incluso un bocadillo de calamares como los que son populares en los aledaños de la plaza Mayor. 

La elaboración de estas rosquillas es muy sencilla, el único paso que se debe cuidar es el ligero montado de los huevos, para que espumen bien y así le den más esponjosidad a la masa. Después es sólo conseguir una masa tierna pero que no se pegue a las manos e ir formando las rosquillas una a una con un poco de paciencia.

Cómo hacer rosquillas de San Isidro paso a paso

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Paso 1

Precalentar el horno a 250 ºC con calor arriba y abajo, sacar la bandeja de horno fuera. Tamizar la harina con el impulsor, el bicarbonato y la sal y reservar. Poner en un bol los huevos con el aceite de oliva, el licor de anís y el azúcar y batir con la batidora de varillas a velocidad alta durante unos 10 minutos. El objetivo es que se quede una mezcla muy esponjosa y ligeramente blanqueada. 

Paso 2

Cuando la mezcla anterior ya esté esponjosa, añadir la harina poco a poco, incorporar también el anís y mezclar con la ayuda de una cuchara o de una rasqueta hasta que esté todo integrado. Entonces, sacar a la encimera y terminar de mezclar bien. El objetivo es lograr una masa manejable pero que no se pegue.

Paso 3

Poner papel de hornear sobre la bandeja de horno e ir haciendo porciones de masa de unos treinta gramos. Con esas porciones formar bolitas.

Paso 4

Convertir esas bolitas en rulos de más o menos el mismo grosor y, con ellos, hacer las rosquillas. Ir poniéndolas una a una sobre el papel de horno en la bandeja. Habrá que dejar suficiente separación pensando que crecen bastante en el horno.

Paso 5

Pintar las rosquillas con el huevo batido y llevar al horno unos 10 minutos hasta que se doren ligeramente. Lo ideal es que se doren rápido para que no se sequen mucho en su interior. Cuando estén listas, sacar y dejar enfriar ligeramente antes de manipular. 

Para conservarlas y que aguanten jugosas más tiempo, se deben guardar en una bolsa de plástico.