Tengo la teoría, seguramente infundada, de que a todos nos gustaría cocinar si desde pequeños nos dejasen colaborar en la preparación de recetas sencillas. No he conocido a ningún niño pequeño que no disfrute metiendo las manos en la harina y en la masa de las croquetas o cortando galletas con formas de muñecos. Y puede que sean los adultos con frases como "no toques ahí que te vas a manchar" o "vete a tu cuarto que a la cena aún le falta" los que les acaban quitando las ganas.

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Con la supervisión de un adulto que se encargue de las tareas que pueden ser un riesgo para los pequeños (manejar cuchillos, objetos calientes...), los peques de la casa pueden hacernos pasar buenos ratos compartidos en la cocina y eso puede llegar a ser la semilla que alimente en ellos las ganas y el gusto por la cocina. Saber cocinar, ser capaz de abrir la nevera y preparar un plato con lo que hay dentro es algo que da mucha sensación de libertad.

Las vacaciones de verano, con mucho más tiempo libre y con recetas más frescas, fáciles y rápidas de hacer, son una buena ocasión para que los niños pasen más tiempo en la cocina. Pueden ayudar en tareas como el lavado de frutas y verduras, preparar zumos con un exprimidor manual, mezclar ingredientes, batir huevos, dar forma a croquetas y galletas y, no menos importante, pueden ir probando los distintos ingredientes.

Un postre saludable y muy de verano

La receta de hoy nos la propone Bollo, seguro que más de una vez has visto sus melones en las fruterías. Son famosos por seleccionar a los mejores agricultores con las tierras de mejor calidad para cultivar melones que recolectan cuando están en su punto para que siempre estén ricos. Por eso sus melones ganan premios cada verano. Para que te hagas una idea, su melón "piel de sapo" ha sido elegido 'Sabor del año 2024' por los consumidores españoles y con este ya van ocho años seguidos.

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Es una receta dulce, pero en la que no usaremos azúcar refinado, solo una pequeñísima cantidad de miel y los azúcares naturalmente presentes en la fruta. Aparte de ésta, utilizaremos otros alimentos nutritivos como la avena o el yogur. Así nuestro postre será una buena alternativa a otras opciones ultraprocesadas.

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Ingredientes para hacer vasitos crujientes de avena rellenos de yogur y melón

  • Avena, 100 g
  • Miel, 1 cucharada
  • Aceite de coco, 1 cucharada
  • Agua, 1 cucharada
  • Plátano, 1/2 ud
  • Yogur natural o griego, 1 ud
  • Melón, 100 g
  • Hojas de menta fresca

Paso 1

Precalentamos el horno a 180 ºC.

Paso 2

Ponemos el aceite de coco, la miel y el agua en un bol. Calentamos 15 segundos en el microondas para que se funda todo y mezclamos bien.

Paso 3

Pelamos el plátano y machacamos la mitad con ayuda de un tenedor.

Paso 4

En un bol ponemos la avena en copos, el medio plátano y la mezcla anterior.

Paso 5

Mezclamos todo hasta tener una masa manejable.

Paso 6

Hacemos bolitas con la masa, las aplastamos hasta obtener un disco y forramos con ellos las cavidades de un molde para hacer magdalenas o muffins previamente engrasadas.

Paso 7

Horneamos durante 10 minutos hasta que veamos que empiezan a tostarse los bordes.

Paso 8

Desmoldamos nuestros "vasitos" comestibles y los dejamos enfriar sobre una rejilla.

Paso 9

Troceamos el melón, lo mezclamos con el yogur y rellenamos los vasitos con la mezcla.

Paso 10

Decoramos con la menta picada y, si tenemos una cuchara sacabolas, podemos coronar con una bolita de melón.