Para cuidarse no siempre es necesario renunciar a todos los platos que nos gustan, a veces es solo cuestión de introducir pequeños cambios en las recetas para rebajar esas grasas y carbohidratos refinados que solo nos aportan calorías innecesarias.
Con estos cambios aprovechamos también para introducir alimentos más saludables en nuestros platos, de manera que podemos seguir disfrutando de los platos que más nos gustan en versiones más sanas pero igualmente sabrosas.
Una de estas recetas es la lasaña, a la que nos vamos a dedicar hoy, una receta que gusta a casi todo el mundo, que admite múltiples rellenos en los que podemos aprovechar para introducir esas verduras que nos cuesta comer solas. Pero muchas veces, la bechamel que acompaña a la receta, al ser una salsa que lleva harina y mantequilla y aporta un montón de calorías, nos quita las ganas o hace que los remordimientos no nos dejen disfrutar de la receta.
Cuatro recetas de bechamel para lasaña para todos los públicos
Por suerte para todos, la bechamel es una salsa que puede sustituirse por diversas variantes que ahora os vamos a contar.
Bechamel para lasaña tradicional
- Mantequilla, 35 g
- Harina, 35 g
- Leche caliente, 500 ml
- Sal, pimienta y nuez moscada
Prepararla es tan fácil como poner a calentar la mantequilla en una sartén hasta que se derrita, añadimos la harina y la tostamos ligeramente durante un minuto sin parar de remover. Empezamos a añadir la leche poco a poco sin dejar de remover, preferiblemente con unas varillas manuales. Una vez incorporada la leche, seguimos removiendo hasta que tenga una textura uniforme. Finalmente sazonamos con sal, pimienta molida y nuez moscada.
Bechamel rápida sin gluten
- Mantequilla, 30 g
- Almidón de maíz (tipo Maizena), 2 cucharadas
- Leche, 300 ml
- Sal, pimienta y nuez moscada
En un bol apto para microondas ponemos la mantequilla y la calentamos 30 segundos a 800 W de potencia hasta que se derrita.
Disolvemos el almidón de maíz batiendo enérgicamente con unas varillas. Añadimos la sal y la mezclamos muy bien. Añadimos la leche y mezclamos bien.Calentamos la mezcla en el microondas durante 1 minuto y 30 segundos a 800 W, sacamos y batimos bien.
Calentamos de nuevo 1 minuto y 30 segundos a 800 W, sacamos y volvemos a batir. Ya tendremos lista nuestra bechamel sin grumos. Sazonamos con pimienta y nuez moscada y, si es necesario, rectificamos de sal.
Bechamel vegana de calabacín
- Calabacines, 2
- Cebolla, 1 pequeña
- Ajo, 1 diente
- Aceite de oliva, 1 cucharada
- Leche de avena, 80 ml
- Arroz de grano corto, 1/2 cucharada
- Sal, pimienta y nuez moscada
Empezamos por pelar y trocear el diente de ajo y la cebolla en trozos menudos para que se haga pronto. En una cacerola o en un cazo que tenga tapa ponemos a calentar el aceite y sofreímos ajo y cebolla a fuego medio-alto removiendo de vez en cuando.
Mientras se sofríen el ajo y la cebolla, pelamos los calabacines, los cortamos en dados pequeños y reservamos hasta que la cebolla empiece a tomar color.
Añadimos los calabacines, damos unas vueltas para que se mezcle todo bien, añadimos la leche, sal al gusto y el arroz en forma de lluvia. Tapamos la cacerola, bajamos el fuego y dejamos cocer durante unos 20 minutos.
Pasado este tiempo, estará todo tiernísimo. Lo pasamos a un bol, agregamos nuez moscada al gusto y trituramos con la batidora hasta tener una crema fina de textura similar a la bechamel. Rectificamos de sal si es necesario y, si nos apetece, añadimos también un poco de pimienta molida y nuez moscada.
Bechamel de coliflor baja en calorías
- Coliflor, 1 pequeña (solo la parte blanca)
- Cebolla, 1
- Aceite de oliva virgen, 1 cucharada
- Bebida de avena, 200 ml
- Sal, pimienta y nuez moscada
En una cazuela ponemos a calentar el aceite para pochar la cebolla picada muy fina a fuego muy lento, cuando la cebolla esté transparente incorporamos la bebida de avena, sal al gusto y la coliflor cortada en trozos pequeñitos. Tapamos y dejamos cocer a fuego suave durante unos 20 minutos hasta que esté tierna.
Trituramos con ayuda de una batidora, sazonamos con pimienta molida y nuez moscada y rectificamos de sal si es necesario.
Como veis, hay una receta de bechamel para lasaña para cada tipo de persona. ¿Cuál es la tuya?