En cocinillas tenemos en cuenta todo lo que nos proponéis y nos pedís. La semana pasada en el post de los Wraps de pollo, mucha gente nos preguntó por la receta para hacer hummus casero, esa pasta de garbanzos utilizada en Oriente Medio y Grecia. Pues bien, aquí la tenéis.

Ingredientes

  • 1 tarro de garbanzos ya listos para usar (400g de peso escurridos)
  • 4 cucharadas soperas de zumo de limón
  • 2 ó 3 cucharadas soperas de tahini (es muy viscoso y tiende a hacer copete, pero intentad echarlas más bien rasas y añadid más al final si veis que le hace falta)
  • 3 cucharadas soperas de agua
  • 2 pellizcos de sal

La única complicación es comprar tahini, que es una pasta de semillas de sesamo machacadas. La venden en El Corte Inglés y seguramente en muchos otros supermercados, además de en cualquier herboristería, incluso en las de los pueblos más pequeños. Me gustaría poder deciros que es un ingrediente opcional, pero sin ello lo que tendréis serán simplemente garbanzos triturados.

La mayoría de recetas utilizan 1 o 2 dientes de ajo. Yo no se lo pongo porque de esta manera me parece más similar al que venden en los restaurantes de comida rápida, pero si os gusta mucho el ajo podéis ponérselo.

Por cierto, esta receta es libre de gluten y 100% vegetariana.

Preparación

Ponemos los garbanzos en un escurridor de pasta y los lavamos.

Echamos todos los ingredientes en un vaso para batidora y batimos. Os aconsejo usar una batidora de mano porque la mezcla es muy espesa y las demás no dan buen resultado (comprobado). Hay que batir hasta que no queden trozos de garbanzos. Si veis que es imposible, añadid un poco más de agua, pero es una masa que se queda en el sitio, en ningún momento debe quedarnos líquida.

Resultado

Esta es una receta para hacer una base de hummus perfecta para acompañar con trozos de cordero, pollo o ensalada.

Otra opción bastante popular es hacerlo de distintos sabores añadiendo a la mezcla ingredientes como cilantro picado, pimentón o guindilla y usarlo para mojar pan de pita u hortalizas como palitos de zanahoria, de pepino o de apio. Para los celiacos, esta última sería una buena opción, ya que el pan de pita contiene gluten.

Si lo tapamos bien, nos dura 5 días en la nevera sin problema.

Espero que os haya gustado y que lo probéis, y por supuesto que nos contéis qué os ha parecido.