La soja, ¿amiga o enemiga?
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La soja es una legumbre que cada vez es más consumida en nuestro medio, sobretodo en forma de sus derivados más que como legumbre. Como legumbre podría consumirse como si fueran unas lentejas, por ejemplo, y de hecho tiene casi el mismo aspecto. También tenemos los brotes de soja que se pueden añadir a una ensalada. Como derivados, podemos encontrarnos la mal llamada leche de soja, los yogures de soja o el tofu.
La soja es un alimento muy alto en proteínas y además son proteínas completas, es decir, que contiene todos los aminoácidos esenciales (los que nuestro cuerpo necesita). El problema de estas proteínas, según algunos expertos, es que se absorbe peor. Además, debido a su alto contenido en proteínas para alguna patologías puede no estar indicada o, mejor dicho, sería mejor retirarla.
Parece que la soja se puso de moda hace unos años cuando las mujeres en premenopausia consumían leche de soja. La razón de esto es que la soja tiene un importante contenido en flavonas; cuando una mujer entra en menopausia su organismo deja de fabricar estrógenos y es cuando se producen los sudores famosos en estas mujeres. Para paliar los efectos de la menopausia, algunos médicos aconsejaban tomar soja por su contenido en flavonas. Y es que las flavonas tiene una estructura química análoga a los estrógenos y, de hecho, por ahí podeis leer que las flavonas son estrógenos naturales.
Posteriormente, parece que se extendió la creencia de que la soja es muy buena y de repente todo el mundo empezó a consumirla. Pero el problema no es consumir soja, sino consumir sus derivados. La leche de soja no es leche, es una bebida de soja, pero nutricionalmente no tiene nada que ver con la leche, por eso he dicho antes “la mal llamada leche de soja”. Ocurre lo mismo con los yogures de soja: se hacen a partir de la fermentación de la bebida de soja, pero nutricionalmente no tiene nada que ver con los yogures que siempre hemos conocido. Por eso no se puede meter a la bebida de soja o los yogures de soja dentro del grupo de los lácteos: la soja es una legumbre, los leche y yogures sí que son lácteos.
El problema de la bebida de soja y demás derivados de la soja está en su contenido en flavonas. Cuando el paciente nos cuente que consume la soja como plato de legumbre (todavía no se lo he oído a ningún paciente) sabemos el contenido en flavonas que puede contener el plato consumido. Cuando nos dicen que toman bebida de soja o yogures de soja o cualquier otro derivado de la soja no hay manera de saber la cantidad de flavonas que pueden contener, pues el fabricante no pone la cantidad de soja que se utiliza para hacer ese producto y muchísimo menos la cantidad de flavonas que hay en el producto. Y es que desde hace un par de años se está investigando cuál es el efecto de un exceso de flavonas en el organismo.
Parece ser que un exceso de flavona en el organismo puede tener efectos adversos. Esto se está viendo sobretodo en niños que sus padres han decidido darles bebida de soja o yogures de soja en vez de leche de vaca. En estos niños se está viendo que podría haber un aumento del riesgo de padecer ciertas enfermedades frente a niños que no toman estos productos o incluso un retraso en el crecimiento. Esta relación se queda en un “podría” ya que es algo muy reciente que se está empezando a ver y se piensa que es debido a que el consumo de estos productos de forma frecuente (como si fueran lácteos) aporta al organismo una cantidad excesiva de flavonas, y más en niños.
Por todo esto que os cuento mis conclusiones son que la soja es una legumbre y que sus derivados como la bebida de soja deben considerarse derivados de legumbre y consumirlos como tales. Si no tienes problemas de intolerancia a lactosa consume leche o sus derivados, no hay nada que los sustituya y, como ya explicamos en el artículo anterior, son necesarios en nuestra dieta. Si tienes una intolerancia total a la lactosa, mejor que utilizar la bebida de soja, utilizar otra como la “leche de almendras” o la “leche de arroz” o la leche sin lactosa.
Si no es una intolerancia total, consume lo que puedas del grupo de los lácteos o leches sin lactosa que nutricionalmente son igual a la leche con lactosa a excepción de que le han eliminado la lactosa. Si tienes un niño pequeño y tiene alergia a las proteínas vacunas, tu pediatra ya te habrá recomendado y explicado lo que son los hidrolizados de proteínas y sabrás que a los dos años se prueba a reintroducir la leche de vaca y casi todos a esa edad ya la toleran bien. Si eres vegetariano que no toma lácteos o vegano, mejor utilizar otro tipo de bebidas que no sean de soja y haz una buena combinación de alimentos para garantizar una absorción máxima, fiándote siempre de un buen profesional, como un dietista, y dejándote aconsejar por él.
¿Tienes alguna duda sobre la soja? Coméntanos tu opinión respecto a este tema.