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No os voy a mentir, aunque cocinar es una de mis mayores aficiones y a la que intento dedicar todo el tiempo que puedo, la verdad es que cuando no hay tiempo, no hay tiempo y entre semana muchas veces intento preparar platos que me solucionen la comida con un único plato, así que tiro de recetas sencillas y equilibradas que combinen la ración necesaria de proteínas, grasas y carbohidratos.
Ingredientes
Para la vinagreta
- Aceite de oliva virgen extra, 3 cucharadas
- Zumo de limón, 2 cucharadas
- Tabasco, 1/2 cucharadita
- Sal, 1/2 cucharadita
- Pimiento rojo y verde picados, 3 cucharadas
- Cebolla picada, 3 cucharadas
- Perejil picado, 3 cucharadas
Para la ensalada:
- Arroz hervido, 1 taza
- Tomates pequeños en dados, 2
- Aguacate troceado, 1
- Lechuga picada, 4 hojas
- Aceitunas negras o verdes, 10 o 12
- Huevos duros, 2 (*)
- Queso fresco bajo en grasa, 100 g (*)
- (*) Si vas a servir la ensalada como guarnición de una carne o un pescado, o incluso como entrante puedes omitir estos ingredientes, pero si vas a tomarla como plato único, serán los que te aporten la ración necesaria de proteínas.
Para esos días en los que os pase como a mí, os propongo una receta sencillísima que me encanta y es esta ensalada de arroz y guacamole. Suelo prepararla en días que sé que voy a tener poco tiempo para hacer la comida, por eso dejo el arroz y los huevos cocidos desde la noche anterior, así cuando llego a casa solo tengo que trocear y mezclar. Más fácil imposible.
Preparación de la ensalada de arroz y guacamole
En otro bol más grande o en la fuente en la que la vayamos a servir ponemos el arroz hervido, los tomates lavados y troceados, el aguacate troceado, las hojas de lechuga bien picadas, las aceitunas, los huevos duros picados y el queso fresco en dados. Mezclamos todo bien, añadimos la vinagreta y mezclamos para que se impregne todo bien.
Servimos inmediatamente.
Resultado
Preparar esta ensalada de arroz y guacamole es un verdadero juego de niños, y es fabulosa para preparar una comida en un momento con la que aguantaremos sin hambre hasta la hora de la siguiente comida.