Es quizá uno de los remedios de abuela más conocidos, da igual que sea una gripe o un simple catarro, lo más probable es que tu abuela en cuanto te oyese estornudar corriese rauda y veloz a prepararte un zumo de naranja o del cítrico que le pillara a mano en ese momento.
¿El motivo? Que la vitamina C de las naranjas sería tu salvación o al menos te ahorraría padecimientos.
Mi abuelo, al que conocí poco, pero siempre recuerdo como un hombre muy sabio, riéndose de todas estas cosas decía que el catarro con medicinas, siete días, y sin medicinas, una semana. Vamos, que daba igual que te bebieras el huerto hecho zumo, que los días de malestar te iba a tocar pasarlos sí o sí.
También habrás leído u oído que tomar vitamina C con regularidad, evita que cojas gripe o te resfríes. Y eso no es solo cosa de abuelas, pues a mediados del siglo pasado, Linus Pauling, un reputado científico que llegó a ser galardonado con dos premios Nobel (el de Química en 1954 y el de la Paz en 1962), dedicó gran parte de su vida a defender las bondades de la vitamina C, ya no solo como remedio para prevenir resfriados sino que llegó a sostener que podría reducir la mortalidad por cáncer.
La verdad es que el zumo de naranja no cura la gripe
A finales del siglo XX y principios del siglo XXI, se han seguido realizando estudios que muestran no solo que Pauling estaba equivocado en sus afirmaciones, sino que un consumo excesivo de vitamina C puede provocar problemas gastrointestinales -porque sí, las naranjas debido a su gran cantidad de fibra, pueden ser buenas aliadas en un caso de estreñimiento, pero si abusamos, podemos acabar sufriendo lo contrario… ya me entendéis. La OMS (Organización Mundial de la Salud, dice que con 45 mg/día tenemos suficiente cantidad de vitamina C).
En enero de 2013, en el estudio “Vitamina C para prevenir y tratar el resfriado común” compararon los resultados 29 estudios previos para averiguar si la vitamina C reduce la incidencia, la duración o la intensidad del resfriado tanto cuando se usa como suplemento de manera regular como usado como terapia una vez se han empezado a manifestar los síntomas del resfriado. El resultado general fue que el consumo de vitamina C como suplemento no está justificado ya que no resulta efectivo para reducir la incidencia de los resfriados en la población en general. Aunque algunos de los estudios revisados llegaba a la conclusión de que la suplementación de vitamina C reducía la duración del resfriado en algunos sujetos, dichas conclusiones no pudieron ser contrastadas en estudios posteriores.
En definitiva, dado que el zumo de naranja es barato y con moderación a nadie le va a hacer daño, lo mejor es que cada uno pruebe si le va bien tomárselo cuando está resfriado o si, por el contrario, le hace el mismo efecto que tomarse un vaso de agua, que eso sí es importante, beber líquidos para no deshidratarse durante los episodios de catarro.