En México es raro comer burritos o fajitas y la gastronomía va mucho más allá del guacamole y las quesadillas. Que ojo, son dos cosas maravillosas absolutamente (y si no lo piensan prueben a hacer un guacamole con langostinos enchipotlados al más puro estilo Barracuda MX o unas deliciosas quesadillas de tinga de pollo) pero no es justo que la maravillosa riqueza gastronómica mexicana se vea únicamente representada por ellos en la cabeza de muchos, contando claro con los tacos. Es curioso, pero una de las cosas que más he aprendido de mis muchos viajes a México es que, allí, todo se convierte en tacos. Qué bien que en Madrid haya buenos restaurantes para comer tacos - y en el resto de España también - que te transportan a los sabores del otro lado del océano. 

Dicho esto, me confieso enamorada de las sopas mexicanas, tanto del pozole como de la sopa de tortilla o sopa azteca que es nuestra protagonista de hoy. Es curioso porque la forma de preparar sopas allí difiere bastante de la de aquí, las de ellos suelen contar con licuados de vegetales y, sobre todo, con algún chile. La característica principal de esta sopa es que aprovecha los restos de la masa de las tortillas, los fríe y los incorpora dentro. Generalmente se usan tortillas de maíz, o directamente los totopos, pero también podríamos hacerla con tortillas de trigo (a las que ellos llaman tortillas de harina) o tortillas de trigo integral, como en esta ocasión. 

Para completar el menú, sería genial preparar unos huevos revueltos a la mexicana, unos tacos al pastor de presa Joselito y, de postre, unos buñuelos. ¡Ándale!

Cómo hacer sopa de tortilla

Ingredientes

  • Pechuga de pollo, 1 ud
  • Tomate rojo, 3 ud
  • Chalota, 4 ud
  • Dientes de ajo, 2 ud
  • Aceite de oliva, 1 cucharada
  • Chile ancho o de árbol, 2 ud
  • Sal, c/s
  • Crema agria, 4 cucharadas
  • Aguacate grande, 1 ud
  • Tortillas de trigo integral, 6 ud
  • Aceite para freír de oliva suave, abundante
  • Cilantro fresco, al gusto
  • Lima, 1 ud

Paso 1

Asar las verduras.

Paso 2

Cocer el pollo.

Paso 3

Triturar las verduras con el caldo del pollo.

Paso 4

Freír las tortillas y emplatar

Paso 1

Precalentar el horno a 180 ºC. Quitar el pedúnculo de los tomates y pelar las chalotas y los dientes de ajo. Disponer todo en una bandeja apta para el horno, regar con un poco de aceite de oliva y de sal, tapar con papel de aluminio y hornear durante 30 minutos. Me gusta el toque doradito "tatemado" que puedan tener los dientes de ajo y chalotas al final, con cuidado de que no se quemen porque amargarían.

Paso 2

Cocer la pechuga de pollo en 2 litros de agua aproximadamente. A fuego suave durante 10-15 minutos. Añadir un poco de sal al agua. Cuando la pechuga esté cocida retirar del caldo, dejar enfriar ligeramente y desmigar con la ayuda de un tenedor. Reservar. 

Paso 3

Cuando las verduras ya estén asadas triturar con el caldo del pollo añadiendo también los chiles, dándole el punto de picante a gusto de cada uno. Llevar todo el líquido a una olla y dejar cocinar a fuego suave durante 45 minutos. 

Paso 4

Hacer tiras finas con las tortillas de trigo integral (o de maíz, o de trigo normal), yo lo hago normalmente con las tijeras. Freír las tiras de tortilla en abundante aceite caliente, pero no demasiado, queremos que se doren pero que no se quemen. Cuando empiecen a estar doradas retirar a un plato con un papel absorbente para que se pierda el exceso de grasa.

Paso 5

Pelar el aguacate y trocearlo en lonchas o en cuadraditos, al gusto de cada uno. Partir la lima en cuartos.

Paso 6

Introducir el pollo desmechado en el caldo y dejar cocinar en él durante 5 minutos. Poner a punto de sal y de pimienta negra, si se quiere, la sopa.

Paso 7

Poner en el plato hondo de cada uno una cantidad abundante de tiras de tortilla fritas, regar por encima con el caldo y el pollo. Terminar con una cucharada de crema agria, un cuarto de lima, un poco de cilantro fresco y también con el aguacate y disfrutar bien caliente. Cerca tendremos un poco de salsa picante por quien quiera alegrarse la vida un poco más.