Sorprende que una crema que aúna a dos verduras poco valoradas pueda resultar tan sabrosa y a la vez tan fácil de preparar. Ni el apio ni el nabo suelen ser los protagonistas de ninguna receta, sino más bien actores secundarios. El nabo es muchas veces desechado tras su utilización, por ejemplo, en la elaboración de caldos, pero lo cierto es que, simplemente salteado con mantequilla y una pizca de sal es una delicia, y funciona muy bien como guarnición. También en tortilla como la tortilla de nabos o en pastel como el pastel de nabo con seta y bacon y, por supuesto, en ensalada como la ensaladilla de nabo y zanahoria

El apio es uno de los pocos vegetales que no pierde sus propiedades al cocinarlo. Aunque en su mayoría nos lo encontramos crudo en ensaladas como la ensalada Waldorf o como acompañamiento de bebidas como los batidos verdes (de kiwi o de espinacas), le da un toque muy rico a las cremas como esta o como la crema de apio y manzana.

Entre las propiedades del apio están las antiinflamatorias, depurativas, es cardiosaludable, y alivia los problemas digestivos. Un alto contenido de antioxidantes e igualmente propiedades digestivas son las aplicables al nabo. Ambos tienen muy poco aporte calórico y en hidratos de carbono.

Estos dos vegetales tan simplones forman un excelente equipo tan solo dándoles un poco de gracia con una cebolla y algo de mantequilla. La cantidad de mantequilla empleada es por supuesto orientativa, pudiendo aumentarla o disminuirla al gusto.

Quedará igualmente una crema ligera y llena de un aroma fresco, pero se le puede añadir una patata a la cocción, o terminar con un chorrito de nata o leche, sabiendo que entonces no será tan liviana, pero quedará igualmente sabrosa.

Esta crema puede valer para disfrutar sola pero también para cubrir con ella un pescado, unas albóndigas o incluso convertirla en una salsa para pasta. También sería perfectamente útil para terminar un arroz cremoso dándole ese toque de sabor vegetal tan personal.

Cómo hacer una crema de nabos y apio

Crema de nabos y apio Clara Villalón

Ingredientes

  • Nabos grandes, 4 ud
  • Apio, 1 rama
  • Cebolla grande, 1/2 ud
  • Dientes de ajo, 2 ud
  • Mantequilla, 50 g
  • Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
  • Caldo de verduras o agua, 600 ml
  • Sal, c/s

Para el aceite de perejil

  • Perejil picado fresco, 4 cucharadas
  • Aceite de oliva virgen extra, 100 ml

Paso 1

Pochar las verduras

Paso 2

Cocer las verduras

Paso 3

Triturar la crema

Paso 4

Hacer el aceite de perejil y servir

Paso 1

Lavar bien los nabos y la rama de apio. Pelar los nabos y trocearlos en cuadraditos pequeños. Quitar las hebras exteriores del apio, con la ayuda de un pelador o un cuchillo afilado, y cortar también en trocitos. Pelar y picar finamente el ajo y la cebolla.

Paso 2

En una sartén al fuego suave, añadir el aceite de oliva virgen extra y la mantequilla, y pochar en ellos las verduras troceadas durante 15 minutos. Agregar también un poquito de sal para que los vegetales suelten el agua con mayor facilidad. Remover de vez en cuando para asegurarse de que no se doran en exceso.

Paso 3

Cuando esté todo pochado, añadir el caldo y subir el fuego hasta que rompa a hervir. Una vez esté hirviendo, bajar el fuego y cocer hasta que las verduras estén tiernas. Tardará aproximadamente unos quince minutos más.

Paso 4

Con una batidora, triturar el perejil con aceite que se convertirán en el condimento para luego agregar por encima a la crema. Una vez triturados, se pueden quedar tal cual o se puede colar el aceite para que no tenga rastro de hojas de perejil.

Paso 5

Triturar la crema, no agregando todo el caldo desde el principio sino que lo mejor es ir incorporándolo poco a poco para conseguir la textura deseada. 

Paso 6

Servir la crema caliente, poniéndola a punto de sal, con encima el aceite de perejil hecho previamente.