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Sí, otra receta de gazpacho, porque el calor y el verano lo llaman a gritos a este plato tan nuestro y tan refrescante y es la forma más deliciosa de mantenerse hidratado y cargado de vitaminas. Porque aunque el gazpacho andaluz tenga la fama, las opciones son prácticamente infinitas a la hora de meter hortalizas en el vaso de la batidora y aliñarlas con sal, aceite y vinagre.
Es una manera sencilla y ultrarrápida de preparar un entrante ligero y saciante aprovechando que los tomates están en su mejor momento. Y si, además, añadimos vegetales adicionales que aporten un extra de nutrientes que no sólo nos sirven para cuidarnos por dentro, sino también por fuera.
Desde la Clínica Mira+Cueto, nos proponen un truco para que el gazpacho esté cargado de antioxidantes y vitaminas para el buen funcionamiento de la piel y para conseguir un tono bronceado más bonito. Así pues, este gazpacho bien podría formar parte de la rutina de skincare.
Cómo puede un gazpacho cuidar de tu salud
No son pocas las razones que tenemos para que no falte gazpacho en la nevera ni un solo día de verano:
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Nos mantiene hidratados: el gazpacho está compuesto en su mayoría por agua y vegetales frescos, lo que ayuda a la hidratación, especialmente en climas cálidos.
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Tiene pocas calorías, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan mantener o perder peso.
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Es fuente de vitaminas y minerales: se elabora con vegetales como tomate, pepino, pimiento y ajo, que son fuentes ricas en vitaminas A, C, E y minerales como el potasio y el magnesio.
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Es un cóctel de antioxidantes: los tomates y otros ingredientes del gazpacho son ricos en micronutrientes, como el licopeno y la vitamina C, que ayudan a combatir el daño celular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
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Aporta fibra: los vegetales frescos aportan fibra, que es esencial para una buena digestión y para mantener la salud del sistema digestivo.
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Lleva ingredientes antiinflamatorios: el gazpacho contiene ingredientes como el ajo y el aceite de oliva, que tienen propiedades antiinflamatorias.
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Es bueno para el corazón: el aceite de oliva y los vegetales del gazpacho contribuyen a mejorar la salud cardiovascular, ayudando a reducir los niveles de colesterol y la presión arterial.
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Es fácil de digerir: al ser una sopa de textura suave que solo contiene una pequeña cantidad de grasas monoinsaturadas, el gazpacho es fácil de digerir, especialmente si no se emplea ajo en su elaboración, lo que lo convierte en una opción adecuada para personas con problemas digestivos.
Desde la mencionada clínica apuntan, además, que los betacarotenos, pigmentos vegetales presentes en frutas y verduras de colores amarillo, naranja, rojo y verde, son compuestos que se transforman en nuestro organismo en vitamina A, que participa en el buen funcionamiento de la piel. Actúan como antioxidantes naturales, neutralizando los radicales libres que oxidan nuestras células y aceleran el envejecimiento. Son conocidos por su efecto en la aceleración del bronceado, ya que estimulan la síntesis de melanina. Además, aportan beneficios para la visión.
El agua, explican, es fundamental en verano, para mantener el metabolismo celular, la hidratación de nuestro organismo y favorecer la circulación y el drenaje. El tomate, la sandía y el pepino, alimentos habituales en la elaboración de gazpachos, son algunos de los que más agua contienen.
Ingredientes para hacer un gazpacho supervitaminado
- Tomates tipo pera, 1 kg
- Ajo, 1 diente
- Pimiento rojo, 1 ud
- Zanahorias, 3 ud
- Agua fría, 1 vaso
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre de manzana
- Sal
Paso 1
Mezclamos en un vaso batidor o un robot de cocina 1 kilo de tomates, 1 diente de ajo sin semilla, 1 pimiento sin pepitas (mejor rojo para potenciar el efecto antioxidante), 3 zanahorias peladas crudas, un vaso grande de agua, un chorrito de AOVE, vinagre de manzana y sal al gusto.
Paso 2
Batimos todo hasta que quede una textura uniforme y corregimos si es necesario añadiendo una zanahoria más o medio vaso más de agua para que quede más o menos espeso al gusto.
Paso 3
Podemos añadir también huevo duro picado y unos daditos de pepino como guarnición y tendremos la versión más fit de este plato tradicional tan fresco y apto para celíacos.