Una sopa reconfortante

Una sopa reconfortante creacart

Sopas y cremas

Rica en colágeno y con mucho sabor, la cena fácil que más me gusta preparar los días que hace frío

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Una de las formas más sencillas y baratas de incluir colágeno en la dieta sin tener que recurrir a suplementos es el caldo de huesos. Sí, es la sopa que ya hacían las abuelas, y es la que a ti que estás leyendo esto ahora te puede salvar muchas cenas durante los próximos meses.

La elaboración de este caldo de huesos, aunque debe cocer durante varias horas, no puede ser más sencilla. Puede hacerse en una olla normal o, si se desea, en una olla lenta tipo CrockPot y puede hacerse una gran cantidad con el fin de disponer de él durante varios días. Este caldo puede tomarse como aperitivo antes de cualquier comida -un vasito de caldo caliente en los días fríos es un regalo para el alma- o utilizarse como base para elaborar sopas tan reconfortantes como la de la receta de hoy.

¿Qué es el colágeno y por qué es tan importante?

El colágeno es la proteína más abundante en el cuerpo humano. Su importancia radica en que tiene una función estructural que se adapta al tipo de órgano o tejido sobre el que actúa. Por ejemplo, en el caso de la piel, que es el más empleado en la publicidad, el colágeno actúa como sostén de la dermis ayudando a que se mantenga tersa.

Pero también ayuda a que las articulaciones se mantengan en buenas condiciones. Eso sí, nosotros no podemos elegir dónde queremos que actúe. El colágeno que ingerimos se rompe cuando llega al estómago y ahí se liberan los aminoácidos que lo forman. Después, nuestro cuerpo enviará esos aminoácidos a la parte que más los necesite, ayudará antes a cicatrizar una quemadura que a evitar que salga una "pata de gallo".

Aunque en el mercado cada vez hay más suplementos de colágeno, hay alimentos que lo poseen en grandes cantidades y, uno de ellos es el ya archifamoso caldo de huesos, un caldo hecho con huesos, normalmente de ternera, ricos en esta proteína que no solo es muy nutritivo, sino que, además, está delicioso. Puede encontrarse envasado, pero el precio es mucho más caro de lo que cuesta hacerlo en casa.

Una sopa que es perfecta para una cena ligera

Durante la noche, concretamente durante la etapa de sueño profundo, es el momento en el que nuestro cuerpo se "repara", por eso, una sopa hecha con caldo de huesos es una cena perfecta para cualquier día fresco, pues le estaremos dando a nuestro cuerpo una buena dosis de lo que necesita para llevara a cabo esas reparaciones.

Una ración de esta sopa, con apenas 250 kcal, aporta entre 20 y 25 gramos de proteínas que proceden del caldo de huesos y del pollo (o los huevos), entre 10 y 15 gramos de carbohidratos que proceden de las hortalizas y muy pocas grasas, especialmente, si usamos un caldo de huesos que hayamos desgrasado previamente.

Además de colágeno, el caldo de huesos es rico en calcio y magnesio. El apio y el calabacín aportan potasio. Las espinacas aportan hierro y, si se utiliza zumo de limón, la vitamina C de éste ayudará en la absorción del hierro de las espinacas.

Ingredientes para hacer una sopa nutritiva rica en colágeno

  • 1 litro de caldo de huesos
  • 250 g de pechuga de pollo asado desmenuzada (podría sustituirse por 4 huevos duros picados)
  • 2 zanahorias
  • 1 rama de apio
  • 1 cebolla
  • 100 g de espinacas frescas
  • 1 calabacín mediano
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta
  • Perejil fresco picado
  • Zumo de limón (opcional)

Paso 1

Pelamos las zanahorias, el apio, el calabacín y la cebolla y los cortamos en dados pequeños (como de medio centímetro). Pelamos los dientes de ajo y los picamos muy finamente o los prensamos con un prensador de ajos.

Paso 2

En una olla grande, calentamos el aceite de oliva a fuego medio. Añadimos la cebolla y el ajo, y los sofreímos durante unos 3-4 minutos hasta que estén dorados y desprendan sus aromas.

Paso 3

Incorporamos las zanahorias, el apio y el calabacín a la olla. Cocinamos todo junto durante unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando para que las verduras se ablanden un poco.

Paso 4

Añadimos el caldo de huesos en la olla y llevamos la mezcla a ebullición. Una vez que comience a hervir, bajamos el fuego a medio-bajo y dejamos que la sopa se cocine a fuego lento durante 10-15 minutos hasta que las hortalizas estén a tu gusto, hay quien las prefiere muy tiernas y hay quien las disfruta más si aún están algo crujientes.

Paso 5

Añadimos la pechuga de pollo desmenuzada a la sopa y dejamos cocinar un par de minutos más para que se caliente. Si no tuviésemos la pechuga ya cocida, la cortamos en dados pequeños y la dejamos cocinar en el caldo durante unos 10 minutos más hasta que esté bien cocida.

Paso 6

Cuando el pollo esté cocido y las verduras a nuestro gusto, añadimos las espinacas frescas. Cocinamos durante otros 2-3 minutos para que se cuezan las espinacas.

Paso 7

Ajustamos la sal y la pimienta al gusto, y añadimos perejil fresco picado. Si se desea un toque fresco, una vez servida la sopa en el plato, se le pueden añadir unas gotas de zumo de limón.

¿Cómo se hace el caldo de huesos?

Este nutritivo caldo puede prepararse cociendo todos los ingredientes directamente en agua, como en la receta del enlace que aparece sobre estas líneas o, si queremos un caldo con mucho más sabor, haciendo un sencillo paso previo que consiste en tostar los huesos antes de cocerlos en agua para preparar al caldo.

Si prefieres probar con esta otra manera, a continuación, te dejamos una receta supersencilla:

Ingredientes para hacer caldo de huesos casero

• 1 kg de huesos de ternera (pecho, rodilla, tuétano…)
• 2 zanahorias
• 1 cebolla
• 3 dientes de ajo
• 2 ramas de apio
• 2 cucharadas de vinagre de manzana
• 3 litros de agua (suficiente para cubrir holgadamente los huesos)
• Sal, al gusto
• Pimienta, al gusto
• 2 hojas de laurel
• 1 ramita de romero fresco (opcional)
• 1 trozo de 1 cm de jengibre fresco (opcional)

Paso 1

Precalentamos el horno a 200 °C. Colocamos los huesos en una bandeja para hornear y los tostamos durante 35-40 minutos hasta que estén dorados. Este el pequeño paso previo que hará que el caldo tenga un sabor más intenso.

Paso 2

Mientras tanto, pelamos y cortamos las zanahorias, cebolla y apio en trozos grandes. Machacamos ligeramente los dientes de ajo.

Paso 3

En una olla grande, añadimos los huesos tostados junto con las verduras. Vertemos suficiente agua para cubrir todos los ingredientes y añadimos el vinagre de manzana, que ayuda a extraer el colágeno de los huesos.

Paso 4

Llevamos la mezcla a ebullición a fuego alto. Una vez que comience a hervir, bajamos el fuego y retiramos cualquier espuma o impurezas que suban a la superficie.

Paso 5

Agregamos la sal, la pimienta, las hojas de laurel y, si lo deseamos, el romero y el jengibre. Tapamos parcialmente la olla y dejamos que el caldo se cocine a fuego lento durante 8-12 horas (cuanto más tiempo, mejor será la extracción de colágeno).

Paso 6

Pasado el tiempo de cocción, colamos el caldo para separar los huesos y las verduras. Lo dejamos enfriar y, si es necesario, retiramos la capa de grasa que se forma en la superficie. El caldo de huesos, al enfriarse, debido al colágeno, se convierte en gelatina, que se forma en el fondo del recipiente, mientras que en la parte superior, se queda la grasa sólida, por lo que resulta muy fácil de desgrasar.

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