Seguimos con los platos de cuchara que tanto apetecen en estos días fresquitos del invierno y hoy os propongo unas lentejas con lacón, como diría la abuela, hechas como Dios manda, con su sofrito y algo de chicha para no quedarse con hambre.

Ya os lo he dicho en alguna otra ocasión, el secreto mejor guardado para que las lentejas salgan de cine consiste en usar unas lentejas que sean buenas, la calidad de la legumbre es algo fundamental, así que no te tortures pensando que has hecho algo mal si alguna vez te has puesto a hacer lentejas y se te han despellejado, lo más probable es que las lentejas no fuesen todo lo buenas que deberían. A mí personalmente me gustan las lentejas de La Armuña más que ningunas otras, son mucho más carnosas, tienen la piel finísima y no se les suelta.

También es importante el agua en la que se cuecen, y si vivís en una zona de aguas duras os recomiendo usar agua mineral, ahorraréis tiempo de cocción y el resultado será muchísimo mejor.

Preparación de las Lentejas con lacón

Empezamos poniendo a remojo las lentejas. Si las vamos a cocer en agua mineral o un agua blanda, no es necesario dejarlas mucho tiempo, yo lo que hago es dejarlas justo el tiempo que tardo en lavar, pelar y trocear todas las verduras.

En una cacerola amplia -yo he usado la olla rápida pero sin cerrarla a presión- ponemos las lentejas escurridas, una cucharada de aceite, una zanahoria pelada y cortada en rodajas y el apio. Cubrimos con agua hasta que el nivel de agua quede unos 3 centímetros por encima de las lentejas. Ponemos a fuego medio y tapamos con una tapa normal. Cuando rompa a hervir, bajamos el fuego y las dejamos que se vayan cociendo mientras preparamos el sofrito.

Pasada una media hora habrán absorbido casi todo el líquido y será el momento de añadir las espinacas y tapar de nuevo. Las dejaremos a fuego mínimo hasta que el sofrito esté listo.

Cuando tengamos el sofrito, añadimos la pastilla de caldo -si es una comercial que esté muy dura, será mejor extraer un poco del caldo de la olla y disolver la pastilla aparte-, meneamos un poco la olla para que se disuelva, añadimos el sofrito y lo mezclamos con las lentejas moviendo la olla con cuidado, pues ahora no es conveniente remover con utensilios y, si lo hacemos, que sea de forma delicada. Dejamos cocinar 5 minutos más, rectificamos de sal si es necesario y servimos.

Mientras se van cociendo las lentejas, preparamos el sofrito poniendo a calentar el aceite en una sartén a fuego medio alto y añadiendo la cebolla, los pimientos y la zanahoria cortados en trozos minúsculos. Salamos ligeramente y dejamos sofreír durante unos 10 minutos removiendo de vez en cuando, añadimos el tomate, subimos un poco el fuego para que evapore el agua y añadimos el lacón, lo justo para que se impregne del sofrito.

Las servimos calentitas y en plato hondo o en un bol.

Resultado

Ya tenemos listas nuestras lentejas con lacón que se pueden hacer de víspera y, al día siguiente están si cabe más ricas. Si sobra alguna ración, recordad el truquito para hacer una crema de lentejas estirando las sobras.