Descubrir el cuscús de brócoli os va a abrir un sinfín de posibilidades en la cocina y de grandes y estupendas sorpresas. Conseguir esta textura sólo conlleva introducir el brócoli troceado en un robot de cocina y triturarlo muy bien, hasta conseguir una especie de granillo del tamaño del cuscús. También lo podríamos hacer con mucha paciencia (y ensuciando un poco más porque se sale de la tabla) con la ayuda del cuchillo; método de toda la vida. Ese brócoli tan pequeño apenas tardará unos segundos en cocinarse, tanto al vapor como salteado y queda algo crujiente, muy sabroso y conserva todos los nutrientes de este vegetal tan saludable.

Como comprenderéis, las opciones a partir de tener el cuscús de brócoli son infinitas. Porque ahora cada vez que en una receta leamos "cuscús" sabremos que lo podemos hacer de esta verdura; o también de coliflor. Por ejemplo, podríamos hacer un cuscús con champiñones al ajillo y jamón o un cuscús con pollo al curry; pero de estas verduras. La combinación del brócoli con los crustáceos es infalible, ya la habíamos visto en la pasta con brócoli y langostinos y con los frutos secos también funciona muy bien; prueba de ello es el paté de brócoli y macadamia que es un aperitivo superapetitoso para dejar hecho con antelación. 

Os prometo que este cuscús de brócoli lo devorarán vuestros hijos igual que el brócoli gratinado con jamón, queso y huevo, la quiche de jamón, queso y brócoli o la crema de brócoli y queso cheddar. Lo podréis disfrutar tanto recién hecho como también templado o incluso frío como una ensalada así que podemos pensar en este cuscús de brócoli como una receta perfecta para llevarnos en una tartera un día de camping o de playa. También para dejar hecha con antelación para cuando tengamos invitados en casa. Si no queréis utilizar gambas, podéis hacerlo con taquitos de jamón, de beicon o incluso con huevo duro troceado.

Cómo hacer cuscús de brócoli con gambas y frutos secos

Paso 1

Quitar la parte exterior del tronco del brócoli y guardarlo, por ejemplo, para una crema. Trocear los floretes y también el tronco y ponerlo en un colador debajo del chorro del agua fría para que se limpie todo bien. Secar ligeramente con un paño o papel de cocina, que no esté muy húmedo. Lo ideal es que se seque por completo. 

Paso 2

Triturar con la ayuda de algún robot de cocina, controlar muy bien el proceso para que en ningún caso se haga puré o pasta. Habrá que triturar a velocidad alta en golpes cortos, no hay más misterio. Remover de vez en cuando con una espátula para bajar lo que haya en los bordes.

Paso 3

Pelar los dientes de ajo y picarlos finamente, pelar también el jengibre y hacer lo mismo. Dorar en una sartén con el aceite de oliva virgen extra hasta que empiece a tomar color. Cuando empiece a dorarse todo añadir el brócoli y saltear a fuego fuerte durante dos o tres minutos, lo justo para que coja un color verde potente pero que nunca pase a tono "verde militar". Retirar del fuego. 

Paso 4

En esa misma sartén, añadir un poco más de aceite, calentarlo bien e incorporar los cuerpos de las gambas pelados con un poco de sal, añadir también las almendras laminadas y el maíz crujiente y saltear a fuego fuerte para que se doren las gambas por fuera pero que no se cocinen mucho.

Paso 5

Apagar el fuego, incorporar de vuelta el brócoli, mezclar todo bien y servir o guardar. Se le puede añadir un chorrito de limón en el último momento o también algo de picante o un poco de salsa de soja al gusto de cada uno.