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Esta receta es otra de esas propuestas clásicas de las casas de España. Probablemente naciese de la necesidad de dar una vuelta a las verduras para que todo el mundo las disfrute casi sin darse cuenta de lo que está comiendo. Vamos, una receta de verduras para que todos coman verduras. Y eso que las judías verdes tienen ese fondo dulce que es siempre agradable de disfrutar para cualquier paladar y además es difícil que se pasen otorgando sabores extraños como le pasa, por ejemplo, a la coliflor.
Por supuesto, para esta receta necesitaremos dedicar el tiempo suficiente para pelar bien las judías verdes y quitar sus hebras exteriores y luego también para pelar y cortar las patatas. No hay más misterio. Porque si se utiliza un tomate frito que ya se tenga preparado o se compra uno de calidad no será necesario nada más.
En cuanto al tomate, el consejo es que sea con cebolla, pero con ningún otro vegetal (ni pimiento, ni zanahoria, ni ajo) y que prácticamente no lleve ningún otro condimento. Así luego se le incorporará la sal al gusto de cada uno, la pimienta negra que se desee y se podrá agregar un poco de azúcar para darle el toque dulzón final y contrarrestar la acidez propia del tomate.
Por supuesto, se podría preparar la receta con patatas cocidas en la misma agua que las judías, pero hacerlas fritas nos hace el plato más apetitoso para muchos. Una cualidad que, con esta verdura, se ve en otras recetas como las judías verdes al ajillo con huevo frito, con las judías verdes con ajada o con las judías verdes con cecina y huevo poché.
En ensalada son también una opción fantástica para la época de más calor y podría ser el paso siguiente a esta receta: una ensalada de judías y mostaza verde o una ensaladilla rusa de patatas paja y judías. Como cualquier plato con patata, el momento óptimo para consumir esta receta es recién hecha; la patata en la nevera se acartona y luego se nota muchísimo en el resultado final.
Cómo hacer judías con tomate
Ingredientes
- Judías verdes planas, 800 g
- Sal, c/s
- Salsa de tomate frito, 400 g
- Pimienta negra molida, una pizca
- Azúcar, 1/2 cucharadita
- Patatas medianas, 2 ud
- Aceite de oliva virgen extra para freír, abundante
Paso 1
Limpiar y cocer las judías verdes.
Paso 2
Pelar las patatas y freírlas.
Paso 3
Mezclar las judías con el tomate frito.
Paso 4
Añadir las patatas fritas.
Paso 1
Con la ayuda de un pelador, retirar todas las hebras exteriores de las judías verdes, por los dos lados. Luego cortar las puntas y retirarlas y trocear las judías verdes del tamaño que le guste a cada uno.
Paso 2
Llevar abundante agua a ebullición y, una vez hierva, incorporar la sal. Verter las judías verdes y dejar cocer a fuego medio durante unos 15 minutos o hasta que estén bien tiernas pero no se vuelvan de un color demasiado pardo. Sacar del agua a un colador y reservar.
Paso 3
Pelar la patata y cortarla en rodajas de unos dos milímetros de grosor. Situar en una sartén honda con abundante aceite de oliva virgen extra y comenzar a freír a fuego medio. Cuando hayan pasado 5 minutos subir el fuego al máximo y freír removiendo de vez en cuando hasta que queden completamente crujientes. Retirar a un plato con un papel absorbente.
Paso 4
Calentar el tomate frito en una sartén grande y condimentar al gusto. Añadir las judías verdes y remover bien. Tras esto, incorporar también las patatas fritas y volver a mezclar. Lo ideal sería dejar alguna patata sin incorporar y ponérsela por encima después para que no pierda su crujiente.
Si quisiéramos guardar este plato para el día siguiente lo mejor es no agregar la patata y hacerla de nuevo al día siguiente, o incorporar patatas de bolsa que también podría ser una alternativa. Es cierto que son más finas y nos cambia la textura, pero podría ser una forma fácil de no tener que freír al momento.