Si odias los garbanzos porque solo eres capaz de imaginártelos en el cocido, es comprensible. Pero prueba a visualizarlos como si fueran unos ñoquis en miniatura y a imaginarlos como si fueran un delicioso plato de pasta.

Porque si hay pasta de legumbres y nos la venden como algo supersaludable, ¿por qué no comer las legumbres como si fueran pasta? Así es todo mucho más natural. También es más barato.

En el caso de los garbanzos, prácticamente cualquier receta que esté buena con una pasta corta, estará buena con garbanzos. Pensando en lo más básico, ¿qué no estaría bueno con salsa de tomate y queso?

[El sencillo truco para eliminar la piel de los garbanzos en menos de un minuto]

La receta de hoy está inspirada en la tradicional 'pasta alla Norma', un plato típico de Sicilia que consiste en una pasta con tomate, berenjena y queso ricotta salata -podría usarse un queso feta-. Un plato vegetariano en el que nosotros hemos utilizado un sofrito de tomate casero con apio, zanahoria y cebolla y, en vez de pasta hemos usado unos garbanzos cocidos en conserva. Si la salsa de tomate o el sofrito los hemos hechos con antelación, se trata de una receta rapidísima.

[Receta de pasta a la Norma]

Lo que ganamos con el cambio es que los garbanzos contienen proteína vegetal, casi 20 g por cada 100 g de producto. Según la Fundación Española de la Nutrición, «los garbanzos son una fuente de calcio y poseen alto contenido de hierro, magnesio, potasio y fósforo. En el contenido de vitaminas destacan la vitamina E, tiamina, niacina y folatos. Una ración de garbanzos cubre el 31 % de las ingestas recomendadas de folatos para la población de estudio. También es importante su contenido en fibra—soluble e insoluble— lo que favorece el tránsito intestinal y ayuda a combatir el estreñimiento».

Cómo hacer garbanzos a la Norma

Ingredientes

  • Berenjena grande, 1 ud
  • Aceite de oliva, 2 o 3 cucharadas
  • Sofrito o salsa de tomate, 500 g
  • Garbanzos cocidos, 400 g
  • Albahaca fresca picada o semiseca, 1 cucharada
  • Queso ricotta salata, 75 g
  • Sal

Paso 1

Freír berenjena

Paso 2

Calentar tomate con berenjena y garbanzos

Paso 3

Servir con la berenjena frita y la ricotta rallada por encima

Paso 1

Lavamos la berenjena, la secamos bien, la cortamos en dados de unos 2 centímetros de lado y la salamos al gusto. 

Paso 2

En una sartén o en una cazuela baja, ponemos a calentar el aceite a fuego alto. Cuando esté caliente sin humear, echamos la berenjena y la freímos hasta que esté dorada y tierna. Si vemos que se está dorando en exceso, pero aún se ve cruda, bajamos el fuego, pues la berenjena es una hortaliza que siempre debe cocinarse completamente.

Cuando esté tierna la pasamos a un papel absorbente o a un colador para eliminar el exceso de aceite y la reservamos.

Paso 3

Retiramos el aceite de la sartén, echamos la salsa de tomate o el sofrito y añadimos la mitad de la berenjena. Mezclamos todo y cocinamos a fuego lento hasta que se caliente la salsa.

Paso 4

Escurrimos los garbanzos -el agua de la conserva, el aquafaba, puede guardarse para preparar otras recetas como merengues o salsas-, los enjuagamos con agua fría y los echamos en la salsa. Mezclamos bien y dejamos cocinando el conjunto hasta que los garbanzos cojan temperatura.

[Receta de mayonesa vegana de agua de garbanzos]

Para terminar, añadimos una cucharada de albahaca fresca picada o albahaca semiseca.

Paso 5

Servimos nuestros garbanzos a la Norma con unos trozos de la berenjena frita que teníamos aún reservados y con un poco de ricotta salata rallada por encima.