Si tu actual cocina es de gas o una vitrocerámica eléctrica y estás pensando dar el paso hacia una cocina de inducción, tenemos todas las claves para que entiendas cómo funciona, cuáles son sus ventajas, qué tipo de menaje vas a necesitar para usarla e incluso los detalles que debes tener en cuenta antes de comprarla e instalarla.
Lo que te podemos asegurar es que comenzar a cocinar con inducción es un cambio que se nota desde el minuto uno y hacerse a ello es muy rápido y sencillo.
¿Qué es y cómo funciona una cocina de inducción?
Una vitrocerámica de inducción calienta tan solo el recipiente y esto lo hace gracias a un campo electromagnético que genera calor. Este a su vez se crea con un imán muy potente conectado a la corriente eléctrica.
Es por ese magnetismo por el que las cocinas por inducción solo funcionan con cierto menaje de cocina que contiene material ferromagnético, no pudiendo emplear para cocinar con ellas otros recipientes de materiales como cobre, aluminio, terracota o cerámica.
Ventajas de las cocinas de inducción
Si te estás planteando realizar el cambio, estos son los puntos a tener en cuenta con una cocina por inducción:
- Eficiencia: Se trata de un electrodoméstico más eficiente que la vitrocerámica eléctrica convencional porque calienta los recipientes directamente, evitando el despilfarro de energía. También gracias a los sensores de la inducción, detecta si hay un recipiente o no sobre ella, por lo que se apaga sola aunque nosotros nos olvidemos. Todo esto también repercute en la factura de la luz, viéndose reducida.
- Seguridad: El punto anterior tiene mucho que ver con la seguridad. Una cocina de inducción es una buenísima opción para familias con niños pequeños porque cuenta con un sistema de bloqueo, aunque los pequeños encendieran la placa, los fuegos no se calientan si no detecta el recipiente adecuado sobre ellos. También evitamos quemaduras con los fogones, ya que solo el recipiente se calienta y los fuegos tendrán la temperatura del calor residual que se genere una vez acabemos de cocinar.
- Ahorro de tiempo: La temperatura deseada se consigue muy rápidamente, así que una vez encendamos la placa y coloquemos el menaje sobre ella, podremos empezar a cocinar en cuestión de un par de minutos.
- Limpieza: Cuando el cristal que cubre los fuegos se salpica o cae algo en su superficie, podemos limpiarlo al instante o bien esperar a terminar el cocinado, sin miedo a que quede la suciedad incrustada en el vidrio o quemada sobre los fogones. Además, un paño húmedo es suficiente para limpiarla.
- Ubicación: No necesitan estar colocadas sobre un horno, lo cuál nos da la ventaja de poder situar nuestra vitrocerámica de inducción donde queramos o sobre cualquier otro electrodoméstico.
De hecho, podríamos decir que estas mismas ventajas marcan la diferencia entre vitrocerámica e inducción, porque funcionan de una forma diferente, el gasto energético es menor con la inducción y nos permite ahorrar en la factura de la luz, la inducción es más segura y también limpia.
¿Qué menaje necesito para cocinar con inducción?
Debido a las características de una cocina de inducción que explicábamos antes, es necesario emplear un menaje de cocina especial para inducción, porque este debe ser ferromagnético para que nuestra vitrocerámica de inducción lo detecte.
No tienes que preocuparte. Hay todo tipo de menaje preparado y pensado para inducción: planchas, ollas, sartenes, cazos... Puede que incluso alguno de los recipientes que ya usas sea apto para cocinar con inducción pero, una vez tengas este tipo de vitrocerámica en casa, deberás asegurarte al hacer nuevas compras de que en la etiqueta encuentras el icono que te garantiza que es posible usarlo en este tipo de cocina.
Es importante que tu menaje se ajuste lo mejor posible a los diámetros de los fuegos de tu vitrocerámica de inducción, porque si la placa no detecta la superficie del recipiente, no se encenderá y tendrás que usar uno más pequeño.
Y no tienes que preocuparte porque actualmente existen gran cantidad de recipientes adaptados para cocinar con inducción, incluyendo los de metales como el aluminio que pese a no ser ferromagnéticos, pueden usarse en este tipo de cocinas siempre y cuando el fondo del recipiente en contacto con la cocina esté fabricado con un material ferromagnético.
Una opción asequible y que incluso puedes plantearte si no quieres renovar todo tu menaje de cocina es este tipo de adaptadores para vitrocerámicas de inducción, que te permitirán usar recipientes de otros materiales:
En qué debes fijarte antes de pasarte a una cocina de inducción
Ahora que conoces cómo funciona y qué ventajas tiene una cocina de inducción, hay otros aspectos a los que deberías prestar atención y que son de peso a la hora de tomar la decisión de compra:
- Número de fuegos: Si cuando cocinas te gusta hacer platos que requieren muchas elaboraciones o preparar varios platos a la vez, ten este detalle en cuenta. Encontrarás vitrocerámicas de inducción que tiene desde dos fuegos hasta cinco y con diferentes tamaños de diámetro.
- Temporizador: Ya no suele faltar en las placas pero hay que tenerlo en cuenta. Sobre todo, cómo funciona porque hay temporizadores que no apagan los fuegos, otros que sí lo hacen y algunas vitrocerámicas incluso cuentan con diferentes temporizadores para cada fuego, aunque lo normal es que solo haya uno.
- Sistema de bloqueo: Ya hemos comentado que este es uno de los sistemas de cocinado más seguros del mercado cuando se tiene niños porque no quema y no calienta salvo que el recipiente sea el adecuado. En todo caso, fíjate en los modelos con sistema de bloqueo para aumentar aún más la seguridad de tu hogar.
- Control de la temperatura: Las cocinas de inducción cuentan con varias formas de control de temperatura. Aunque no falta en ninguna de ellas, puede que estés más familiarizado con los clásicos botones de más (+) y menos (-) para regularlo, y no todas las placas son así.
Algunos modelos de cocina de inducción
Esta placa de Klarstein es elegante y perfecta para familias numerosas o gente muy cocinillas, porque cuenta con seis fogones de 1800 W, de los cuales tres son "flex", es decir, se adaptan al tamaño del menaje. En su caso, cuenta con "Control EcoThrermal", un indicador de calor residual cuya función es ayudarnos a cocinar de forma más eficiente. También cuenta con botón táctil de encendido y apagado
El modelo Balay 3EB865FR de inducción cuenta con un fuego gigante de 28 cm de diámetro, un fuego mediano y otro más pequeño. Con estas tres áreas tendrás cubiertas todas las opciones de menaje que tengas en casa. Desde su panel táctil podrás controlar la temperatura, programar el tiempo de cocinado y también bloquear la placa. Gracias a su función "sprint" la vitrocerámica calienta aún más rápido.
El modelo de Noxton de cuatro fuegos ofrece nueve niveles de potencia para que adaptes el calor a lo que necesites. Dos de sus fogones cuentan con 2000 W de potencia y los otros dos con 1200 W. También cuenta con sistema de bloqueo, temporizador e indicador de calor residual.
Bosch Serie 6 PXJ651FC1E es una vitrocerámica de inducción en la que podemos encontrar una gran zona en la izquierda para ollas o sartenes grandes y en la derecha, varios fuegos juntos situados de forma vertical que se pueden combinar para adaptarse a las medidas de tus recipientes. Además cuenta con control de la temperatura, muy útil por ejemplo cuando queremos calentar aceite para freír porque la misma placa nos avisará del momento en el que el aceite alcance la temperatura ideal.
Si optas por pasarte a una cocina de inducción, desde el primer cocinado notarás las diferencias en cuanto a velocidad y potencia, además de seguridad y comodidad.