El pescado es un alimento fundamental en nuestra dieta. La OMS recomienda su consumo regular al menos una vez a la semana como una fuente de proteínas de alto valor biológico -se llaman así a las proteínas que contiene- y más saludable que las carnes rojas.
Los pescados y mariscos del mar de Alaska son ricos en vitaminas esenciales A, B12, C, D y E. Algunos son especialmente ricos en esta última, un potente antioxidante que juega un papel destacado en el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmunológico y ayuda a prevenir la formación de las temidas placas de ateroma que se adhieren a las arterias dando lugar a la ateroesclerosis.
El pescado salvaje de Alaska, como el salmón salvaje real y sus huevas, el fletán del Pacífico, las ostras, el arenque, el cangrejo real o el bacalao negro, son también una importante fuente de ácidos grasos omega-3 (ácido eicosapentaenoico -EPA- y ácido docosahexaenoico -DHA-) que favorecen el buen funcionamiento del sistema circulatorio, del sistema nervioso y del corazón.
Nutrientes de calidad para gozar de buena salud
![](https://s1.elespanol.com/2021/09/03/cocinillas/reportajes-gastronomicos/609201418_205619348_1024x576.jpg)
Los ácidos grasos omega-3 protegen al intestino y reducen los síntomas y efectos de algunos trastornos digestivos crónicos, favorecen la circulación reduciendo la probabilidad de que se formen coágulos de sangre que son responsables de trombosis y embolias, reducen el riesgo de sufrir ataques cardíacos y otras patologías coronarias. Reducen también el riesgo de sufrir ictus y derrames cerebrales.
Estos ácidos grasos también protegen nuestras articulaciones y reducen la inflamación de las mismas en personas que padecen enfermedades como la artritis reumatoide; ayudan a la recuperación tras la práctica deportiva de alta intensidad y son fundamentales durante el embarazo para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso del feto.
El consumo de pescados grasos como el salmón salvaje de Alaska al menos una vez a la semana está relacionado con una menor probabilidad de sufrir enfermedades neurológicas como la demencia o el Alzheimer, incluso en aquellas personas con mayor riesgo de desarrollar este tipo de patologías por razones genéticas. También ayuda a la producción de serotonina mejorando el estado de ánimo y reduciendo el riesgo de sufrir depresiones.
La vitamina B12 y los ácidos grasos omega-3 protegen las células del cerebro, favorecen el aprendizaje y ayudan a mejorar la memoria. Junto con la vitamina E ayudan a mantener la piel sana favoreciendo la hidratación desde dentro y la elasticidad. Esta última que, como ya hemos dicho, es un potente antioxidante, fortalece el sistema inmunológico y nos protege contra las infecciones.
La vitamina D y las proteínas de alta calidad que poseen los pescados salvajes de Alaska son fundamentales para el desarrollo musculoesquelético ayudando a conservar la densidad ósea, condición fundamental para mantener unos huesos sanos y fuertes.
Las vitaminas A y D son grandes aliadas para mantener la salud ocular mejorando la visión y ayudando a retrasar la degeneración macular asociada al envejecimiento.
Un tesoro gastronómico procedente de un entorno sostenible
![](https://s1.elespanol.com/2021/09/03/cocinillas/reportajes-gastronomicos/609201413_205612960_1024x576.jpg)
Algunos de los principios fundamentales de la constitución del estado de Alaska son la gestión sostenible de los recursos pesqueros, el respeto y la defensa del medioambiente. Hoy este estado es líder del movimiento mundial para una pesca respetuosa con el ecosistema.
A nivel culinario, el consumo de pescado y marisco resulta muy sencillo, pues aunque se trata de alimentos muy versátiles que se prestan a la elaboración de múltiples recetas, es posible consumirlos con preparaciones muy sencillas como pasados por la plancha, hervidos o cocinados al vapor, o incluso crudos, en platos como el sushi y el sashimi japoneses o los ceviches peruanos.