Asturias es un lugar único, donde el buen comer se fusiona con el paisaje, transformándose en una experiencia maravillosa y llena de sensaciones que quedarán para siempre grabadas en la memoria. En una iniciativa de la Guía Michelin de España, la comunidad asturiana nos propone una serie de rutas basadas en la gastronomía, pero que nos permiten descubrir además las diferentes joyas que podemos encontrar por todas partes en este fabuloso territorio.
Asturias: Monte y Mina
En la ruta que hoy os proponemos disfrutaremos de grandes restaurantes, minas abandonadas, iglesias prerrománicas y el relax de un balneario que lleva décadas sirviendo al bienestar.
Día 1
El viernes por la mañana viajaremos desde nuestro lugar de origen hacia Asturias, llegando posiblemente en avión a través del aeropuerto. A menos de treinta minutos encontraremos primera parada, la pastelería Pomme Sucre de la calle Libertad. Allí Julio Blanco, uno de los mejores pasteleros del país, elabora unos dulces espectaculares. Hay que probar la palmera de chocolate, el cruasán y el kouign amann, aunque todo es delicioso.
Pasaremos la tarde paseando por Gijón para acabar cenando en Casa Gerardo, donde Marcos Morán y su padre Pedro hacen una de las cocinas más interesantes de todo Asturias. Aquí no solo la fabada alcanza su máximo exponente, sino que se nos presentan platos como phaseolus, una auténtica oda a la fabe asturiana que narra su llegada a la Península Ibérica en los viajes de Colón a través de Valencia y su periplo hasta llegar a Asturias.
En Casa Gerardo no solo se come bien, también se come historia, cultura y una delicadeza extrema. Es no solo parada obligatoria en Asturias, es visita obligatoria estés donde estés.
Tras la cena (preferiblemente temprana) nos iremos hasta nuestro hotel, Las Caldas Villa Termal. Allí disfrutaremos del relax y la tranquilidad de un lugar ubicado entre montañas, en medio de un pequeñísimo pueblo encantador.
Día 2
Tras un buen desayuno en el Gran Hotel Villa Termal emprenderemos temprano la marcha, sobre las 10 de la mañana, para llegar al Ecomuseo Minero Valle de Samuño. Una antigua mina real, ya fuera de funcionamiento, en la que nos adentraremos a bordo de un pequeño tren y que nos permitirá vivir y experimentar lo que hace no tanto tiempo vivían en su día a día los mineros asturianos que extraían carbón de la tierra.
La visita nos permite bajar algo más de 30 metros de profundidad, pero debe el lector saber que la mina alcanzaba los 400 metros de profundidad cuando estaba activa. Un lugar realmente interesante que nos enseña mucho sobre cómo se ganaban la vida hace no muchos años.
Desde aquí nos dirigiremos al pueblo de Lena para comer en el restaurante Monte del chef Xune Andrade. Aquí disfrutaremos del buen hacer de este jovencísimo cocinero que consigue transmitir su en torno al plato de forma impecable. Desde una conexión directa con sus proveedores o el carnicero (con gran presencia directa en su propuesta), hasta una sala y atención que te hacen sentir como en casa desde el primer momento. Un restaurante que pasa directamente a mi lista de favoritos de España.
Tras nuestra comida en Monte conduciremos unos minutos hasta el monumento prerrománico Santa Cristina de Lena, una iglesia que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y que goza de un estado de conservación excelente. Aunque su exterior sea precioso y el encanto compuesto por sus piedras y el entorno extraordinarios, se puede además hacer una visita al interior y contemplar una obra de la Edad Media perfectamente conservada.
Desde aquí podemos volver al hotel a descansar un poco o aprovechar y realizar paradas por los diferentes lugares y pequeños pueblos que esta zona de Asturias nos brinda, todo depende de lo que más nos apetezca. Pero lo que es seguro es que, tras lo que hayamos decidido hacer, iremos a cenar a El Llar de Viri, un restaurante que es pura tradición. Recetas tradicionales, productos de su huerta, elaboraciones de toda la vida y un ambiente muy acogedor. Uno de esos restaurantes donde no solo se come bien, sino que se disfruta y aprende de cómo se ha cocinado siempre.
Tras la cena volveremos al hotel a descansar.
Día 3
Aunque ya es nuestro último día en Asturias y toca volver a nuestro lugar de residencia, no lo haremos sin antes disfrutar del balneario del hotel, una actividad que anima mucho el último día de visita.
Cientos de años atestiguan los beneficios de las aguas termales que discurren por el hotel, consideradas de las mejores de toda España por sus poderes recuperadores y revitalizantes. Bandera del turismo de salud en Las Caldas y considerado uno de los mejores hoteles balneario de España, el Gran Hotel Las Caldas combina a la perfección lujo, descanso y bienestar en un entorno de belleza absoluta con gastronomía saludable, tratamientos personalizados y unas instalaciones excelentes.
Y aquí acaba nuestro corto pero intenso viaje por Asturias, donde habremos disfrutado de algunos de sus mejores restaurantes y todo aquello que esta preciosa tierra tiene que ofrecernos.