Al otro lado del East River y con impresionantes vistas a Manhattan, Brooklyn se despliega glorioso. Y ya son varios los años en los que esta zona de Nueva York, se sitúa a la vanguardia. Tanto es así, que lo que muchos de los conceptos más apetecibles en cuanto a gastronomía se refiere, abren en esta zona. 

Concretamente en Williamsburg. Puede que la conozcas por ser el barrio judío ortodoxo de una de las ciudades más vibrantes del mundo. Pero más cerca del río, hace unos años que esta área, anteriormente hogar de artistas e inmigrantes, se ha convertido en una de las zonas más trendy de Nueva York. 

La influencia de Manhattan se siente, pero deja paso a tiendas de artesanos, galerías de arte, vida nocturna y por supuesto, gastronómica. Es hora de decir adiós a Manhattan y hola a Williamsburg. ¿Cuáles son sus restaurantes imprescindibles? Te lo contamos. 

Paraíso de las pizzas

Tras cruzar el Williamsburg Bridge, que conecta el Lower East Side con esta zona de Brooklyn, inmediatamente nos damos cuenta de que hemos llegado a otra zona donde los hipsters campan a sus anchas. Y es precisamente allí, donde uno disfruta a lo grande comiendo.

Porque si planeas un viaje a Nueva York, elegir dónde comer puede ser ardua tarea. Y puede que vayamos a lo fácil. ¿Algo que nunca falla? Una pizza. Viajar a Nueva York y no comer pizza, sería casi un pecado. No en vano, los neoyorquinos acuñaron hasta su propio estilo de pizza, para tomar por slices y de tal tamaño que pueden considerarse hasta como una comida. Williamsburg puede presumir no de una ni de dos, sino de tres direcciones para tomar pizzas para el recuerdo.

Joe's Pizza

La primera es un clásico, con varias localizaciones tanto en esta parte del río como en Manhattan. Corría 1975, cuando un emigrante napolitano, se establecía en el Village. Se llamaba Joe Pozzuoli y trajo con él lo que mejor sabía hacer, la pizza, desde el lugar donde se inventó. Nacía así Joe's Pizza. Se adaptó a los gustos de la gran ciudad y no tardó en triunfar. Parte de su popularidad, se debe a que era donde trabajaba Peter Parker como delivery boy en Spiderman 2.

L'Industrie Pizzeria es el bastión de Massimo Laveglia, un italiano de la Toscana que al contrario que otros, prefiere la pizza romana a la napolitana, pero confiesa incluso que su favorita es la de Nueva York. El secreto aquí, está en la masa, ya que cada una de ellas pasa por una fermentación de al menos tres días.

L'Industrie

La elección es fácil, porque aquí no hay recetas imposibles, sino una oda a las de siempre. Margherita, pepperoni, una que incorpora prosciutto de Parma y trufa, la white con ricotta, mozarella y parmesano o su pizza signature, la burrata, que a una base de salsa de tomate y mozarella, añade burrata fresca y unas hojas de albahaca. 

¿La tercera? Fini Pizza, otra slice shop que se inspira en las clásicas, pero que eleva a lo más alto la tradición de la típica pizza neoyorquina. De las de siempre, a algunas con un twist como la pizza blanca que acompañan con limón que conjuga a la perfección con la cremosidad del queso.

Viajar por el mundo sin salir de Brooklyn

Williamsburg ya podría considerarse, más que un vecindario, una ciudad en sí misma. Y es que ha ido acogiendo tal cantidad de estilos y propuestas de comida del mundo, que no tiene nada que envidiar a cualquier gran ciudad. 

Aquí es posible dar una vuelta alrededor del mundo sin necesidad de salir de sus calles. En esta zona de Brooklyn se encuentran propuestas como Llama Inn, el peruyorquino que llegó hace unos meses al barrio de Las Salesas.

Tiradito Llama Inn NYC

También otros como Kokomo, de cocina caribeña donde triunfan las tostadas de aguacate con pescado salado y las tortitas de plátano macho o Kru, que reinterpreta recetas tailandesas centenarias y tiene uno de los curry verdes de cabeza de res más picantes -y ricos- de toda la ciudad.

Kru

Puedes también ir el fin de semana a Rule of Thirds y tomar un brunch japonés, por ejemplo. En el menú de estos días, triunfan sus sandos, como el de pollo con daikon y mayonesa japonesa o el de tamago con pan de leche y mayonesa de miso. También los donburi ya sea el de curry con katsu y setas shimeji o el de pork belly.

Pero si hay algo por lo que todo el mundo va aquí los sábados y domingos, es por un postre que ya se ha hecho viral. Y más allá de modas, merece mucho la pena. Se trata de su hottokeki, un soufflé pancake nipón de gran tamaño, súper esponjoso, que sirven con mantequilla de miel de arce y helado de sésamo. 

Y si hay un restaurante viajero que no perderse bajo ninguna circunstancia, esa es la Taquería Ramírez. Llegados directamente desde Ciudad de México, aquí la cosa es simple. Un espacio con apenas una zona de barra para sentarse, comer y marcharse y una carta donde solo hay tacos.

Eso sí, unos tacos que posiblemente sean los mejores de la ciudad. Hasta ha sido incluido recientemente en la lista de los 100 Mejores Restaurantes de Nueva York que publica The New York Times. 

Taquería Ramírez Macarena Escrivá

En una minúscula cocina Giovanni Cervantes y su equipo de cocina, apuran caldos burbujeantes donde cocinan las carnes que meten en los tacos. Suadero, campechano, longaniza, pastor y tripa, además de una opción vegetariana, el taco de nopales. En una pequeña barra tienen cebolla roja, cilantro y salsas para que cada uno de eche al gusto. Nada más y nada menos.  

¿Otro lugar donde pasan cosas? Sus hoteles. Concretamente en uno de reciente apertura, el hotel The Hoxton Williamsburg. Esta cadena con establecimientos en Londres o Barcelona, apuesta siempre por hacer barrio, convirtiéndose no solo en un destino para viajeros y huéspedes, sino para la comunidad. 

El lobby de The Hoxton Williamsburg

De hecho, no es extraño encontrar a cientos de neoyorquinos tecleando en sus portátiles o tomando algo en el lobby. Como en sus otras localizaciones, aquí han apostado por dos conceptos que merece la pena conocer. Uno es K'Far, una jungla urbana, situada a pie de calle con cocina todo el día. 

K'Far

Inspirado en la cocina del Tel Aviv, aquí puedes empezar el día con un desayuno a base de borekas, dulces como el babka, una shaksuka o bagels de Jerusalén con huevo, queso y za'atar. El resto del día van añadiendo platos como hummus, ensaladas y platos más contundentes como el colinabo yemení con garbanzo verde y harissa o una pierna de cordero persa que acompañan con berenjena, arroz y pan druso.

La joya está en su azotea. Allí se encuentra Laser Wolf, en las alturas y con vistas inolvidables hacia el skyline de Manhattan. Tras triunfar con su sede en Filadelfia, este proyecto es el primero de Michael Solomonov y Steve Cook en la ciudad. Se trata de un restaurante que toma la inspiración de las shipudiya israelitas, las casas de brochetas típicas del país.

LaserWolf Salatim Michael Persico

Aquí todo comienza con su salatim, un colorido plato que se acompaña de pan de pita, con pequeños aperitivos y salsas como su hummus, babaganoush de kale, pepino con harissa, hinojo con piña o zanahorias marroquíes, entre muchos otros.

Laser Wolf Michael Persico

Para seguir, lo mejor es pedir algo de su grill, que cocinan a la antigua usanza sobre una parrilla de carbón. Shaslik de pollo o bistec, kofta de cordero, salmón, kebab... Y terminar con su único postre, un helado soft con sésamo crujiente y mermelada de cereza, inspirado en la chef Adeena Sussman, exponente de la cocina israelita. 

American style

Porque además de probar cocinas del mundo, que aquí alcanzan su máxima impresión, también puede ser que quieras disfrutar con cocina propia de Estados Unidos. Y para ello, Williamsburg cuenta con buenísimas opciones.

¿El más auténtico? Diner. Como su nombre indica, es como un auténtico diner metido dentro de un vagón restaurante de los años 20. Eso sí, la cocina no es como la que ves en las películas, sino que corre a cargo de la chef Caroline Fidanza, que trabaja con producto de temporada y platos como una interpretación de la ensalada César, un osso buco de cordero con risotto y gremolata de menta o suculenta hamburguesa con cheddar, cebolla roja y roll de patata.

Si eres de carnaza, en Williamsburg se encuentra St. Anselm, uno de los mejores steakhouse de la ciudad. Bajo el mando de Joe Carroll, puedes disfrutar con platos que van desde su NY Strip Steak de angus, a un rib eye, pasando por un filete porterhouse de cerdo. 

Mable's Smokehouse

Y si quieres disfrutar de una auténtica barbacoa texana, reserva en Mable's Smokehouse. Aquí tienen todo tipo de asados, desde pulled pork a brisket, que puedes pedir tanto en formato sándwich como en bandejas que acompañan con sides como los mac and cheese, unas bbq baked beans, ensalada de col o de patata. Hospitalidad sureña en el corazón de Williamsburg. 

Una última recomendación. Si eres amante de los wine bar y en especial de los vinos de baja intervención y naturales, pásate por The Four Horsemen. Este espacio está liderado por James Murphy el exlíder de la banda LCD Soundsystem. Acompañan, en una ambiente de lo más apetecible, su extensa propuesta de vinos con platillos del día como unas costillas de cerdo de St. Louis con glaseado de ciruela.