Tenemos un país de vinos y un sin fin de templos a los que acudir para deleitarnos con copas únicas, en ocasiones en compañía de acertadas cartas que convierten la experiencia en redonda. De vinoteca en enoteca y de wine bar en bodega, así recorremos algunas de las novedades que nos han hecho aprender sobre la uva, además de disfrutarla.
La Alquimia (Madrid)
Historias con final feliz es el capítulo del que rescatamos a estos jóvenes que han emprendido recientemente una nueva aventura con taninos. Ellos son Julieta Pasella, al frente junto a Antonio Tapia y Nico Marchand, quienes después de dar unos cuantos trotes - a ella los suyos le llevaron por Cruda- se pusieron a hacer ‘Alquimia’ con los vinos y quesos que le sobraron de su boda.
Una historia que acaba de comenzar, y que tiene lugar a un paso de la Castellana, en el barrio de Chamberí. Desde un rinconcito sencillo de alma castiza y toque afrancesado. Su carta va cogiendo forma gracias a la colaboración de José Ángel González, al frente de Bendito, Vinos y Vinilos, y está repleta de referencias cuidadas que proceden de proyectos singulares, con poca producción y mucha emoción.
Vinology (Madrid)
Uno de los winebars más bonitos de la capital acaba de celebrar su primer aniversario. Hablamos de este refugio ubicado en el número 11 de la calle Conde de Aranda, donde la argentina de nacimiento la sumiller Pilar Oltra,rinde homenaje al vino. El espacio es un rincón para la divulgación, desde su wine bar que cuenta con cocina y tienda y su planta baja, reservada para eventos relacionados con el vino, como catas y encuentros.
Tras este año de vida, Oltra y su equipo han querido que el proyecto vaya un paso hacia delante y ajustar su propuesta gastronómica a la altura de la líquida, que recorre nuestra geografía y ofrece también alguna sorpresa de otras procedencias, como la cuidada selección de vinos argentinos que atesoran, guiño al origen de Pilar.
St-Germain Wine Bar (Madrid)
Un rinconcito francés en el barrio de Chamartín (Cochabamba, 21). Así de bien se lo han montado los franceses Greg Helmer, Miguel Ángel Martínez, Fred Pernet y Sebastian Lemoine, que soñaban con un wine bar con espíritu de bistró donde poder cultivar su pasión por el vino, de manera sencilla y a precios competitivos. Pues dicho y hecho.
Gracias a su talento, trayectoria y pasión por la uva, han sabido construir una carta de vinos que funciona como pasaporte a las diferentes regiones que han convertido al país galo en referente mundial y cuya travesía va de la mano de la sumiller Paloma Tovar.
Acaban de arrancar un ciclo de cinco catas de vino temáticas para profundizar en estas emblemáticas zonas y conocer mejor sus uvas: hasta el 31 de mayo le toca el turno a los blancos, después llega el de los tintos y así, hasta el 12 de julio, se podrá disfrutar de estos intensivos, donde se catarán diferentes vinos, en armonía con una selección de tapas de su carta como tapenade, tabla de quesos franceses y rillete, bajo reserva previa y por un precio de 30 €.
Comando Pikza (Las Palmas de Gran Canaria)
A este restaurante, que se ha convertido en el nuevo templo de las pizzas en Las Palmas de Gran Canarias, irás por sus masas y te quedarás por sus vinos, porque como ellos mismos rezan sus “pikzas están hechas para beber bien”. Y, ¿quiénes son ellos? Danny D'Angelo y Nayra Suárez, antes al frente de Neodimio 60, junto con Esteban García, quien anteriormente estuvo a cargo de la bodega de Poemas, el estrella Michelin del hotel Santa Catalina, también en la capital canaria.
Su carta, compuesta por originales y ricos entrantes como la viera con coliflor tostada y mantequilla noisette; trabajadas pastas artesanales como el trofie genovesi con ragú di salsiccia napoletana y sus majestuosas pizzas, clásicas y creativas, comparte protagonismo con su propuesta líquida, a la que le han concedido el mismo valor que a sus platos. Generosos, vinos de las islas, champagnes y otras referencias que destacan en un proyecto de estas características. ¡Menudo acierto!
Amberes Wine & Cocktail bar (Valencia)
Olga Vázquez, una auténtica pionera en el mundo de la hostelería vegana, tuvo la genial idea de abrir un wine bar especializado en vinos veganos y ecológicos en la Ciudad del Turia. Se encuentra dentro del hotel Ad Hoc Monumental, en un recogido y coqueto espacio de inspiración art deco. Cuenta con cocina non-stop desde la 17.30 hasta las 00.00 y ofrecen un menú degustación compuesto por entrantes, un principal y postre (26,50 €, bebida no incluida).
Para su carta líquida, a por la que muchos acuden sin necesidad de comer, han confiado en bodegas como Dominio de Cair, Abadía Retuerta, Pepe Mendoza Casa Agrícola o Les Cousins. Todos ellos con vinos veganos y ecológicos, en cuya elaboración no han intervenido productos de origen animal, ni han sido clarificados con huevo, con el fin de satisfacer a una clientela que opta por este tipo de vinos.
Jon Cake & Wines
Tartas y vino, el perfect match. A estas alturas, la historia de Jon García es para muchos conocida, el bilbaíno de nacimiento, se ha ganado el corazón de Barcelona (y más allá) con sus tartas de queso. A las que llevaba haciendo desde su tienda obrador en El Born, se suman las que ahora elaboran desde su nuevo establecimiento en el barrio de Les Corts.
El chef pastelero, ideólogo de Jon Cake, con pasteles de queso de más de 200 referencias nacionales e internacionales en su recetario, se ha aliado a otras dos de sus pasiones para este nuevo proyecto.
Por un lado los vinos: la carta - creada por Lucía Viz y, quien fue sumiller del dos Estrellas Michelin Disfrutar, Rubén Pol, ambos de Partners in Wine- incluye 65 referencias de botella y 30 de copas. Una larga y cuidada selección, como la de sus quesos, desde tintos, generosos, blancos, hasta espumosos.
Y, por otro, los destilados, que en colaboración con Carles Bonnin, de la Destilateca, ha sumado a su propuesta líquida 6 destilados de creación propia como el de torta del Casar D.O con trompetas de la muerte y nibs de cacao o el de Cabrales DOP con chocolate. Todos a la venta desde este enlace.
Celler Jordana (Barcelona)
Recientemente se colaba por aquí un nuevo imprescindible del barrio de Sant Antoni, un wine bar que Manel Pujol ha convertido en una embajada de los vinos de Alella. Un espacio gastronómico en el que su propietario ha apostado por la cocina sin fuegos que funciona a la vez como enoteca y dispone de más de 250 referencias - 30 de ellas de la D.O. Alella- todos los gustos y bolsillos. Si te llevas la botella a casa, te descuentan seis euros del precio marcado en la carta.
Sus bocados son pequeños pero triunfantes, como la coca de queso Comté que tanto recomiendan, y con razón. Es perfecto para un aperitivo de domingo, una cena improvisada, un copeo divertido donde siempre estará asegurado el buen vino. Y claro, las cosas si son buenas, deben ser siempre recordadas.