La innovación se sienta a la mesa esta Navidad. Y no es la primera vez que lo hace. Turrones de sabores inimaginables como jamón ibérico o chupa chups, polvorones de torrezno, pantettones de té matcha... Muchos han sido los que han dicho adiós a los clásicos de estas fechas para dar lugar a otros productos para satisfacer el gusto de todos.
¿Y si te dijéramos que estas novedades llegan también a uno de los clásicos menorquines? Las Baleares, pero en su mayoría Mallorca y Menorca, hacen gala de uno de los productos que más nos gustan, las ensaimadas. Pues bien, hemos encontrado un obrador que durante estas fechas, rellena las suyas con sabores tan navideños como el turrón blando, el Suchard o los bombones Ferrero Rocher. Esta es su historia.
Una historia de artesanos y valores
Pero arranquemos por el principio, porque Sa Sucreria no se puso a innovar con las ensaimadas desde cero. Corría el año 1873 cuando se establecían en la isla y empezaban a hacer lo que mejor sabían, trabajar con los productos de Menorca, conservando su patrimonio gastronómico y pasando esa sabiduría de padres a hijos, hasta llegar a hoy día en el que van por su quinta generación.
"Nuestra historia surge de un pequeño obrador en el pueblo de Mercadal, con unos 140 años de antigüedad. A partir de aquí, hace unos quince años tuvimos la inquietud de crecer y aquello fue porque vimos que nuestros productos empezaron a crecer y tenían buena aceptación. Lo que hicimos fue pasar del punto de venta solo en Menorca, a poder vender a mayoristas, a tiendas especializadas, etc.", cuenta a Cocinillas Joan Gomila, gerente de Sa Sucreria.
Todo empezó con productos estrella como los carquinyols, la pastelería artesana -brazos de gitano, tortadas, amargos, pastissets y duquesitas. Pero hace 20 años tomaron un rumbo distinto. "Empezamos a hacer la ensaimada típica menorquina", recuerda. Aquello fue un éxito y rápidamente la ensaimada se convirtió en la protagonista absoluta de Sa Sucreria. "El negocio se ha transformado, pero sobre todo, en cuando a la venta de producto".
Nuevos tiempos, pero misma manera de hacer de siempre. "Nos sentimos herederos de un legado centenario, nos ilusiona preservar unas recetas ancestrales", explican y aclaran que "nuestra filosofía es preservar los productos típicos de la repostería menorquina, así como hacían nuestros antepasados". Eso, unido a la calidad y a la labor de los artesanos, ha elevado su producto hasta lo más alto.
Además, desde hace un par de años, "en todos los productos de pastas más pequeñas, les hemos quitado cualquier tipo de aditivo, para que sean 100% naturales, para respetar las recetas de siempre. Si antes se conservaban así, nosotros también deberíamos ser capaces de hacerlo", explica Joan.
La revolución de la ensaimada
En Sa Sucreria querían volver a los orígenes, pero también saber que vivimos en un mercado cambiante y muy moderno. "Al fin y al cabo la ensaimada es un producto delicatessen souvenir. Respondiendo a las necesidades de hoy en día y a esto mismo, hemos innovado con sabores nuevos y actuales", apunta Gomila.
Eso sí, sin olvidar lo clásico. Por eso siguen elaborando a diario las ensaimadas de siempre, que son los que más se venden. La ensaimada con azúcar glass sin relleno, la de cabello de ángel, de chocolate, crema o "una mezcla muy menorquina, la que rellenamos de sobrasada. Es única y al que le gusta mezclar dulce con salado, le gusta mucho porque son sabores que casan muy bien".
A partir de aquí, han revolucionado el mundo de la ensaimada. "Pero esto es porque se trata de un producto agradecido en este sentido. Como base siempre está nuestra ensaimada artesana, a la que añadimos una variedad muy amplia de sabores".
Triunfan la ensaimada de Oreo, la de pistacho, la de Nutella o la ensaimada rellena de galleta Lotus. Incluso la que rellenan de figat, una de las conservas más especiales de la isla hecha con higos o una de sus novedades más recientes, la ensaimada de mermelada de albaricoque con nueces crujientes, que aseguran que termina "transportándote a los sabores locales de Menorca en cada bocado".
Y La Navidad llegó al obrador
¿Ensaimadas navideñas? Por su puesto. En estas fechas es cuando empiezan a vender ejemplos como su ensaimada de turrón, rellena de crema de turrón artesano y coronada con almendras. Pero también la de Ferrero Rocher, con una crema del bombón y los mismos por encima o la de Suchard, que guarda en su interior una crema de arroz inflado, con trozos de turrón por encima y una cobertura de chocolate.
¿Una novedad de este año? Una ensaimada-roscón. "Queríamos dar valor a lo que hacemos aquí, creando una ensaimada de Navidad y reyes. A la masa de la ensaimada hemos añadido agua de Azahar y la hemos rellenado de nata, trufa o crema quemada y terminado con trufa escarchada por encima", nos cuenta su gerente. ¡Hasta han metido dentro un haba y un rey!
No solo de ensaimadas vive Sa Sucreria
Aunque son el producto principal, la tienda de Sa Sucreria se nutre de muchas otras cosas. Podrás hacerte con repostería menorquina, como sus carquinyols, duquesitas o crespellinas, además de con una colección de productos menorquines.
En esta y sus otras dos tiendas, Es Celleret, en Ciutadella y Mahón, respectivamente. "Prácticamente el 90% de lo que vendemos es producto de Menorca. Quesos, embutidos como la carn i xua, sobrasada, miel, hierbas aromáticas, mermeladas... Todo de producción local".
Así que si vas por Menorca, ya sabes qué tienes que visitar, y lo mejor de todo, es que si no tienes pensado hacerlo próximamente, puedes disfrutar de sus productos desde la comodidad de tu hogar, porque en su tienda online venden a toda la Península. Los pedidos tardan en llegar unas 72 horas laborables y cuentan con envío gratis a partir de 50 euros. ¡Larga vida a la ensaimada menorquina!