Un gigantesco busto de un hombre bigotudo con el característico gorro blanco de chef observa a los transeúntes desde lo alto de una azotea. No cabe duda: estamos frente al edificio de Niimi, una de las tiendas más icónicas del bautizado como Kitchen Town, el barrio de menaje de cocina más grande de Tokio.
La ciudad, además de ser la más poblada del mundo según los últimos datos de la ONU, también es la que tiene más estrellas Michelin, con 183 restaurantes reconocidos en la edición 2024 de la Guía Roja. En este sentido, no sorprende que la capital japonesa cuente con su propia área especializada exclusivamente en enseres culinarios.
Este paraíso para los amantes de la gastronomía está localizado en el distrito de Asakusa, uno de los más tradicionales y famoso entre los turistas por el templo budista Sensō‑ji. La principal actividad comercial se concentra en la calle Kappabashi y alrededores, con más de 150 tiendas dedicadas a las artes culinarias.
Inaugurada en 1907, la empresa Niimi es una de las más antiguas de Kappabashi. Está ubicada en una finca de cinco plantas repleta de una amplia variedad de utensilios de cocina a precios asequibles: sartenes, ollas, palillos, jarras de sake, cajas Bento y, por supuesto, los emblemáticos cuchillos japoneses.
El establecimiento se hizo famoso mucho antes de que el barrio ganara popularidad dentro del mundo gastronómico. A día de hoy, cocineros y restauradores de diferentes partes del mundo acuden a esta zona para comprar todo tipo de herramientas culinarias.
Dentro del panorama español, chefs tan prestigiosos como Dabiz Muñoz, Martín Berasategui o Dani García han visitado Kappabashi para equipar sus cocinas, tal y como cuenta a COCINILLAS Akiko Shimada, una japonesa que trabaja como guía turística en Tokio desde hace más de 15 años.
Todo lo que puedas imaginar relacionado con lo 'gastro' se encuentra en los más de 1.000 metros de extensión de la calle Kappabashi: vajillas de cientos de colores y formas, muebles para restaurantes, cazuelas, moldes, cartas y menús con diversos diseños, objetos decorativos, hornos, bandejas, carteles publicitarios, uniformes para camareros, ralladores de wasabi, e incluso comida de plástico.
Y es que en muchísimos restaurantes de Japón es habitual exhibir reproducciones hiperrealistas de los platos que tienen en la carta. Normalmente, se pueden ver expuestas a la entrada del local, tratando de captar a posibles comensales hambrientos.
En Kappabashi hay varias tiendas que se dedican únicamente a la venta de estas muestras artificiales de comida llamadas sampuru. Su aspecto resulta bastante creíble, hasta el punto de que dan ganas de comérselas. Los restaurantes más exclusivos suelen pedir su comida de plástico personalizada por encargo, pero aquellos que no pueden permitirse ese lujo acuden a este barrio para conseguir las recreaciones que más se parezcan a sus productos.
En definitiva, Kitchen Town es una parada obligatoria para cualquiera que le interese la gastronomía, ya sea como afición o a nivel profesional, pues sus comercios no venden únicamente al por mayor, sino también a particulares y, en general, los precios son bastante más económicos que en otras partes. Un destino necesario para dar rienda suelta (sin arruinarse) a nuestra faceta más cocinillas.