El verano es época de muchas cosas. De gazpacho y salmorejo, de sardinas y bonito, de melón y sandía... Y para los que nos gusta regocijarnos alrededor de la mesa, es una de las temporadas más sabrosas. Lo mejor, es que muchos de ellos sirven precisamente para refrescarnos en los días más calurosos del año.
Al igual que una pareja que puede ser la reina del verano -aunque también triunfa en todas las estaciones- y esa es la que forman la horchata y los fartons. La bebida y su acompañamiento, trascienden más allá de ser una simple merienda, para convertirse en toda una experiencia cultural y gastronómica que captura la esencia del verano valenciano.
La horchata es una bebida naturalmente refrescante, ideal para combatir el calor gracias a sus propiedades hidratantes y en verano, si se toma con un punto granizado, gana muchos enteros. Además, la chufa es rica en nutrientes como hierro, magnesio y fibra, lo que la convierte en una opción saludable.
Por su parte, los fartons, con su textura suave y ligera, complementan perfectamente la horchata. Al mojarlos en ella, sabemos que estamos ante algo grande, en ese momento en que absorben el líquido y se vuelven todavía más deliciosos. ¿De dónde vienen ambos y en qué sitios se disfrutan de manera sobresaliente? Te lo contamos.
La chufa: de los egipcios a emblema valenciano
Todo ello no sería posible sin la ayuda de un pequeño tubérculo, la chufa, uno que ha desempeñado un papel fundamental en la historia agrícola y culinaria de Valencia. Su cultivo se remonta a la época de los antiguos egipcios, que ya conocían y la utilizaban por sus propiedades nutritivas y medicinales.
Aquí se introdujo ya en época árabe durante la Edad Media, que fue cuando la chufa encontró un terreno especialmente propicio para su cultivo y desarrollo y las tierras fértiles valencianas, fueron el lugar perfecto para hacerlo.
Con ella, se empezó a elaborar una bebida con propiedades buenas para el estómago y desinfectantes, que ahora se sabe que se trata de un superalimento, que mejora también la digestión y el sistema inmunitario. ¿La cuna de su cultivo? Alboraya, donde ya se elaboraba una bebida a la que se llamaba llet de xufes (leche de chufas).
Aixó es or xata! Y así nació la horchata
¿Cómo pasó a conocerse como horchata? Por una leyenda y una frase atribuida al mismísimo Jaime I de Aragón, que lideró la conquista de Valencia. Era el año 1238 y tras la conquista de Valencia, sus habitantes le dieron una cálida bienvenida.
La historia cuenta como durante una de sus visitas a un pueblo cercano, una joven campesina le ofreció una bebida dulce y refrescante hecha de chufas. El rey quedó sorprendido ante aquel nuevo sabor y preguntó de qué se trataba. "Llet de xufa", le dijeron, a lo que él, impresionado por su sabor respondió la mítica frase: "Això no és llet, això és or, xata!" (¡Esto no es leche, esto es oro, guapa!). Desde entonces, la bebida pasó a ser conocida como "orxata", que posteriormente evolucionó a horchata en castellano.
El fartón, el compañero perfecto de la horchata
Todo Batman necesita su Robin y en el caso de nuestra querida horchata, si ya era un manjar por sí solo, con la introducción de los fartons mejoró exponencialmente su popularidad. Y aunque son un invento más reciente pero igualmente emblemático.
Y todo fue gracias a una de las marcas que hoy en día, sigue preparando y vendiendo sus fartons en numerosos establecimientos. ¿Sabías que también es muy valenciano mojar rosquilletas en la horchata? Se utilizaban estas y las rosquillas, pero pronto se pensaron otras formas quizás más amables y jugosas para hacerlo.
Nacieron de la mano de la familia Polo, que se trasladó a Alboraya en busca del acompañamiento perfecto para esta bebida. La idea era encontrar algo que fuese a la vez blando, esponjoso y que absorbiera bien el líquido. Había más, tenía que ser algo que entrase bien en el vaso y que fuese cómodo para comerlo.
Así que hicieron un híbrido entre el típico panquemao y la coca de llanda, creando una masa ligera a la que dieron una capa de glaseado y voilà, habían creado el farton, la combinación perfecta para la deliciosa horchata.
Alboraya, la cuna valenciana de la horchata
Alboraya entre esto y el cultivo de la chufa, se convirtió en el epicentro de la horchata y los fartons. Y es allí donde están algunas de las horchaterías con más fama de Valencia, como Horchatería Daniel, que abrió sus puertas en 1949 y elaboran horchata de chufa de producción propia y fartons recién horneados.
No muy lejos de allí se encuentra Panach, que desde 1971 lleva conquistando con su horchata. Además, tienen la oción de pedirla mixta, con una parte granizada, ideal para disfrutar en verano.
Otro de los lugares míticos donde probarla es en Santa Catalina, esta ya en el centro de la ciudad, que presume de ser una de las más antiguas de toda Valencia, fundada en 1835 y que es famosa por su horchata artesanal y sus fartons caseros. También en Subies, donde además de preparar la auténtica horchata y sus amparitos (fartons), ofrecen la posibilidad de acompañarla con un trozo de coca y probar otro de sus éxitos, el tofolet, que es horchata granizada con helado de crema de chufa.
Una combinación versátil también para postres
Disfrutar de una horchata con fartons no se rescinde a hacerlo solamente mojando el farton en un vaso con horchata. Al ser una combinación tan icónica, es igualmente versátil para ser un postre e incluso un cóctel.
Restaurantes como Vaqueta Gastromercat, tienen en su carta un postre que utiliza el farton para hacer una torrija que acompañan de helado de horchata, mientras que otros como La Sastrería, lo que hacen es un helado artesano de xufa de Valencia.
Una de las propuestas que más ha triunfado en los últimos años, ha sido la tarta de horchata y fartons del obrador Pepina Pastel, una delicia que alterna capas de fartons con otras de un concentrado de chufa artesanal. Además, acaban de estrenar colaboración con Pils Ferrer, que ha diseñado una caja que rezuma Valencia por los cuatro costados, "Enmarcada por Port Saplaya (Alboraya), en ella no faltan el vaso de horchata, los fartons y la sombrilla de Sorolla", tal y como afirma la artista.
Incluso uno de los nuevos italianos de Valencia, Mamma Pazo, utiliza la horchata en el cóctel Terreta, una mezcla de Brugal 1888, toque de triplesecco, sirope de mandarina y auténtica horchata valencia.