Una cocina antigua de principios de siglo XX esmaltada y restaurada da la bienvenida nada más cruzar la puerta del nuevo Eunice Hotel Gastronómico de Salamanca. Esa cocina, a la que se le han instalado fogones con el fin de poder alargar su uso, es un gesto más de este hotel que se convierte en casa, donde no hay recepción, sino una mesa que recibe.
Este coqueto hotel boutique - el primer cinco estrellas Gran Lujo- se ubica en pleno corazón de la Ciudad Vieja y es todo un homenaje a la abuela del chef salmantino José Manuel Pascua, quien lleva más de una década tras los fogones de Bambú Tapas & Brasas y también está al frente de este prometedor proyecto: "Eunice es mi diosa la persona que me inculcó los valores", confiesa Pascua.
El hotel, contiguo al Palacio de Monterrey, propieda de la casa de Alba, ocupa el edificio que fue casa de doña Gonzala Santana, pediatra y filántropa, conocida como 'La Pollita de Oro' y muy querida en su ciudad. Respetando la arquitectura de la casa quiere la esencia del hogar que un día fue y el que siempre le recogió en brazos de su abuela Eunice, de ahí que las escaleras y otras partes del edifcio se hayan conservado.
A sus 13 habitaciones, todas con un interiorismo diferente, no les falta detalle. De sus paredes cuelgan obras de arte como las que firma el portugués José Pedro Croft, un hermoso tapiz de Estefanía Martín Sáenz, e incluso su hijo pequeño, "que tiene mucha sensibilidad" El jardín, obra del estudio Benavides Laperche, es un oasis de paz donde disfrutar de un vino entre horas o, antes de que el frío llegue para quedarse, almorzar.
Este hotel gastronómico (y dog friendly) es el primero de la ciudad que apuesta por ofrecer una experiencia culinaria a la altura de su alojamiento. Para ello han diseñado diferentes propuestas que cubren los diferentes momentos del día.
Estos días se encuentran rematando los últimos detalles de Pascua, el nuevo gastronómico de la ciudad, que tiene previsto abrir próximamente. Cuenta con una entrada independiente al hotel y cuya propuesta está llamada a estar dentro del radar de la Guía Michelin.
Salamanca cuenta ya con tres estrellas y aunque lo cierto es que Pascua no quiere hablar de ellas -"las cosas siempre pasan por algo y llegan cuando tienen que llegar"-, el restaurante "está diseñado para ser uno de los mejores restaurantes de España, pero no quiero cocinar para mi ego".
Su restaurante Yantar, en marcha desde su apertura, es un buen rincón donde conocer la gastronomía de la zona con ricos platos sencillamente elaborados. Se puede acceder a ellos mediante la carta y los dos menús degustación que ofrecen: Celemin y Fanega.
Los guiños a Salamanca y alrededores se perciben desde que llega el pan que traen desde el obrador de Arapiles. Su flor de calabacín en tempura con crema de avellana o la pluma ibérica, que maridan fantásticamente con vinos también de la región como el orange wine con D.O.P Sierra de Salamanca de Viñas Serranas, el pequeño proyecto que dirige César Ruíz y se encarga de servir Silvia Gaspar, al frente de la sala, tras 25 años en la hostelería.
Empezar el día con un menú degustación
La experiencia de Yantar se puede vivir (de momento) desde su jardín, o desde su salón comedor en el interior del hotel donde también se sirven sus desayunos gastronómicos.
Un concepto nuevo en la ciudad que se puede disfrutar a través de diferentes menús degustación: Desayuno Eunice y Desayuno Amanecer. La opción Amanecer solo está disponible para huéspedes que busquen algo más sencillo. Ambas opciones, Amanecer y Eunice están siempre incluidas en el precio de la habitación. Para los no-alojados Eunice está disponible a un precio de 44€.
Es perfecto para darse un capricho y sorprender con un regalo, "en lugar de invitarte a comer, te invito a desayunar", sugieren desde el hotel.
Es la gran apuesta de José Manuel Pascua y de su elaboración se encargan la pastelera Dana Bozikovic junto a Alejandro Ekang. Elaborados y especiales, con excepcional repostería y pastelería casera elaborada diariamente.
Se estructuran en distintos 'mundos'. El líquido ofrece zumos, infusiones, café e incluso cava; el dulce se compone de fruta fresca, yogur, granola casera, al igual que su mantequilla y mermeladas y pastelería típica de Salamanca como la bamba o el bizcocho borracho, además de sus famosas pastas con forma de filigrana charra, un dulce homenaje a la tradición salmantina, que también decora las paredes del hotel con sus lámparas.
El mundo salado incluye pan de molde horneado en su cocina, ibéricos de Salamanca de La Hoja del Carrasco, D.O Guijuelo, sobrasada para untar, además de tomates confitados con aceite de oliva y hierbas aromáticas de guarnición. Para terminar, el tercer momento tiene como protagonista el huevo. Se preparan de dos maneras: en una tortilla vaga al estilo Sacha elaborada con ingredientes de temporada, o al estilo benedict.