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Irlanda del Norte es un destino famoso por sus maravillas naturales y culturales. Entre ellas, una tendencia al alza que poco a poco se empieza a oír más en nuestro país: el foraging. Esta palabra inglesa expresa el término que se da a la recolección de alimentos silvestres.

Esta práctica, que consiste en buscar y recoger plantas, frutos, hongos y hierbas que crecen de forma natural en el medioambiente, no solo se centra en su búsqueda de alimentos, sino que también fomenta una conexión más profunda con la naturaleza.

Y eso es lo que nos gustaría conseguir a todos, ¿verdad? En un mundo cada vez más urbanizado y digitalizado, en el que estamos conectados 24/7, el foraging ofrece una forma de escapar de nuestro caos cotidiano.

También va de la mano de la creciente conciencia sobre la sostenibilidad, que ha llevado a muchos a explorar alternativas a los productos convencionales. Buscar tus propios alimentos en el bosque promueve el consumo de materia prima local y de temporada, lo que, además, reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos.

Aunque el término nos pueda parecer ajeno, son muchos los cocineros de nuestro país que lo practican. Por ejemplo, Dani Ochoa, a cargo de Montia en San Lorenzo de El Escorial, se autodefine como cocinero recolector y es él mismo quien pasea por el bosque y recoge mucho de lo que luego sirve en el plato. También es el caso de Miguel Ángel de la Cruz, de la Botica de Matapozuelos, que de sus paseos por el campo hizo surgir todo un universo alrededor de uno de los productos de su entorno: las piñas y los piñones.

Aunque no sea extraño para los cocineros, a nivel personal es algo que todavía no se pone mucho en práctica en España, más allá de ir a recoger setas o buscar trufas, que también podrían considerarse dentro de esta tendencia. Así que nos vamos a Irlanda del Norte, porque allí hemos vivido una experiencia que une lo mejor de esta forma de recolectar con un proyecto con mucho que contar.

Bakehouse NI, una experiencia diferente en el corazón de Irlanda del Norte

Situado en la pintoresca área de Bellaghy, en el condado de Derry, Bakehouse NI es mucho más que una escuela de cocina; es un espacio donde se puede experimentar algo que, lamentablemente, se está perdiendo: el placer de cocinar, de preparar un pan tradicional, de recoger frutos del bosque junto al río —el foraging del que hablábamos— o de aprender sobre cocina en un entorno idílico. El lugar parece salido de un cuento y tiene, posiblemente, la cocina más bonita del mundo para los que nos gustan las cosas hechas con cariño.

Bronagh Duffin, la mente creativa detrás de Bakehouse NI, ha convertido su amor de toda la vida por la cocina en su trabajo. Inspirada por recuerdos de la infancia, como el soda bread recién horneado de su abuela, Bronagh decidió dejar atrás su carrera como enfermera y lanzarse a transmitir a todos los que quieran sus secretos en la cocina. Y así surgió este proyecto, al que llamó Bakehouse NI, donde invita a los participantes a vivir una aventura sensorial en torno al mundo de la cocina.

En sus palabras, “la cocina es mucho más que ingredientes; es comunidad, aprendizaje y un recordatorio de lo que realmente importa: disfrutar el momento y compartir una buena mesa.” Y es en su cocina donde surge la magia. La suya y el propio espacio son una auténtica maravilla. Se trata de un espacio acogedor, de esos que veríamos en las páginas de una revista de sitios con encanto en la campiña.

Allí dentro organiza clases, afternoon teas, despedidas de soltera... Ofrece cursos de cocina italiana, de Oriente Medio, de cocina saludable e incluso un curso al que llama 'Mammy's Dinners', una experiencia que es una oda a los sabores auténticos de Irlanda del Norte, preparando un reconfortante Irish Stew con vegetales de su propia huerta y los tradicionales soda farls.

Foraging para crear tu propia ginebra infusionada 

En otoño e invierno, los acogedores talleres de panadería, con hogazas que se hornean junto a su chimenea tradicional, son irresistibles, por diferentes y apetecibles. Y ahora es el mejor momento para hacer una de las actividades en la propuesta de Bronagh, el foraging, o recolección de ingredientes silvestres.

En la actividad “Digging for Bread and Gin”, no solo aprendes a hornear panes típicos de Irlanda del Norte, sino que también saldrás a recolectar frutos del bosque como moras, ciruelas y endrinas para crear una ginebra infusionada.

En la experiencia de foraging, Bronagh te recibe con un té y un pastelito del día, y luego arranca un momento muy único: una inmersión en el arte de preparar panes típicos irlandeses como el tradicional soda farl, Guinness bread o wheaten bread, muy fáciles de elaborar puesto que apenas cuentan con dos o tres ingredientes, como patata, harina y mantequilla, y no necesitan ser amasados, así que son perfectos para cocinillas de cualquier nivel. Y lo curioso es que no utilizan levadura, sino soda o bicarbonato de sodio.

Después, te llevará a dar una caminata por los alrededores y por la ribera del río para recolectar bayas como moras o endrinas, que luego utilizarás para infusionar tu propia ginebra. La receta no puede ser más fácil, porque supone mezclar los frutos del bosque con una buena cantidad de azúcar y ginebra sin sabores añadidos. El reto está en que luego tendrás que estar durante dos meses moviendo el recipiente donde se prepara para que así la ginebra adquiera todo el sabor del resto de ingredientes.

En esta zona es típica la sloe gin, ginebra de enebro, sorprendente porque en España, para lo que usualmente se utiliza esta baya, es para elaborar el típico pacharán.

Una caravana gitana para tomar el afternoon tea

Si la cocina no te ha cautivado lo suficiente, el refugio de Bakehouse NI cuenta con una caravana gitana aparcada en la entrada, al estilo de las que solían utilizarse para desplazarse, donde organiza afternoon teas. La idea es que cocines todos los elementos de esta costumbre tan inglesa: scones, pan rústico, mermeladas y hasta un postre, además de un entrante que varía según la estación, que puede ser desde una sopa hasta los famosos rolls de salchicha. Y al terminar, disfrutarlo en un lugar muy especial.

La escuela también ofrece clases temáticas para cada temporada: desde la recolección de ajo silvestre en primavera, que se convierte en mantequilla, hasta la búsqueda de flores de saúco en verano, que se utilizan para realzar el sabor de postres y bebidas. También hay clases para niños durante todo el año, enseñándoles los fundamentos de la alimentación saludable y habilidades básicas de cocina.