Se cumplen 20 días de la DANA que sumió a Valencia en una vorágine de fango, incredulidad y tristeza. La cifra de fallecidos ha aumentado hasta 219, la mayoría hallados en viviendas, aparcamientos y sótanos, tal y como informaba este domingo el Centro de Integración de Datos (CID). Tras más de dos semanas, las solicitudes de indemnización superan ya las 194.000 y algunas calles comienzan a resurgir del barro, aunque todavía queda mucho para volver a algo parecido a la normalidad.
El pueblo sigue luchando para renacer de la catástrofe, ahora con la ayuda de bomberos, ejército, policía y otros expertos. En esa primera línea de batalla se encuentran también restaurantes como Villa Indiano, ubicado en el municipio valenciano de Burjassot. Desde el primer día este establecimiento que colabora con Mensajeros de la Paz comenzó a elaborar tuppers de comida para distribuirlos en las zonas afectadas, un reparto al que también se sumó el chef Ricard Camarena. "Menos mal que tenemos grandes personas, ya que no tenemos grandes políticos", asevera Chabe Soler, directora gastronómica del local.
Sin casa, luz, gas o fuerzas para cocinar, recibir alimentos ha sido de gran ayuda para muchas personas, pero en Villa Indiano querían ir más allá y decidieron acompañar ese apoyo con una iniciativa que surgió de forma espontánea. "El 30 de octubre cancelamos toda nuestra agenda y vinieron voluntarios a ayudar con los platos. También había niños, así que les dijimos que pintaran un cartel bonito para dar ánimo a los vecinos, que les encantó", cuenta Marta Giménez, responsable de eventos del negocio.
Esto les dio la idea de incluir en cada túper un post-it con un mensaje personalizado para insuflar fuerzas a los damnificados. "Teníamos muchos ya comprados para una actividad que queríamos llevar a cabo en Halloween, pero como se anuló todo por la DANA aprovechamos para darles otra salida", explica Giménez.
Y no pudo haber ido mejor: desde el pasado lunes han enviado más de 2.500 fiambreras con frases de aliento como 'Hecho con mucho cariño, esperamos que os guste' o 'Estamos con vosotros', todas ellas escritas por voluntarios. "Mi favorita fue una que decía 'Un día más es un día menos para recuperarse'", recuerda Marta. No obstante, también reconoce que han tenido que retirar algunas notitas por ser un poco "bajoneras": "Alguien escribió 'Todos lo hemos pasado mal alguna vez'", rememora, entre risas.
Las reacciones no tardaron en llegar; muchos les han escrito por Instagram para agradecerles el esfuerzo. Tanto Chabe como Marta coinciden en que "las palabras son como abrazos" y sirven para hacerles sentir que no están solos en esto. "Es la sensación de que hay alguien al otro lado, que no nos olvidamos de ellos, no es sólo comida que puede haberse cocinado de manera industrial, ver el mensaje es palpar una parte más humana", asegura Giménez.
Pero esta propuesta no sólo consuela a las víctimas de la DANA, también a todos aquellos que quieren ayudar y no saben cómo. "Hay gente mayor que desea contribuir de alguna forma, pero se sienten impotentes porque ellos no pueden ponerse a quitar barro", dice la responsable de eventos. "El otro día vino un grupete de ancianos de 80 años y entre todos rellenaron 50 papelitos".
Además de este proyecto, el establecimiento también organizó la semana pasada Què ha passat?, un taller con psicopedagogos y profesores de primaria donde explicaron a los más pequeños todo lo que ha sucedido y les ofrecieron herramientas para gestionarlo. "Vinieron cerca de 50 niños", calcula Marta. Asimismo, este domingo realizaron una mesa redonda con profesionales del sector de la comunicación para debatir sobre la cobertura mediática que se está haciendo de la tragedia.
Y es que Villa Indiano no es sólo un restaurante, también se definen como "jardín cultural", compartiendo el mismo espíritu que el espacio Convent Carmen (Plaza Portal Nou, nº 6, Valencia), ambos bajo el paraguas del grupo Calma y Acción. "Siempre tratamos de relacionar la gastronomía con eventos culturales", indica Chabe.
Tanto Villa Indiano como Convent Carmen pertenecen a la familia de Miguel Burdeos, presidente de las marcas Bosque Verde y Deliplus y uno de los fallecidos por la DANA. "Lo teníamos siempre aquí sábados y domingos, era un negocio aparte de la familia. El duelo lo llevamos cada uno por dentro, nos ha aliviado bastante hacer todo esto", expresa Marta.
Por el momento no saben hasta cuándo seguirán mandando tápers, ya que trabajan bajo demanda para asegurarse de que no se desperdicia nada. "La necesidad de comida ha ido bajando, pues muchas personas ya tienen luz y gas, así que no tardarán en recuperar su autonomía en ese aspecto, creo que es lo que más rápido se va a normalizar", considera la chef.
En su opinión, ahora queda lo más complicado: "Mi tatuadora de Sedaví, por ejemplo, no va a poder volver a abrir su tienda; Events & Style, los que organizaban las bodas a Ricard Camarena, tardarán mucho en recuperarse. Tenemos que empezar a centrarnos en cómo conseguir dinero y administrarlo bien para que esas pymes puedan resurgir como sea".
Así pues, la solidaridad y las gestiones irán virando de lo más básico a lo más complejo, como la reconstrucción del capital y del día a día. "Mientras haya demanda, habrá tuppers", aseguran. Y mientras haya tuppers, habrá mensajes en post-its para abrazar con palabras a los valencianos perjudicados; para que (como dice el lema de Villa Indiano) puedan sentir "palpitar la huerta y la vida" al otro lado del Túria.