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El espectáculo debe continuar. Lo sabe bien Oliver Peña, chef al frente del restaurante Teatro Kitchen & Bar en Barcelona que, a pesar de las vueltas, ha mantenido la sonrisa intacta desde el principio al final de cada función. Una actitud más que positiva para resurgir de unas cenizas y ver el duro esfuerzo y trabajo recompensado con la recién premiada estrella Michelin. 

"Lo más bonito fue llegar al restaurante y ver las caras de todos. La cantidad de cariño que me ha mandado la gente y que se traslada a todo el equipo, llevo dos días sin parar de contestar. Estoy abrumado, y eso me gusta más que la estrella", confiesa un emocionado Peña empeñado en hacer partícipe del éxito también a su equipo, al que tanto les ha exigido para llegar a este nivel. 

"Cuando se abrió se hizo con un historial que hemos ido dejando atrás. Ahora, dos años después de haber abierto nos encontramos en un punto bonito en cuanto a la oferta y el ambiente. Ahora será lo mismo pero para adelante" explica el chef cuando se le pregunta por posibles cambios. 

"Somos el mismo restaurante que éramos el domingo. No es motivo para que haya ningún cambio ni relajarse, ya íbamos a una velocidad buena. En Teatro se hacen 40 horas y hemos ajustado la vida de los trabajadores a lo que podemos ofrecer" añade, asegurando que el precio se mantendrá igual

"Soy de Rubí, de la working class. Seguiremos con un ticket medio de 100€, además con los menús cerrados (75 y 120 euros), que no dejan de ser los mismos platos de la carta. Quiero que la gente disfrute de la parte de finger food que es la máxima identidad".  

Ascender en la vanguardia

Nacido en Rubí en 1981, Oliver Peña va camino de consolidarse como uno de los grandes nombres de la cocina en Barcelona. Formado en la prestigiosa escuela Hofmann y con una primera etapa en La Hacienda Benazuza, el hotel ligado alBulli, Peña se familiarizó con las técnicas vanguardistas que han marcado su carrera.

Oliver Peña en cocina.

Pasó varios años curtiéndose y liderando proyectos de renombre como 41º Experience y Enigma, ambos galardonados con estrellas Michelin. Con la pandemia de Covid-19 forzando el cierre de muchos restaurantes, incluido Enigma, Peña aceptó el desafío de liderar Teatro Kitchen & Bar, ocupando un local que solía albergar el restaurante Tickets de los hermanos Iglesias y Albert Adrià.

"Hay muchas cosas que hacemos que ya vienen del 41º Experience, llevo muchos años haciendo este rollo. Empezó con cocteles y snacks de Bulli y se formaban colas porque la gente cenaba por 60€ todos los snacks. Luego pasaron al menú degustación. Todo lo que se hacía era finger food. La atmósfera allí no se ha vuelto a repetir" recuerda Peña.  

Pese a las inevitables comparaciones, el restaurante va camino de los tres años con  Peña al frente, quien ha logrado quitarse la mochila del pasado y ha creado un espacio para liberar su creatividad sin las restricciones de la alta cocina más formal, que lleva su sello personal.

Oliver Peña a punto de finalizar un servicio.

"Vine, empecé a cocinar y me lo pasaba guay. Yo quería trabajar tranquilo como lo estoy haciendo aquí. Aquí quería recuperar la esencia de donde arranqué. Al final el local es el que tengo: aquí no hay fuegos; marchamos un arroz a duras penas; cuando hacemos caldos hay que gestionarlo muy bien; aquí no puedo hacer chuleta o rodaballo" comparte el chef. 

La experiencia de Teatro: un show gastronómico

El interior de Teatro Kitchen & Bar.

La propuesta de Peña en Teatro Kitchen & Bar es una experiencia en sí misma, una invitación a sumergirse en un espectáculo donde la creatividad culinaria es el protagonista principal. En este espacio, las tapas han sido redefinidas en bocados más sofisticados que hacen brillar al producto. "Los finger food están pensados para que te dé tiempo a que estén listos en cinco minutos” cuenta sobre las elaboraciones que sirven a un ritmo elegante con un timing perfecto. 

El menú, estructurado como un guion teatral, invita a los comensales a participar en una función con la cocina española como protagonista. Las creaciones de Peña combinan productos de alta calidad con técnicas de vanguardia, en su mayoría ejecutadas en formato 'finger food' llamadas a desinhibir el ambiente, incluidas las siguientes donde incluyen ostras, fríos y calientes

El mejor de los ejemplos, su icónica la tartaleta de nori con foie gras y anguila, un bocado, sello de la casa, que perdura temporada tras temporada. Bocados como este reflejan la destreza técnica y la capacidad de Peña para transformar ingredientes tradicionales en elaboraciones distintas y nuevas a la vista.

Tartaleta de nori, foie gras y anguila.

Rico y divertido es su cristal de chicharrón, un crujiente con un poquito de chicharrón, y panceta ahumada, acompañada de una gambita marinada y salsita hecha de sus cabezas, con un punto picante. También conocido es su flautín con de ternera de cárnicas Lyo y otros que no pueden faltar son el nigiri de toro, el mochi de pollo a la catalana, el tuétano a la brasa con mollejas y anisados o el pulpo a la coreana, otro guiño a la cocina asiática por la que Peña siente pasión. 

LyO flautín de ternera.

Entre sus postres triunfa el de crujiente de mango, chocolate blanco con tajín, la mezcla de sal que se pone en la michelada, compacto de piña y crema de mango y vainilla para unificarlo todo. 

No todos siempre permanecen en carta, donde los cambios son continuos -"cada vez que cambiamos la carta nos alejamos un poquito más de lo que era"- pero sí que todos atienden a las razones de Peña, defensor del producto y de su temporada.

Aunque su despensa es muy amplia, en la más cercana cuentan con productores de la región: las hierbas y brotes como el oxalis se lo lleva Hidenori de EbioFarm en Pals, el cilantro o el girasol lo obtienen de FarmBrots.

Backstage es el final perfecto para los comensales que desean alargar su experiencia gastronómica. Con salida independiente desde la calle, así como acceso desde el interior de Teatro, se esconde esta coctelería moderna donde los cócteles también son parte del espectáculo. Un espacio íntimo y reservado, la carta de cócteles, al igual que el menú de tapas, está inspirada en un guion teatral, invitando a los clientes a escribir su propia historia con cada bebida.

Si por algo gusta ir a este 'Teatro' es por la cercanía que promueven entre los comensales y la cocina. Con una gran cocina abierta, desde la barra se pueden observar los movimientos y procesos por los que pasa la preparación de cada plato. Se ayudan de una bandejita de plata como mesa de operaciones para facilitar los pasos entre función y función.

Desde la mesa se puede observar todo el cocinado de los platos.

El público extranjero es superior, pero "también acude a comer por su cuenta mucho cliente nacional. Mucho cliente viene solo", y lo cierto es que con el ambiente que crean no se precisa compañía. Una alta gastronomía accesible, que rompe con los formalismos y protocolos de los menús degustación clásicos.

Brillar con una identidad propia

Hoy, la carta del restaurante es un reflejo de su propia evolución como chef, con platos que combinan ingredientes tradicionales con técnicas modernas. Esta transformación le ha permitido a Teatro afianzarse como uno de los restaurantes más innovadores de la ciudad, con reconocimientos como la mejor apertura de 2022 por El Periódico de Catalunya y una de las mejores propuestas del 2023 según The Fork. Y desde el pasado martes 26 de noviembre, una estrella Michelin

La entrada a Teatro Kitchen & Bar.

Son 11 en cocina y casi 10 en sala, "una no viene, otra de está de baja... Es un problema constante", confiesa el chef sobre la situación del servicio, que de martes a sábado trabajan las cenas y los viernes y sábados también el turno de comidas

"Tuve que bajar mi exigencia, si no disfrutas", asegura Peña que sigue haciendo lo que más le gusta. Sobre si se meterá en un proyecto propio, “tiempo al tiempo”, responde. Todo el que haga falta para hacer frente a una inversión. "Lo quiero hacer bien, no quiero hacer un gastronómico pero hace falta dinero".