Este es el aceite favorito de los grandes chefs: lo elaboran con plancton, amontillado o ahumado con madera de roble
- Desde Jaén, para el mundo. Innovación y tradición en cada gota, así es el aceite de Castillo de Canena que conquista paladares y a los mejores chefs.
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El aceite de oliva virgen extra ha sido, desde siempre, uno de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea. Este oro líquido, como muchos lo conocen, no solo aporta sabor, sino que también está repleto de beneficios para la salud.
Sin embargo, estos últimos años, el sector ha vivido una crisis sin precedentes. El aumento del precio del aceite de oliva, provocado por las sequías y la reducción de las cosechas, ha puesto de manifiesto la fragilidad de un recurso que damos por sentado. En este contexto, iniciativas como las de Castillo de Canena destacan por su esfuerzo constante por mantener la calidad y la sostenibilidad a pesar de las adversidades.
Herencia generación tras generación
El nombre Castillo de Canena no es casualidad. Este majestuoso castillo renacentista, enclavado en lo alto de un cerro en Jaén, fue transformado en el siglo XVI por Francisco de los Cobos, secretario de Carlos I. Hoy, no solo da nombre a la marca, sino que también simboliza la unión entre tradición y modernidad.
La gran revolución llegó en 2003, cuando Rosa y Francisco Vañó, tras brillar en multinacionales como Coca-Cola y Banco Santander, decidieron regresar a sus raíces. Su visión transformó la producción de aceite a granel en una firma reconocida internacionalmente por su AOVE de máxima calidad. ¿Cuántas veces soñaron con devolver a la tierra todo lo que les había dado?
Su trabajo les ha valido galardones como el "Mario Solinas" del Consejo Oleícola Internacional, el "Premio Alimentos de España" a la Mejor Producción Agraria en 2009 y han figurado en ránkings como los "Mejores Aceites del Mundo".
Innovación al servicio de la gastronomía
¿Por qué los grandes nombres de la cocina eligen Castillo de Canena? Rodrigo de la Calle es un enamorado de la variedad biodinámica, que utiliza en El Invernadero. Ángel León hace lo propio con el aceite de plancton en Aponiente. Mientras que restaurantes como Antonio en Zahara de los Atunes, Leña o incluso Sublimotion, apuestan por esta joya jienense.
La respuesta está en su pureza y versatilidad. Cada chef que lo utiliza encuentra en sus botellas una herramienta para elevar su creatividad y sorprender a sus comensales. Muchos restaurantes cuentan, incluso, con botellas exclusivas diseñadas especialmente para ellos, consolidando una colaboración que eleva tanto el producto como la experiencia gastronómica.
Hablar de ella es hacerlo de una marca que no solo se centra en productos de calidad, sino que a los mismos aplica una creatividad sin límites. Uno de sus productos más sorprendentes es el aceite arbequina infusionado con plancton marino, creado en colaboración con el chef Ángel León. Con él, consiguen atrapar la esencia del mar en una botella, con un sabor único que sigue siendo de origen vegetal 100%.
No menos impactante es su aceite arbequina al humo de roble, con aromas a manzana, almendra y un sutil toque caramelizado que transforma cualquier plato. Y para los amantes de los vinos del sur, su aceite afinado en barricas de amontillado combina la frescura del AOVE con las notas complejas del Jerez, lo que aporta un toque distintivo a los platos en los que se utilice.
Su innovación también se extiende a ediciones limitadas como la "Primer Día de Cosecha", donde cada botella esconde la magia del primer aceite del año. Esta edición se convierte en una pieza de colección, que en su XIX edición, se dedica al arquitecto renacentista Andrés de Vandelvira, responsable de la rehabilitación del castillo en el siglo XVI.
Este homenaje coincide con el 450 aniversario de su muerte, subrayando la vinculación entre el legado histórico y la excelencia contemporánea de estos AOVEs. El aceite de esta edición se obtiene de aceitunas recolectadas en emplazamientos únicos, como el Pago El Arroyo para el Picual y el Pago de la Duquesa para el Arbequino. La cosecha de 2024 ha sido especialmente buena, favorecida por condiciones climáticas ideales, y ha producido un aceite de calidad sobresaliente, destacando por su frescura, complejidad y estructura.
La biodiversidad como aliada del sabor
Entre las Sierras de Cazorla y Mágina se extienden los olivares de la familia Vañó, un paisaje que deleita a la vista con esas interminables filas de olivos. Cada árbol es testigo de una filosofía sostenible que busca enriquecer el entorno. ¿Sabías que Castillo de Canena participa en proyectos para recuperar flora y fauna autóctonas? En sus fincas, las aves, plantas y especies locales conviven en armonía, asegurando un ecosistema equilibrado.
Además, han desarrollado iniciativas como la incorporación de colmenas para favorecer la polinización y enriquecer el equilibrio natural. Este esfuerzo constante por preservar la biodiversidad es un reflejo de su compromiso no con el medioambiente y con el futuro de la olivicultura. Sus olivares son también un lugar donde se fomenta la convivencia de distintas especies animales, desde aves rapaces hasta pequeños mamíferos.
El futuro será sostenible o no será
En Castillo de Canena, el respeto por la tierra no es negociable. Desde el uso de energía solar hasta la gestión responsable del agua, cada decisión busca minimizar su impacto ambiental. Todo ello para asegurar la calidad de sus aceites y con su práctica, también inspira a otras empresas a adoptar estas medidas.
Sus esfuerzos incluyen también la reducción del uso de plásticos en el envasado y la implementación de técnicas de agricultura regenerativa, que mejoran la salud del suelo y aumentan su capacidad para capturar carbono. Cada acción tomada es una declaración de amor y respeto por el planeta. Además, trabajan en proyectos educativos para fomentar el conocimiento sobre el aceite de oliva entre las nuevas generaciones, asegurando que su legado continúe.
Porque cada botella de Castillo de Canena encierra historia, pasión, dedicación y un compromiso incansable con la calidad. Y lo mejor, es que es un tesoro que todos tenemos al alcance, para elevar, todavía más, nuestros platos y elaboraciones.