Restaurantes chinos en Madrid hay muchos, pero solo uno puede presumir de ser el primero que abrió en la capital allá por el año 1974: El Buda Feliz. De eso han pasado ya más de 40 años -¡cuatro décadas!- un tiempo más que suficiente para constatar que la cocina china de aquellos primeros años, no era tan genuinamente china como nos hicieron tragar. En el sentido más literal de la palabra, claro. Y hoy podemos confirmarlo con la reapertura de El Buda Feliz 1974, nombre con el que regresa este hito a la capital.
¿Qué queda del primer Buda Feliz?
Lo único que comparte con su antecesor es la ubicación, entre la Gran Vía y la Plaza de la Luna -a las puertas del barrio de Malasaña-, y el homenaje en el nombre. Todo lo demás es nuevo. Más que nuevo, de tendencia, pues el interiorismo es lo más alejado a lo que cualquiera asocia a un restaurante chino de los de antes: ni dragones echando fuego por la boca, ni columnas de templos a la puerta de entrada, pero sí una decoración muy chic, con notas florales, terciopelos y luz muy tenue. Y la carta, más genuina que nunca, sin olores a cocina de bar en hora punta, ni chupito de licor de arroz con lagarto para finalizar el menú.
Y es así porque ahora, detrás de El Buda Feliz 1974 se encuentra un equipo de cocina defensor de la tradición de la china a ultranza, pero fusionada con los mejores productos locales y elaboraciones en las que se perciben influencias de otras cocinas asiáticas. Así lo ha querido Jongping Zhang, el chef nacido en Beijing pero residente en Madrid desde hace ya algunos años -previo paso por las cocinas del norte de España-, más conocido como ‘Julio’ Zhang.
Cocina tradicional en un espacio totalmente actualizado
Julio no es el propietario, pero sí el asesor gastronómico que hay detrás de cada una de las creaciones de la carta y del concepto de este nuevo restaurante. Se nota mucho su influencia, pues es inevitable comparar -tanto en estética como en carta- El Buda Feliz 1974 con Lamian -su restaurante de la plaza de Mostenses y el que le dio la merecidísima fama que hoy tiene como chef- y Soy Kitchen, su más reciente y flamante apertura gastronómica en la capital.
Aunque el Buda es otra cosa. Digamos que, a diferencia de la fusión -y con algún que otro toque de vanguardia- que practica en sus dos locales, en El Buda Feliz 1974 ha querido ser más fiel a las recetas y elaboraciones más tradicionales de China. Y basta un vistazo a la carta para comprobar que el cerdo agridulce, los tallarines con setas y verduras y la ternera al wok no podían faltar en su cocina. Pero muy mejorados, en los que por los contrates en sabores, aromas y texturas.
Todos los platos vienen numerados, desde los entrantes a los principales y postres, para que la esencia de la cocina china más funcional no se pierda, ni siquiera en este local dividido en dos plantas: la parte baja, donde se encuentra la barra y la terraza exterior permanente durante todo el año -siempre que el tiempo lo permita-, y la de arriba, donde destaca el salón principal y la cocina a la vista.
Los platos de El Buda Feliz 1974 están pensados para compartir
Imprescindible para una primera vez no salir del Buda sin probar el número 03 (Chuang yi ion shui ji), un plato templado de pollo picantón cocinado a baja temperatura, con salsa de cacahuetes, cebolletas, sésamo y Pedro Ximénez, un plato perfecto para compartir como entrante. Al igual que el número 08 (Hei san zi no ro), una versión de ternera al wok donde las tiras resecas de ternera han sido sustituidas por dados de solomillo en salsa de pimienta y ajo.
Para quienes piensen que si no comen rollito no han estado en un chino, pueden pedir el número 12 (Chunquan El Buda Feliz), los rollitos chinos especiales con tiras de lomo, cebollino y láminas de fideo. Aunque, como se trata de raciones más bien generosas, yo me decantaría -como hice- por el número 16 (Ku bar xila), que son los langostinos con arroz quoba, cebolleta y sésamo. Y aprovechara para probar un algo diferente, como el número 37 (Tie pan yu tou), que es masa ñame rebozada con soja y pimienta de Sichuan a la plancha
Y poco más, porque siempre hay que dejar un huequito para el postre: yo me fui directa al número 23 (Qiaokeli dangao), donde combina una cremosa tarta de chocolate picante con helado de cacahuete más que recomendable. Eso sí, por mucho que te cuente lo bien que se come, lo mejor es probarlo, como hice yo hace unos días, para verificar que sí, que efectivamente ha merecido la pena dar el salto hasta el siglo XXI.
Qué, dónde, cómo, cuándo, cuánto
- El Buda Feliz 1974 es la reinvención del típico restaurante chino que todos conocemos, pero donde se come no solo bien, sino genuina cocina china en un entorno más que agradable (y de tendencia) para la vista.
- Está en la calle Tudescos, 5, a solo unos metros de la popular Gran Vía y la conocida Plaza de la Luna de Madrid.
- Abre todos los días de la semana, en horario de 12 a 17h y de 19:30 a 00h. Los lunes solo desde las 17h.
- Aceptan reservas, en el teléfono 91 531 95 24
- Además de la carta, cuenta con menú degustación. Precio medio entre 22 y 25€.
- No cuenta con ascensor para subir a la planta principal.
- Terraza a pie de calle abierta durante todo el año (mientras el tiempo lo permita)