¿Quién no sueña con ir o volver a Roma? Cualquier destino, por cercano que parezca, se ha convertido en algo de lo más exótico en tiempos de pandemia. Lo que antes se podía hacer en un fin de semana cómodamente, ahora se ha convertido en una especie de yincana de análisis, formularios, certificados de vacunaciones y mil pruebas. Pero qué os voy a decir, que el premio merece totalmente la pena.
En cuanto se pudo, volví a Roma. Y qué bien poder hacerlo. La ciudad permanece impasible al paso del tiempo y poder verla con estos nuevos ojos y perspectivas que nos ha propiciado la pandemia, es un auténtico regalo. Valoras más cada paseo, la piel se eriza en cada esquina... Roma hay que volver a pasearla, a perderse entre sus tortuosas calles, a darte de bruces con maravillas como la Fontana di Trevi o el Coliseo.
Más allá del plano turístico, la ciudad sigue en plena forma a nivel gastronómico. Si hace unos años te hablábamos de restaurantes imprescindibles para no fallar en tu visita, hoy lo vamos a hacer de sus terrazas, donde el verano, a nivel gastronómico, será memorable. Porque en las terrazas patrias disfrutamos de las vistas, al mar, a la ciudad, a sus avenidas principales, pero cenar con los foros imperiales como telón de fondo, solo se puede hacer en las mejores terrazas de Roma.
En el corazón de los foros romanos
En esta ocasión nos alojamos en el NH Collection Roma Fori Imperiali. Qué importante es donde se encuentra un lugar. Este en concreto, en plenos foros romanos. Se trata de un hotel boutique recientemente renovado con todo lujo de detalles y todas las comodidades para el descanso del viajero moderno. Pero lo mejor, estaba en lo alto de este hotel. En la última planta se encuentra Oro Bistrot, su restaurante en la azotea.
Y qué azotea. Era de quedarse sin habla. La grandiosidad de Roma a tus pies, los foros, la columna de Trajano, el fastuoso monumento a Vittorio Emanuele II... Y subir cuando todavía era día y ver la ciudad apagándose, será algo que llevaré siempre en mi memoria. El espacio dejaba boquiabierto, con esta zona de restaurante y su Secret View, donde disfrutar un cóctel al atardecer.
¿Lo mejor? Que la propuesta gastronómica estaba totalmente a la altura. Bajo la batuta del célebre chef Natale Giunta, apuesta por cocina italiana contemporánea elaborada con ingredientes de proximidad. La mozarella, que acompañaba una ensalada de remolacha, venía de una granja cercana a Roma de vacas alimentadas con pienso orgánico y el amaro que tomamos en la sobremesa, se elaboraba en una plaza cercana en la propia ciudad. Bueno y no tenéis que perderos el cannolo siciliano de postre. Estratosférico.
Más allá de este primer efecto impactante que, por cierto, apenas sale en las guías, Roma puede presumir de tener azoteas con vistas inolvidables. Y hay una terraza con vistas a cada uno de sus grandes monumentos. Por ejemplo, Minerva Roof Garden. Durante el mes de agosto el restaurante cierra, pero permanece abierto su bar con una buena colección de cócteles clásicos, para tomarlos con vistas a la grandiosa cúpula del Panteón.
Si lo que quieres es divisar el Coliseo en todo su esplendor, el lugar ha de ser Aroma, el restaurante del hotel Palazzo Manfredi. ¿En la mesa? La excelencia del estrella Michelin Giuseppe di Lorio, natural de Roma, que cocina con base italiana, pero sin olvidar nuevas técnicas y tendencias. En su menú veraniego se pueden probar platos como unos tagliolini con mozzarella, anchoas y bottarga o un filete de ternera acompañado de calabacines romanos, stracciatella y albahaca.
Tampoco le negamos el encanto a la terraza Bramante del Hotel Raphael. Se hizo famosa porque aquí rodó Julia Roberts una escena de 'Come, reza, ama'. Más allá de su momento cinematográfico, la terraza de este Relais & Châteaux ofrece unas vistas de 360 grados sobre la ciudad, desde la que se pueden otear la Basílica de San Pedro, el Castel Sant'Angelo o Piazza Navona, mientras se disfruta de una copa de champán o una cena con sabor italiano.
A pie de calle, siempre recomendaré Roscioli. Esta salumeria -así es como se conocen en Italia a las tiendas de productos gourmet-, famosa en el mundo entero, se ha hecho con todo un esquinazo cercano a Campo di Fiore. Su pasta amatriciana no tiene rival en Roma, al igual que el inmenso despliegue de embutidos y quesos italianos, que se pueden pedir al corte y en raciones, acompañados de sus más de 2800 etiquetas de vinos.
Aperitivos de lujo
Si existe en Roma un sitio emblemático para la hora del aperitivo, ese es el Stravinskij bar del Hotel de Russie. El poeta francés Jean Cocteau definió este espacio como 'el paraíso en la tierra'. Y es que ubicado al final de la Via del Babuino, paralela a la Via del Corso y a los pies de la Piazza del Popolo, tiene muchas razones para serlo. Primero, el espacio en sí, que cada tarde, antes de cenar reúne a grupos de amigos, familias, parejas en una bucólica terraza con un exuberante jardín diseñado por Valadier. Segundo, el servicio. Exquisito, amable, cercano.
Y tercero, por el aperitivo en sí mismo. Ojo con los precios, porque el lugar, se paga. Una copa de vino no baja de unos 15 euros y los cócteles se tarifan a unos 20-22 euros. Eso sí, con este precio, se incluye un aperitivo de varios platillos que merecen mucho la pena.
Me quedé con ganas de explorar alguna de las que ofrece Viewnary. Descubrí por casualidad esta web en la que se pueden alquilar por horas terrazas con vistas impresionantes. De momento tienen dos opciones en Roma y la que dispone de vistas a las escaleras de Piazza di Spagna, me parece un sueño hecho realidad.
El funcionamiento es muy sencillo, entras a su web, tecleas la ciudad a la que vas a viajar (de momento están presentes en unas 17 de todo el mundo), eliges la propiedad y haces una petición al anfitrión. Imagínate una cena o un aperitivo en un enclave tan idílico y para ti solo... Toma nota para tu próximo viaje.