Marzeah Taberna es un lugar agradable y divertido para comer de manera informal. Una carta compuesta por pequeños platillos y raciones ideales para compartir entre varios lo convierten en un sitio ideal para confeccionar un menú largo y muy variado.

La sala, de carácter muy desenfadado, ofrece la posibilidad de sentarse en mesa o en la barra, donde se come codo a codo con el resto de comensales. Para mí esta es la mejor zona, ya que permite ver trabajar a los cocineros y estar más conectado con el servicio, que te ayuda a elegir qué comer o incluso puede ofrecerte ir sacando sus mejores platos seleccionados por ellos y siempre teniendo en cuenta gustos y alergias.

El concepto es bueno y divertido, pero es algo que hemos visto una y otra vez. Y eso no tiene nada de malo, pero hay que contar las cosas como son e intentar no subirnos al carro de las modas solo por eso, porque son modas.

Todos los platos de la carta están buenos y se disfrutan, aunque quizás se peque ligeramente de un abuso de frito, grasa y mayonesas (picantes, dulces, de frutas, etc.). Es cierto que las mayonesas dan mucho juego y aportan toques divertidos al plato, pero al final lo que hacen es hacer más grasa la comida, dificultando mucho su digestión.

Nosotros hicimos un menú muy largo, empezando con los rollitos de steak tartar, las gyozas de pollo y el dim sum de morro y manitas, siendo este el que más destacó de todos. A esto le siguió un arroz chinorris (salteado con verduras), unos mejillones «a la tela marinera» (que no es más que los mejillones con curry rojo que hemos visto una y otra vez en tantos sitios), una oreja con mayonesa de mango y un «luisito», un montadito hecho con pan hojaldrado de mantequilla tipo cruasán relleno de guiso de curry indio, que aunque es una bomba se trata de los mejores platos de la carta.

En cuanto al precio, este menú para dos personas con una caña y una botella de vino de 25 € salió por 60 € por persona. Fue un menú largo y creo que aquí se puede llegar a comer por 40 € con vino, pero si quieres probar muchas cosas el precio asciende a esos 60 € aproximadamente.

¿Está todo rico? Sí. ¿Le falta identidad al restaurante? También. Y esta sea posiblemente la mayor pega que le pongo y lo que echo de menos en Marzeah, que tiene la posibilidad de destacar entre otros sitios similares que han sido o que son, pero que se queda en el mismo concepto refrito de siempre.

Lo que me gustaría de Marzeah Taberna es encontrar más creaciones como el mencionado «luisito», que son originales y aportan un aspecto diferencial y original, no tanta apuesta por lo mismo de siempre. ¿Quién no se ha comido ya un bao de panceta a estas alturas? No es que no esté bueno, es que en los sitios que pueden destacar necesitamos ir más allá.

Marzeah Taberna sigue siendo un lugar divertido y en el que se come bien, pero donde no aparece la originalidad que le pedimos hoy en día a una taberna vanguardista con influencias de todo el mundo. Podría ser el mejor de su especie, pero no deja de ser otro más. Y ojalá cambie, porque estoy convencido de que tienen capacidad de sobra para ello.