Madrid es una plaza en la que todo el mundo quiere torear. Grandes nombres que vienen de más allá de los confines de la comunidad buscan abrirse camino en una insaciable ciudad que parece no conocer descanso aunque tampoco rincón que haya quedado por conquistar, pero las constantes aperturas y aventuras que emprenden muchos valientes demuestran lo contrario. Es el caso de Eneko Atxa, el vasco de sonrisa permanente desembarcaba en la capital en noviembre para ponerse al frente de la dirección gastronómica del nuevo hotel Radisson Red, a los pies del Barrio de Las Letras, a cinco minutos a pie de Atocha. 

Todo al rojo, con acento vasco

“Madrid está de moda y el barrio de Las Letras se va a revalorizar. Podíamos quedarnos con lo tradicional y solo vender habitaciones o participar con este momento que vive la capital” compartió en su momento Sam Bath, director general del hotel. Y para ello han hecho equipo con el chef del triestrellado Azurmendi, que también ostenta dos estrellas en tres de sus sucursales Eneko (Larrabetzu, Lisboa y  Tokio) y ha desarrollado conceptos gastronómicos en otras ubicaciones de la cadena hotelera, como Sevilla y algo más recientemente, en Bilbao. 

En la capital Eneko se encarga de tres propuestas diferentes que se distribuyen por varios espacios y plantas del hotel. NKO, su apuesta más gastronómica con la que une lazos entre Euskadi y Japón, una interpretación de bocados nipones a la vasca que se pueden degustar en carta o por medio de un menú degustación (69€) con elaboraciones que van desde los nigiris, pasando por las tempuras y el ramen y acabar con la robata y otro ejecutivo (35€) más escueto disponible de miércoles a viernes en horario de mediodía.  

En la azotea con unas buenas vistas 360º de la ciudad (y difíciles de equiparar, puesto que no hay muchas accesibles que compartan el mismo ángulo y por tanto panorámica), acaba de arrancar Nigiri Basque House, un espacio donde pasarlo bien al abrigo del sushi y la coctelería. 

Una bocatería con estrella 

Pero esta parada nos lleva de nuevo a la planta baja, compartiendo espacio con el lobby del hotel, donde se encuentra DeBokata, un divertido rincón donde disfrutar de bocadillos de autor a los que Eneko Atxa le da su twist particular al bocata tradicional.

El concepto, además de rico, es práctico, cuentan con formato take away para subírselo a la habitación del hotel, llevárselo de paseo por Madrid, o de vuelta a casa tras pasar coger el ave en Atocha. Una alternativa más que apetecible y recomendable teniendo en cuenta la oferta que rodea al lugar, próximo a un Bar El Brillante que ha vivido mejores épocas y ahora vende bocadillos de calamares a un precio elevado y nada ajustado con su calidad. 

En DeBokata el menú va mucho más allá. Sus estrellas son los bocadillos, como el Hot Pig con salchicha de cerdo hecha en casa, salsa chipotle y pepinillos, el Tokyo-Xalapa, un viaje desde Japón hasta México; el Burguer-Txuleta, que fusiona Japón y el País Vasco, y el bocadillo De campo con su versión Veggie.

En la carta también ofrecen algún entrante y postre que tener en cuenta. Para acompañarlos, una acertada selección de bebidas y cervezas artesanales.