Conocí El Duende del Fuego y a Pedro Hernández en mi primera visita a La Palma en 2021. Me fue imposible entender cómo este restaurante no era conocido en el mundo entero y un destino internacional debido a lo único y especial que encontramos aquí.

El Duende del Fuego es un restaurante donde su carta está completamente adaptada a todo tipo de alergias e intolerancias a un nivel que no he visto en ningún otro lugar del mundo, pero es que encima la cocina de Pedro es excelente. Este tándem es casi único en el mundo, y lo tenemos en España.

Este restaurante gastronómico que ha revolucionado la escena culinaria en Canarias con su propuesta única y vanguardista se ubica en el corazón de Los Llanos de Aridane. Su propietario y chef, Pedro Hernández Castillo, ha creado un lugar donde se fusiona la cocina de proximidad con una atención especial a las personas con alergias e intolerancias alimentarias.

Pedro Hernández Castillo recibió formación culinaria en La Palma y Barcelona, en la prestigiosa Escuela Universitaria de Hostelería de San Pol de Mar en 2003. Durante un período de 16 años, amplió su experiencia trabajando en diversos establecimientos gastronómicos en varias ciudades de Europa, como Suiza, Alemania e Inglaterra, así como en la península ibérica y Andorra.

Gastronomía inclusiva

El Duende del Fuego simboliza una nueva era en la gastronomía, donde la inclusión, el respeto hacia las intolerancias alimentarias y el enfoque en lo autóctono se han convertido en pilares esenciales. Pedro Hernández Castillo ha demostrado que es posible crear una cocina creativa y de alta calidad sin excluir a nadie. Su compromiso con los productos locales, la sostenibilidad y el bienestar ha cautivado a los comensales, posicionando a El Duende del Fuego como un referente gastronómico en Los Llanos de Aridane y más allá. Una experiencia culinaria única que celebra la diversidad y resalta los sabores genuinos de La Palma.

Desde su apertura, Hernández Castillo ha recibido numerosos premios y reconocimientos tanto a nivel regional como nacional. Tras adquirir experiencia como chef en diversos lugares del mundo, decidió volver a su lugar de origen y dar vida a un proyecto muy personal.

En agosto de 2014, inauguró El Duende del Fuego, un gastrobar que complementa la oferta culinaria de La Palma. Lo que lo distingue es su enfoque en las personas con alergias e intolerancias alimentarias, con el objetivo de que todos los comensales puedan disfrutar de una experiencia gastronómica sin limitaciones. Desde entonces, se ha convertido en un referente para aquellos que buscan una cocina inclusiva y de alta calidad.

Además de este trabajo con alergias e intolerancias, nos encontramos aquí con elaboraciones caseras de embutidos, repostería y panes de diversos tipos, especialmente aquellos que elabora artesanalmente (y le ha valido varios premios) con trigo de La Palma. También lo hace con trigo sarraceno para aquellos que sean celiacos.

En la carta de El Duende del Fuego encontramos todo tipo de elaboraciones, y es que destaca por una enorme variedad que incluye desde sopas y macarrones hasta costillas y arroz.

Pero si un plato me sorprendió y he repetido en cada visita a este restaurante, es su increíble osobuco de añojo con salsa de vino negramol dulce. Se trata de una de las elaboraciones más sencillas de la carta, y es que tan solo consta de los dos elementos antes mencionados. El osobuco proviene de vacas de La Palma, y el vino de Victoria Torres Pecis, una de las bodegueras más prestigiosas de la isla.

Con este plato Pedro nos demuestra lo exquisita que puede ser una elaboración simple, siempre y cuando se combinen de forma correcta la selección de productos y las técnicas culinarias, porque la receta es laboriosa y minuciosa. Es sin duda obligatorio probar este osobuco, y de hecho merece la pena el viaje a La Palma solo por este plato.

Kilómetro cero y productos locales

En El Duende del Fuego, el compromiso con la sostenibilidad y el apoyo a los productores locales es fundamental. Pedro ha optado por colaborar estrechamente con agricultores, ganaderos y viticultores de la zona, utilizando ingredientes que se cultivan en las cercanías del restaurante.

Esta filosofía del kilómetro cero no solo contribuye a reducir la huella de carbono, sino que también garantiza la frescura y calidad de los alimentos. Los auténticos sabores de La Palma se fusionan en cada plato, destacando la identidad culinaria de la región y brindando a los comensales una experiencia única.

Es sorprendente la amplísima variedad de elaboraciones que encontramos en la carta de El Duende del Fuego, con adaptaciones a cientos de alergias e intolerancias, donde todos los platos son buenos. El mérito y labor de Pedro Hernández merecen ser alabados y reconocidos en todo el mundo. Y mientras tanto, lo que merece es una visita a La Palma con parada en este restaurante único.