Cuánta diferencia marca un buen desayuno durante una estancia. Al margen de que sea o no la comida más importante del día, sí que puede ser condicionante en la evolución de la mañana. Un buen café quita más que el sueño y unos huevos revueltos bien hechos siempre levantan el ánimo, razón por la que los hoteles (cuenten o no con estrella Michelin en sus cocinas) se han puesto las pilas a la hora de diseñar propuestas singulares que están más que a la altura del sueño. Rehuyendo de los bufés mal planteados cuyo único planteamiento es el llenar por llenar, estas son algunas de nuestras favoritas.
Amagatay (Menorca)
El cocinero propietario de la Tasquita de Enfrente, Juanjo López, ha llevado su saber hacer hasta las cocinas de este agroturismo que dirige el grupo NUMA. Lujo relajado y cuidado con una gastronomía que se nutre del mejor producto (santo y seña del chef madrileño) y ofrece desayunos tan ricos como sus almuerzos y cenas.
Los primeros destacan por la gran variedad de embutidos de la isla (además de sobrasada se puede probar su camaiot o el botifarró), repostería dulce y salada - preparan diversas cocas y quiches cada mañana- y amplio surtido de fruta recién cortada. Todo ello se dispone en una preciosa mesa que preside la entrada del restaurante, con vajilla (la cerámica de las chumberas es simplemente única) y mantelería de diseño, todo detalles que brotan de la cabeza de su interiorista Virginia Nieto.
Una vez tomado sitio en el comedor, te espera la carta de platos calientes donde no faltan sus huevos, que se preparan en todas sus versiones, los revueltos son de punto y aparte.
Arrels by Marga Coll, Hotel De Mar Gran Meliá (Mallorca)
Desayuno pausado y reposado con el Mediterráneo de fondo. Una experiencia que se alarga hasta dos horas en las que se recorren las islas Baleares en cinco etapas de la mano de la chef Marga Coll y que se puede disfrutar por 65 euros, para dos personas.
Un viaje por los sabores del campo y del mar, en compañía de quesos, como el único azul de Menorca, de la zona de Cala Blau, o el de cabra con algarroba de La Granja, en Sa Cabreta, Pollensa; embutidos, como los que elabora Xesc Reina desde Inca para Can Company; ensaimadas, cocarrois y cocas acompañadas de vino tinto... La nota dulce la ponen las frutas texturizadas, yogur y los zumos naturales de fresa y naranja.
Molino de Alcuneza (Guadalajara)
Probablemente sea uno de los mejores desayunos con los que uno se puede encontrar si decide dormir fuera de casa. Todo suma: el entorno -campos de trigo, oxígeno y silencio es lo que rodea a este molino que cumple cinco siglos de antigüedad, reconvertido en hotel con sello Relais & Chateaux-; el trato -un servicio y cuidado genuino que va en el ADN de los hermanos Samuel (en cocina) y Blanca (en la dirección) Moreno-; y producto seleccionado con mimo como 'Guardianes del Territorio' que son.
Con una propuesta a la carta, manejada en diferentes tiempos, a la mesa llegan embutidos y quesos de la zona, miel alcarreña que obtienen de los apicultores con los que trabajan mano a mano, repostería y panes elaborados cada mañana a partir de los cereales olvidados que recuperan junto a DeSpelta.
La Bobadilla, a Royal Hideaway Hotel (Granada)
No es de extrañar que este retiro llamado al lujo y la desconexión rodeado de 350 hectáreas de olivos en medio de la Sierra de Loja se tome muy en serio lo del AOVE. No en vano, en sus desayunos, que sirven en formato buffet, cuentan con un surtido de aceites que no se acostumbra en cualquier otro hotel. El oro líquido es uno de los pilares que sustentan la filosofía de este hotel destino cinco estrellas cuyo restaurante gastronómico, La Finca, es el único de Granada con estrella Michelin.
Allí afán por el cuidado del producto de temporada y proximidad se siente se saborea desde primera hora de la mañana. Completos y saludables (cuentan hasta con espirulina y otros complejos vitamínicos), ofrecen con una extensa variedad de frutas, quesos, embutidos y panes, ensaladas y otros platos calientes que se disfrutan igual de bien también desde su habitación.
Narbasu (Cerceda, Asturias)
Este hotel-restaurante, ubicado en el Palacio de Rubianes, es obra de los hermanos Manzano, cuya casa madre, el biestrellado Casa Marcial y elegido número uno entre los españoles, se encuentra a pocos kilómetros de allí, en La Salgar.
Éste, respetuoso con el entorno, ya ostenta la estrella verde Michelin por su compromiso con la sostenibilidad. Cuenta con 23 habitaciones y desayunos con vistas a los Picos de Europa. Estos son caseros, con producto de temporada y proximidad (parte procede del huerto que cuidan y del que se abastecen). Repostería recién hecha, tortilla patata recién cuajada y zumo de naranja recién exprimido, son tres básicos que marcan la diferencia a la hora de empezar el día.
Coolrooms Palacio de Luces (Asturias)
Este hotel, el único Relais & Châteaux del Principado, es un perfecto punto de partida para explorar la zona y sumergirse en la idiosincrasia de su pasado colonial e influencia de las Américas. La misma que ha inspirado al chef Francisco Ruiz a confeccionar la propuesta del restaurante del hotel, Tella, profundizando en las raíces asturianas.
Esta misma filosofía se atestigua también por las mañanas en el salón comedor del restaurante donde también se sirven los desayunos. Confeccionados a la carta, con repostería casera y guiños al paisaje que se abre delante.