Los expertos del whisky saben que no todo el mundo se atreve de primeras a introducirse en un mundo con una larga tradición y lleno de misterios y sorpresas. Al menos de inicio. Por eso, los que saben de esto se empeñan en amaestrar el paladar de quien quiere intentarlo para que el whisky se convierta en una bebida casi para cualquiera, casi cualquier momento.
En Barcelona, esta labor didáctica y de apertura de mentes y paladares, la hace muy bien La Whiskería, un templo con 1.300 botellas de las mejores variedades del mundo donde el escocés Kris Cowan y los argentinos Ezequiel Meta y Ezequiel Riesgo tienen muy clara su misión, casi divina: conseguir que sus invitados se inicien en un mundo fascinante repleto de aromas y sabores, sobre todo, las mujeres.
De hecho, este local ubicado a solo 10 minutos de Plaza de Cataluña y que fue reconocido el año pasado como una de las mejores coctelerías de España y Portugal en el 'Top Cocktail Bars', ya cuenta con un 40% de público femenino. No es el 50%, pero están trabajando en ello.
"Algunas vienen en grupo, otras en pareja y, de manera residual, alguna participante de congresos. La mayoría son extranjeras, entre las que despuntan las asiáticas, un continente en el que el whisky se ha consolidado como un destilado muy demandado y venerado. También cabe resaltar la presencia obvia de norteamericanas y escocesas, que culturalmente tienen mucha relación con este producto; y de mujeres de la India, dónde la influencia británica ha sido tradicionalmente muy fuerte, incluyendo a bebidas como el single malt o los blends", reconoce Kris Cowan, uno de los copropietarios.
Uno de los aspectos que más destacan en este templo del whisky es la diferente forma de consumo entre ellos y ellas. La mayoría de las clientas se muestran más abiertas a probar nuevos tragos, a iniciarse con los cócteles de la carta. Ellos, sin embargo, apuestan sobre seguro.
"La gran diferencia entre el acercamiento de muchos hombres y muchas mujeres al mundo del whisky es que, aunque no se puede generalizar, lo normal es que ellos apuesten por lo que toman habitualmente, mientras que ellas, cuando se adentran en este mundo, les encanta innovar y probar nuevos whiskies. En eso suelen ser mucho más osadas que los hombres", añade.
Todo en La Whiskería huele a tradición, desde la decoración del local al más puro estilo escocés con muebles del s. XVIII y XIX que han sido recuperados de los maestros anticuarios de la ciudad para acompañar a una de las barras más largas de toda la ciudad: 11 metros de madera maciza.
La idea de sus propietarios es seguir incorporando enamorados y enamoradas del whisky y nuevas referencias exclusivas para agrandar su templo. Entre las últimas recién llegadas destacan productos únicos como el Dewar's 32 Yo (39 euros el dram de 45 ml); el Laphroaig 17 Yo S.V. 1996 (75 euros): el Springbank 27 Yo Spheric Spirits (193 euros) o el Bruichladdich Black Art 6 (240 euros), entre otros.
Casi como de una religión fuera, los dueños de este bar agradecen la llegada de las mujeres también al ámbito profesional del whisky, primero como propietarias de destilerías, así es el caso de Bessie Williamson, quien fue dueña de Laphroaig; o Helen Cumming, que fundó Cardhu.
Pero también de maestras mezcladoras como Stephanie Macleod, primera master blender de Deward's, el whisky escocés más galardonado de la historia.