En el chaflán que separa las placas de las calles Galera y Torreiro hay un rótulo que pone "La Bombilla". Debajo de estas letras, una puerta de cristal de una sola hoja da acceso al pequeño bar que lleva siendo punto de encuentro de los coruñeses desde 1937.

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Se sabe que cuando abrió era una cafetería, pero cuando realmente empezó a alcanzar la fama que hoy le precede fue en 1966. En esas fechas, dos matrimonios de emigrantes retornados de Uruguay y Brasil se hicieron cargo del negocio convirtiéndolo en el bar de tapas cuya esencia se sigue manteniendo.

La Bombilla ha sido desde entonces una parte importante de la vida social coruñesa que ya forma parte de su historia gastronómica. Sus tapas han sido alabadas por varias generaciones y no es extraño ver a abuelos con sus nietos que son clientes desde que ellos empezaron a ir de la mano de sus padres.

Durante estos años, para muchos, la fiesta nocturna empieza en este pequeño local siempre abarrotado hasta los topes. En esta primera parada, con la máscara de pestañas y las ilusiones aún intactas, el mismo panorama se repetía cada viernes y sábado, junto a la austera barra, apenas decorada durante años con botes de una conocida marca de cacao en polvo reconvertidos en servilleteros, gente haciendo cola para pedir cortos, cañas y pinchos que, servidos en un plato de plástico, iban a ser devorados en la puerta.

Su éxito, no solo es algo local. Hace seis años, un reportaje publicado en el diario The Guardian alababa los pimientos de Padrón y la ensaladilla rusa de este fabuloso pequeño bar.

Platos de cuchara, tortilla y croquetas XXL

Con los años se ha ampliado un poco la carta y cuentan también con algún plato de cuchara como la fabada, los callos o el caldo, que son los favoritos de la clientela a la hora del aperitivo en los días más fríos -se pueden encargar para llevar, además-.

Pero los pinchos que hacen que La Bombilla sea La Bombilla, los tres mosqueteros como cariñosamente los llaman algunos, son la milanesa, un filete de cerdo empanado con patatas fritas y un trozo de pimiento asado; la tortilla, jugosa pero sin llegar a ser de Betanzos; y el croquetón XXL, una croqueta gigante hecha con una mezcla de jamón serrano y cocido, que es la más famosa de A Coruña. Todo acompañado siempre de un trozo de pan gallego.

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Hace unos días, con motivo del Día Mundial de la Croqueta, Diana Bar, hija de uno de los matrimonios que se hicieron cargo del bar en el 66 y actual gerente del mismo, explicaba a La Voz de Galicia que el gran tamaño de sus croquetas obedece a una cuestión práctica. La cocina del establecimiento es realmente pequeña y es más práctico y más rápido hacerlas de ese tamaño, por eso llevan 57 años haciendo las croquetas más grandes -y más populares- de A Coruña.

La Bombilla

Dirección: Calle Torreiro, 6. 15003 A Coruña

Teléfono: 981 90 30 64