¿Y si os dijera que uno de los platos más tradicionales de la cocina romana es una tortilla de patatas... sin huevos? Habéis leído bien, la "frittata di patate" en Roma es algo muy serio, especialmente en el histórico restaurante Checco er Carettiere. Situado en el barrio de Trastevere, en Via Benedetta 10-13, este restaurante familiar, que ya va por la tercera generación, es una parada obligada para todos los que deseen probar los sabores más auténticos de la capital italiana. 

La historia de Checco er Carettiere

Todo empezó en 1935, cuando Francesco Porcelli, conocido como "Checco", y su esposa Diomira se hicieron cargo de L'Osteria del Burino, un local de muy mala fama en aquella época. Y en pocos años lo cambiaron todo. Checco, armado con sus conocimientos de los vinos de la zona de los Castelli Romani, que transportaba por toda la ciudad (de ahí su apodo "el carretero"), se ocupaba de la bodega, mientras Diomira de la cocina.

Desde entonces, el restaurante ha seguido siendo estrictamente familiar: su hijo Filippo, conocido como "Pippo", ha tomado las riendas en las últimas décadas, y ahora es el turno de Susy (que se encarga de la carta de vinos y de la recepción), de Stefania (cocinera y encargada del comedor), de Diomira y de Laura.

Tres generaciones en un restaurante.

El restaurante, que nunca ha cambiado de ubicación, está dividido en grandes y acogedoras salas. Sus paredes son una verdadera carta de amor a sus clientes, cubiertas de fotografías de comensales pasados y presentes (entre muchas, hay una que inmortaliza al trío de leyendas Robert De Niro, Gabriel García Márquez y Mohammad Ali, con el dueño Filippo).

A continuación, un gran jardín interior y un dehor al aire libre que acoge a la gente en los meses más cálidos.

La terraza de Checco Er Carettiere.

La cocina y los vinos

A lo largo de los años, a pesar de los inevitables cambios que hubo en este barrio tan característico y por eso también muy turístico, el espíritu de Checco siempre se ha comprometido a preservar la genuinidad de la cocina romana elaborada con ingredientes locales de alta calidad.

Los vinos de la bodega de Checco Er Carettiere.

“Tenemos una gran pasión por lo que hacemos y nunca queremos rendirnos. Lo hacemos con obstinación, porque este restaurante es parte de nuestra historia, de nuestros sacrificios y de nuestras inversiones. Esto no es sólo trabajo para nosotros: es nuestra familia, nuestro hogar. Acogemos a todos como si fueran amigos", nos cuenta Stefania con gran orgullo y la misma pasión del primer día.

Los platos son estrictamente de temporada y se elaboran con materias primas seleccionadas y km 0, los proveedores son locales y los vinos también (cuentan con 300 etiquetas entre Lacio y resto del país). La carta, más en general, es un homenaje a la tradición romana, con recetas seculares como las alcachofas alla giudia, los supplì y las albóndigas de ternera Chianina, fritas sólo en aceite de oliva virgen extra para conseguir un resultado más ligero y crujiente.

No faltan obviamente las icónicas pastas romanas - carbonara amatriciana, gricia y cacio e pepe - y, siguiendo siempre la tradición culinaria romana, los ñoquis del jueves. Un festival del gusto, inaugurado en las mesas de Checco er Carettiere por la famosa “frittata di patate”, la tortilla de patatas romana (que con la tortilla española tiene poco a que ver, ya que se hace sin huevos). 

Frittata di patate.

¿Cómo se prepara? Se lo preguntamos directamente a la anfitriona del restaurante, Stefania. “Nuestra tortilla de patatas es un plato que forma parte de la olvidada tradición romana, pero también un plato universal que une a los pueblos porque se elabora con ingredientes que se encuentran en todo el mundo. Por eso es un plato que todos, pero realmente todos, los que han estado en Checco er Carettiere aprecian”, nos contó.

Receta de la tortilla de patatas

Ingredientes:

- Cebolla amarilla grande, 1

- Diente de ajo, 1

- Media guindilla (según preferencias)

- Tomates pelados, 1kg

- Patatas, 600g

- Aceite de oliva al gusto

- Sal al gusto

- Medio vaso de vino blanco

Preparación:

Cocer la cebolla a fuego lento junto con un diente de ajo y la guindilla. Inmediatamente añadir sal a la cebolla para que deje toda su parte acuosa y reducir el riesgo de que se queme.

Cuando la cebolla esté bien marchita, desglasar con el vino blanco y añadir los tomates pelados y previamente desmenuzados con las manos. Dejar cocer unos 25 minutos.

Mientras tanto, hervir las patatas con piel y hacerlas puré.

Añadir la salsa a las patatas y remover hasta obtener la consistencia deseada.