El restaurante de Nashville por el que desviarse de la Ruta 61: cocina apalache y buenos vino

El restaurante de Nashville por el que desviarse de la Ruta 61: cocina apalache y buenos vino

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El restaurante de Nashville por el que desviarse de la Ruta 61: cocina apalache y buenos vinos

En Audrey, el chef Sean Brock refleja los valores de su abuela a través de una cocina apalache con un toque moderno y sofisticado. 

10 julio, 2024 10:42

Audrey es de esos restaurantes que se quedan en la retina para siempre. Un alto en el camino de la Ruta 61, al sureste de los Estados Unidos, en la bulliciosa Nashville, alejado de Downtown donde se dan cita los Honky Tonks más populares de la ciudad y donde acudir a por botas de tejano como manda la tradición. 

Ubicado en East Nashville, el restaurante Audrey se ha consolidado como un destino culinario imprescindible para quienes buscan una experiencia gastronómica única en la ciudad del Country. Bajo la dirección del chef Sean Brock, ganador del premio James Beard, Audrey ofrece una fusión de la cocina apalache con un toque moderno y sofisticado, sin perder la esencia del sur de Estados Unidos.
 
El edificio que alberga Audrey es un verdadero templo de creatividad, donde cada detalle está diseñado para transportar a los comensales a los paisajes rurales de los Apalaches. Desde el vestíbulo, decorado con una colcha artesanal de Andrea Williams, descendiente del famoso colectivo de acolchadores de Gee's Bend, hasta las diferentes frutas y hortalizas que cuelgan del techo de la sala del restaurante cada estación y son conservadas para tener un largo recorrido en sus platos.
Los productos que cuelgan secándose en la sala de Audrey cambian con las temporadas.

Los productos que cuelgan secándose en la sala de Audrey cambian con las temporadas.

 
Al entrar, los visitantes son recibidos y guiados a su destino: la planta superior para disfrutar de una copa en el bar o la planta baja para deleitarse con el menú degustación. También disponen de carta, desde la que se pueden pedir diferentes platos para compartir que representan la esencia de la cocina que Brock aprendió de sus antepasados y que está quedando en el olvido. 
No falta un riquísimo cornbread que elaboran con maíz azul, ni diversas opciones de verduras que pasan por la brasa, hilo conductor en el restaurante que se oye crepitar en el centro de la sala desde las mesas. La vieira con mantequilla y sémola de maíz es un espectáculo. 
Cornbread y vieira, dos éxitos en la carta de Audrey.

Cornbread y vieira, dos éxitos en la carta de Audrey.

 
La experiencia en Audrey no se limita a la comida. La colección de arte popular del propio Brock, que incluye obras de artistas como Butch Anthony, Jimmy Lee Sudduth y Mose Tolliver, está expuesta en todo el restaurante, creando un ambiente similar al de un museo. Estas piezas, junto con el papel pintado iluminado que simula fuegos artificiales y las exposiciones de fotografía, contribuyen a una atmósfera que es tanto visualmente estimulante como acogedora.
Los caquis que colgaban en otoño y la barra de la planta superior que funciona como coctelería.

Los caquis que colgaban en otoño y la barra de la planta superior que funciona como coctelería.

Un aspecto destacado de la visita a Audrey es el enfoque en los maridajes de bebidas. La carta de vinos, cuidadosamente seleccionada, ofrece una amplia gama de opciones por copas, permitiendo a los sumilleres guiar a los clientes en la elección perfecta para cada plato. Además, el chef Brock ha puesto un énfasis especial en las opciones sin alcohol, presentando vinos y cócteles sin alcohol que son tan complejos y satisfactorios como sus contrapartes alcohólicas.
Audrey cuenta con una cuidada coctelería y carta de vinos.

Audrey cuenta con una cuidada coctelería y carta de vinos.

Para aquellos que buscan una experiencia completa, es recomendable comenzar con una copa en el bar de la planta superior, donde las bebidas se preparan con solo tres ingredientes, enfatizando la calidad y la pureza de los productos seleccionados.
 
Audrey es más que un restaurante; es una inmersión en la cultura y la cocina apalache, una celebración de los ingredientes y técnicas tradicionales reinterpretadas a través de la lente moderna de Sean Brock. Y, sin duda, una parada distinta al desviarse de la Ruta 61.