La gamba roja es algo más que un alimento, es un icono de la gastronomía mediterránea que en los últimos años ha llegado a convertirse incluso en reclamo turístico. Los nombres de localidades como Palamós en la provincia de Gerona, Denia en Alicante o Garrucha en Almería están íntimamente ligados a este apreciado crustáceo.

Un marisco que, en las últimas décadas, ha seducido a grandes chefs como Bittor Arguinzóniz (Etxebarri), Joan Roca (El Celler de Can Roca) o Quique Dacosta (Quique Dacosta). Pero no hay que irse a un restaurante con tres estrellas Michelin para saborear a la reina de la costa mediterránea.

Hoy nos vamos hasta un chiringuito almeriense en uno de esos municipios 'gamberos' que cuenta con un Solete Repsol, buenas vistas y una carta variada a precios asequibles en las que esta gamba es protagonista.

Su majestad, la gamba roja

Es la reina del Mediterráneo, la Aristeus antennatus (Risso, 1810) es la gamba más apreciada desde el norte del Mediterráneo hasta donde éste pasa a convertirse en el Atlántico al sur de la península. Desde Gerona hasta Huelva, incluyendo las Islas Baleares, la gamba roja es una de las estrellas de grandes y pequeñas lonjas. A los puertos de Palamós, Denia, Garrucha y Huelva hay que sumar nombres como Blanes, Arenys de Mar, Calpe, Jávea, Cartagena, Mazarrón o Águilas que, siendo menos famosos, también disponen de la misma especie.

Reconocerlas es bastante sencillo, pues su coloración es menos intensa que la de los carabineros. El rojo de la gamba roja tiende más al rosado y sobre la cola se aprecian franjas blancas. En la cabeza, a menudo se pueden ver los tonos azulados de las huevas.

Garrucha, el templo de la gamba roja almeriense

Poco tiene que ver el paisaje de la costa oriental de esta provincia andaluza con el mar de plástico que inunda los terrenos del Poniente almeriense. El Levante de Almería nos reserva playas de ensueño y pueblos pesqueros como Garrucha, donde la lonja y el puerto son dos de sus principales atractivos junto con su playa de más de un kilómetro y su paseo marítimo.

A unos 90 km de Almería capital y al norte de Mojácar está este reconocido templo de la gamba roja a la que rinden pleitesía en muchos de sus restaurantes. En el número 19 del Paseo del Malecón está el chiringuito Boracay, que cuenta con un Solete Repsol y una carta con la que honra a este regio marisco.

La popular guía de restaurantes lo describe como un sitio "ideal para comer arroces y todo tipo de pescados y mariscos, pero sobre todo para disfrutar de la apreciada gamba roja de Garrucha".

El chiringuito está especializado en arroces, pescados y mariscos mediterráneos y a él se puede acudir no solo a comer, sino también para disfrutar del tardeo y la puesta de sol amenizada con la música un dj, cócteles y servicio de cachimbas en una playa de ensueño.

Para comer, la carta ofrece un capítulo de entrantes en el que no faltan el gazpacho y el salmorejo ni diversas ensaladas con el tomate como protagonista. No es de extrañar teniendo en cuenta que de Almería salen algunos de los mejores tomates que se consumen en Europa. Para picar y/o compartir se puede empezar el menú con raciones de croquetas, jamón, quesos, mejillones al vapor, almejas o huevos rotos.

En la oferta de productos del mar, la gamba roja, cuyo precio en la carta varía según mercado, está bien acompañada por mejillones, calamares, camarones, sepia, pulpo, el imperdible cazón en adobo, atún rojo, pescaíto frito, rape lubina y el pescado del día.

El apartado de carnes, algo más breve, pero suficiente para contentar a los que son poco amigos del pescado, ofrece chuletillas de cordero, un par de cortes de cerdo ibérico y algunos cortes de vacuno, Black Angus y buey madurado.

Los arroces, con precios que van entre los 14.00 y los 24.00 € la ración, son también uno de los puntos fuertes de Boracay. Encontramos paellas y arroces caldosos. También una fideuá Mar y Tierra.

Completan la carta una lista de postres, la mayoría por 5,50 € y las referencias de bodega que suman casi 90 vinos de distintas denominaciones de origen,