Asturias es uno de esos destinos que los amantes de la buena gastronomía no deben perderse en España y uno de esos auténticos "templos del buen comer" lo encontramos en la avenida Oviedo y en el pequeño pueblo asturiano de Posada de Llanera. Este se encuentra situado a tan solo 15 minutos de las ciudades de Oviedo y de Gijón.
Traspasar la puerta del restaurante Arraigo en el concejo de Llanera, es comenzar un recorrido gastronómico único que desde su inicio al final hará a cualquier comensal elevar su forma de ver la cocina asturiana. También le llevará a apreciar todas y cada una de las texturas, sabores y aromas del mejor producto de tierra y mar, combinado con las mejores artes en la cocina a manos del chef Ángel Martínez de Marigorta.
Él es el responsable de que la cocina de Arraigo haga disfrutar a cualquier comensal desde el primer plato y acompañándolo de una cocina creativa, pero marcada siempre por productos locales y por sabores auténticos, como el de su apreciada albóndiga de centollo. Tampoco faltan los matices en cada plato y los detalles e incluso productos recogidos de su propia huerta en el pueblo de Arlós.
Ángel Martínez de Marigorta y su socio y jefe de sala, Omar García González, son los dos genios al frente de este local y 'templo' de la gastronomía asturiana que también ha logrado hacerse su hueco entre las recomendaciones de las prestigiosas guías Repsol y Tapas.
Y es que, en su carta y menú cuidado al detalle y repleto de productos de temporada, hay cabida para auténticas obras gastronómicas como calamar de potera con caldo de cocido y caviar cítrico, carpaccio de lubina del Cantábrico con tomate y huevas de xarda ahumadas, costilla de gochu asturcelta deshuesada con piña y hierbabuena o su insuperable albóndiga de centollo en su caldo. Un auténtico imprescindible repleto de sabor.
La mejor albóndiga de centollo
Para los amantes del txangurro, nada mejor que deleitarse con ese "centollo al cuadrado", como el propio Ángel Martínez describe ese intenso sabor de la famosa albóndiga de centollo bañada en su caldo. Se trata de uno de los entrantes estrella de este local y una auténtica delicia con el sabor a mar más puro, que no te puedes ir sin probar.
Ángel Martínez de Marigorta prefiere servirla en una única porción y bañada de ese caldo del propio centollo y verduras, dada la intensidad de su sabor. Y es que, este plato se destaca por un sabor puro a centollo y a mar, que se completa también con esa carne sabrosa, delicada y desmenuzada del centollo, que aporta además una textura increíble.
Una de las mejores albóndigas de centollo que podrás probar en España y en la región y que también subraya la guía de los soles. La Guía Repsol también recomienda deleitarse con las cebollas rellenas de bonito (solo en temporada de cebolla asturiana o gallega) o el guiso de manitas deshuesadas, entre otros.
Otras sorpresas en su carta
En este restaurante los comensales podrán disfrutar de una experiencia gastronómica en la que se resalta de la mejor manera esa frescura de los ingredientes locales unidos a una inmejorable creatividad culinaria. Y es que, cada plato es capaz de conquistar a los paladares más exigentes.
En esta carta podemos encontrar platos únicos como el mencionado carpaccio de lubina aliñado con lima, acompañado de pulpa limpia de tomate y coronado con el potente sabor de la hueva de xarda curada con sal y humo. Un plato lleno de frescor y con ese toque ahumado de la hueva de xarda, que consigue evocar la esencia del mar cantábrico.
El pulpo de pedrero estofado con verduras, aceite, puerro y un toque de salvia, con regozuelos salteados, es otro de los imprescindibles en Arraigo al igual que sus calamares de potera.
Estos últimos, van cocinados a baja temperatura y acompañados de un caldo de garbanzos reducido, con tomillo, limón y el toque estrella: caviar cítrico.
Este toque maestro aporta un ácido intenso que Ángel Martínez suaviza con aceite de girasol y que el chef trae directamente de uno de sus limoneros más exclusivos de sus propios cultivos en Arlós y que procede de Australia.
Imposible no destacar también la jugosidad y sabor del rodaballo asado a baja temperatura con un golpe final de horno y con pisto de verduras o la increíble costilla de gocho astur celta deshuesada y acompañada de chutney de piña con un intenso toque de pimienta para equilibrar la grasa de la costilla.
Una carne también de procedencia local y del proyecto Ca Mamina, basado en la crianza de razas autóctonas.
Todo ello, rematado con postres pensados para hacer disfrutar a los amantes del dulce como tarta cítrica con helado de lima o el coulant más auténtico con masa exterior de chocolate con harina de almendra y arroz y una masa interior de café acompañado de helado y avellanas.
Un pequeño recopilatorio de las obras maestras culinarias que pueden encontrarse en este imprescindible restaurante asturiano de Llanera y que evidencian la perfecta unión de calidad del producto local, sabores tradicionales y la mejor creatividad.