Si en tu imaginario el tomar una copa de vino fuera de casa se reduce a restaurantes, bares, bodegas y vinotecas, pronto se verá ampliado a "en cualquier parte" o allá donde imagines. En una playa disfrutando del atardecer, en mitad del campo para poner un broche de lujo a esa ruta de senderismo, en un picnic con una tabla de quesos, y suma y sigue. 

Allá donde quieras beber vino sin el riesgo de que se rompa la botella o las copas por el camino estará Carivino. Esta idea nace en San Antonio (Texas, Estados Unidos) y ya se está gestando para comenzar a comercializarse. 

La propuesta ha sido un triunfo tras aparecer en la web de crowdfunding Kickstarter, donde han conseguido recaudar 70.122 $ gracias a 617 patrocinadores, entre contribuciones que iban desde 1$ hasta los 833$ (cantidad a donar si lo que querías era recibir 10 Carivinos personalizados). 

En esta web prometían que el invento estará a lo largo del mes de agosto de 2019 en las manos de quienes contribuyesen con sus donaciones, por lo que suponemos que poco tiempo después podremos adquirirlo. Según Carivino, el precio estimado será de 119$ y estará disponible en dos colores: rojo metalizado y blanco perla. 

¿Cómo funciona Carivino?

Esta botella a prueba de golpes y roturas no solo te garantiza el transporte seguro de tu vino allá donde vayas, sino también que llegará en las mejores condiciones. Para ello, su interior está recubierto de cerámica y su contenido queda aislado al vacío, para que así conserve su sabor y temperatura. 

Para facilitar el aireado del vino, la botella cuenta en su cuello con un sistema llamado Venturi que ayuda en este proceso para así poder saborear el vino como debe hacerse. Además, su capacidad es de 750 ml, que es la medida estándar de las botellas de vino, por lo que sea cual sea la que quieres tomar puedes echarlo en su interior sin problemas. Solo hay que retirar el cuello de Carivino para hacerlo cómodamente a través de su amplia abertura.  

En la base encontrarás todo lo que necesitas para servir y disfrutar de tu vino allá donde vayas. Dos vasos de un material al que han llamado Tritan™ (sin BPA, BPS ni ningún otro bisfenol en su composición), transparentes, resistentes y duraderos. Éstos se pueden transformar en menos de un minuto en copas gracias a los pies imantados que también se encuentran en la botella y así puedes darle un aire más sofisticado al momento. Bajo ellas, un sacacorchos, para que cuando tengas que abrir la botella antes de pasar el vino a tu Carivino lo tengas a mano. 

Por supuesto, esta botella y los vasos están pensados para que puedan limpiarse y reutilizarse tantas veces como quiera su dueño.  

Para beber vino allá donde quieras

La idea surge de Chris Clyde a finales del año 2017. Como amante del vino, buscaba una solución que le permitiera disfrutar de esta bebida fuera de su casa y restaurantes, allá donde quisiera ir. Probó muchas formas de transportarlo y así satisfacer esta necesidad personal, pero el vino nunca sabía como lo haría recién descorchado. Tras mucho investigar, varias pruebas y errores, dio con la solución que es hoy Carivino. 

Tardó aproximadamente un año en dar con el prototipo y diseño perfectos. El pasado mes de marzo lanzó en Kickstarter la propuesta con el objetivo de recaudar fondos hasta el 30 de abril. Cuál fue su sorpresa al conseguir sus objetivos en tan solo una semana, llegando a recaudar un 220 % más de lo que se proponían. 

Un hecho que confirma que los amantes del vino están deseando poder tomar una copa allá donde vayan, ya sea en sus picnics o celebraciones fuera de casa, excursiones o en un día de playa. Aunque ya existe el vino enlatado y causa furor en Estados Unidos, estas marcas solo ofrecen vinos jóvenes, espumosos y suaves. De ahí el triunfo de esta idea, ya que te permite tomar el que tú quieras. 

El mundo del vino no deja de sorprendernos, desde luego. Hace unas semanas descubríamos también cómo disfrutar de una copa de vino sin descorchar la botella gracias a Coravin. Ahora, la alternativa a esas latas para llevar nuestro vino favorito allá donde queramos. ¿Qué nos queda por ver? ¡Estamos deseando verlo!